“El maltrato psicológico es antesala del físico”
Entrevista a Ceclia Gessa
Esta actriz y director de cine y teatro participó en la serie 'Diario de la cuarentena' junto a su pareja, el actor y escritor Carlos Bardem
Cecilia Gessa (Madrid, 1977) es una directora de teatro y cine que acaba de presentar el corto Princesa, sobre los malos tratos, que podría convertirse en largometraje. Actriz en cine y televisión, con series como Diarios de la cuarentena, tuvo un pasado como actriz de películas para adultos. En el teatro tiene una extensa trayectoria e intervino en El diario de Ana Frank.
–Actuar, producir, dirigir ¿está a gusto en el teatro de su vida?
–Me encanta. Es muy emocionante e impredecible esta profesión. En parte, ahí está la magia. En la actualidad a la actriz la tengo dormida, estoy totalmente centrada en la dirección y la producción.
–La dirección como base.
–Hace cuatro años, despertó en mí la directora que siempre tuve dentro y la dejé volar. Desde que constituí la productora: Gessas Producciones, me he centrado en contenido e historias con temática social. Como productora joven, sin apoyos institucionales ni subvenciones, cada proyecto es una lucha. Pero merece la pena. Por el momento la mayoría de los proyectos que me propuesto producir y dirigir han salido adelante.
–Y ahora presenta Princesa, su nuevo corto, sobre los malos tratos.
–Lo que me duele, me enerva, son algunas de las motivaciones a la hora de elegir un nuevo proyecto. En ocasiones, él te elige a ti. Me siento en un buen momento. Disfrutando cada instante y aprendiendo.
–Es una directora con una prolífica carrera como productora de teatro como de cine ¿Cómo desarrolla sus proyectos audiovisuales?
–Depende del proyecto. Cine, televisión: tienen en común el desarrollo de la parte creativa en sí, que es lo que más me gusta del proceso. Desde que surge la idea y decido cuál es el siguiente proyecto es un no para. Montar el equipo técnico y artístico, buscar la financiación e ir a por todas.
–¿Cuánto se tarda en hacer realidad un proyecto?
–Con Princesa todo se desarrolló relativamente rápido, un año, en el que mientras seguí trabajando en otros proyectos.
–¿De qué nos habla su nuevo trabajo?
–Princesa es un alegato contra la violencia de género. Es un cortometraje auto conclusivo. Surge del largometraje que estoy escribiendo. Tenía la necesidad de pasar a la acción. Comprobar que funciona lo que quería contar. No es nada fácil exponer la violencia psicológica: el chantaje y la manipulación emocional a la que es sometida la víctima. Quería y quiero, obviar el resultado final, lo evidente, y mostrar desde los cimientos las primeras señales que se pasan por alto. Esos pequeños detalles que perdonamos, qué tan difíciles son de explicar. El maltrato psicológico es la antesala del maltrato físico. Hace un año, cuando escribí Princesa el número de mujeres asesinadas era de 1109, hoy son 1149. Terrible.
–¿Cómo sería el mundo ideal, casi inverso, al de la pareja de su corto?
–Sería un mundo en el que el feminismo realmente triunfara. Me imagino a la pareja, Dalila y Juan, discutiendo e intercambiando opiniones sin necesidad de ningún tipo de violencia. Un sociedad Igualitaria. También económicamente hablando. Qué todos tuviésemos las mismas oportunidades. Si es por pensar en un mundo ideal: que por ley nadie nadie pudiera pasar hambre, un mundo sin violaciones, asesinatos ni guerras. Es utópico y poco factible, pero por soñar y desear que no quede y el arte y la cultura, por suerte, te dan esa capacidad.
–¿Qué podría contar a continuación de una mujer maltratada como el personaje de Nerea Barros, como sería esa esperanza?
–La historia de Dalila seguiría con ella viviendo sola, componiendo, viviendo su propia historia , sin necesidad de estar en pareja. También se puede ser feliz siendo soltera. No todos tenemos que casarnos y tener hijos. El personaje de Dalila continuaría trabajando y compartiendo vivencias con familia y amigo. Podría enamorarse de un hombre o de una mujer.
–La última vez que la vimos en televisión fue en TVE con Diarios de la cuarentena, con su pareja, Carlos Bardem ¿Cuánto había de autobiográfico?
-Sólo nuestros nombres, el resto era pura ficción. La verdad que fue muy divertido. Estando en el inicio del confinamiento nos dio mucha vidilla. Nos teníamos que encargar de todo lo técnico además de actuar. Una aventura en plena pandemia, con esa incertidumbre en la que nos encontrábamos. Fue un reto y nos distrajo mucho. Luego llegó Relatos con-fin a- dos, serie que cree y coproduje junto a Álvaro Longoria para Amazon Prime Video. Muy orgullosa de formar parte de las primeras ficciones grabadas en el confinamiento y sin apenas equipo.
–¿Cómo afectó la pandemia a los malos tratos?
–Un fenómeno que se aceleró y acentuó. Si un agresor está las 24 horas encerrado con su víctima y bajo la presión de no poder salir del hogar la casa se convierte en una cárcel y lugar de tortura para la víctima.
–¿Qué necesitamos para erradicar este problema?
–Lo que está claro que los protocolos de prevención no están funcionando. Hay que poner más atención y vigilancia en el agresor. Hay que solucionar el problema desde los cimientos, desde la educación en los colegios: educar desde el respeto e igualdad. Enseñar y mostrar cómo es amar, querer. Una educación más feminista en las escuelas, institutos y universidades y por supuesto en el ámbito familiar
–¿Cuál sería su proyecto soñado ?
–A día de hoy, estrenar Princesa como largometraje, para 2024 con Nerea Barros y Harlys Becerra. Y he empezado a mover una serie una dramedia social.
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