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"Lleva barba por la papada, ¿no?"

Ramón Vila-Rovira | Cirujano plástico

El cirujano plástico Ramón Vila-Rovira. / Juan Carlos Vázquez

UN ARTESANO DEL QUIRÓFANO. Menudo y en espléndida forma, Ramón Vila-Rovira (Barcelona, 1948), artesano del quirófano, se apasiona con la cirugía plástica y estética, pero valora igual la salud y el sexo para presumir de una cara y un cuerpo saludables. Director del Instituto Vila-Rovira en la Teknon de Barcelona, lleva desde mediados de los 90 especializado en la materia, de la que dio una conferencia en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla.

–Pongo su nombre en Google y sale un portero del Córdoba de 22 años...

–Y el médico de los toreros, Ramón Vila, también sale, pero no tengo nada nada que ver.

–Ha operado a celebrities. Sólo sé Belén Esteban y Karmele Marchante.

–A veces ni sabes que una es mujer de un ministro o alguien del Hola o el Sálvame. He operado a muchos famosos. De las más recientes ha sido Esther Doña.

–¿De la realeza?

–De la realeza cuesta hablar.

–Con esta cara tan salerosa y este cuerpazo que mi madre me dio, ¿dónde me metería usted mano?

–Así rápidamente: el pelo se lo mejoraría, le haría una blefaroplastia (operación de párpados), tiene ojeras y le metería hialurónico o láser; déjeme verle la nariz, podríamos afilársela; lleva barba por la papada, ¿no? Le quitaría; tiene granitos y haría un tratamiento de piel; y surcos, le pondría hialurónico o bionutrilift, una mezcla de hialurónico con minerales y vitaminas...

–Esto pasa por preguntar.

–Por lo demás está muy bien, fenomenal.

–Me gustan los bares.

–Ah, pues no alcohol, no tabaco, no sal, no azúcar, aunque un buen jamón...

–¿Hay caras que no tienen arreglo ni con un bisturí?

–Todas lo tienen, incluso gente con la cara muy desequilibrada.

–Fuera frivolidades: la cirugía plástica mejora la vida de alguien que ha tenido un accidente de tráfico, ha sufrido un cáncer, un incendio, una malformación...

–Hay tres cosas esenciales en estética: la autoestima, los complejos y el envejecimiento. De reconstrucción, si has perdido la oreja en un accidente, quieres reconstruirla; o si quedas con muchas cicatrices, no quieres que se vean; o los quemados si son graves, hay que hacer operaciones con muchos injertos.

–Según mi abuela, las manos delatan la edad. ¿Se operan?

–Claro. Se pone grasa, láser para las manchas y también hialurónico. Hay cinco edades: la cronológica, la de nacimiento; la biológica, usted tiene 50 y yo le pongo 40; la psicológica, la social y la sexual. La sexualidad es esencial para estar joven, pero entendida como cariño, abrazo, beso, no sólo penetración. Hablo con personas centenarias y se dan abrazos, besos, caricias... El sexo no se tiene que olvidar nunca.

Las intervenciones estéticas más demandadas son mamoplastias, liposucciones y blefaroplastias”

–¿La silicona ya ha quedado para sellar juntas?

–La silicona para operaciones de estética va fatal.

–Pero antes sí.

–Yo jamás. Si te dicen que un material es para toda la vida, es mentira. Es recomendable cambiar las prótesis mamarias cada 10 o 15 años.

–¿Quién marca las tendencias en cirugía facial? Ahora todo son rellenos, pómulos, ojos felinos...

–La armonía. Odiamos la asimetría. El triángulo de la belleza son pómulos y mentón, la nariz no tiene que sobresalir mucho y la cara tiene que estar equilibrada.

–Hoy día hay caras y escotes calcados, como casas decoradas de Ikea.

–No, no. Lo mejor es individualizar a cada uno y que sea na-tu-ral. La profesionalidad está en no mentir y si has de decir que no, no. A veces lo que pide el paciente sobrepasa las expectativas.

–Las mujeres que se estiran la cara se acaban pareciendo a la duquesa de Alba igual que los bebés son como Winston Churchill.

–Los bebés al nacer están gorditos y edematosos, pero no todas las mujeres se parecen a la duquesa de Alba si se operan, se intenta que rejuvenezcan 10 o 15 años.

–¿Intervenciones y retoques más demandados?

–Mamoplastias: subir el pecho, aumentarlo, reducirlo, arreglar mamas asimétricas, tuberosas... Y detrás la liposucción y la blefaroplastia.

–¿Para todos los bolsillos?

–¡Quién no se puede gastar 1.000, 2.000 o 3.000 euros! Hay operaciones combinadas más caras pero siempre menos que un coche.

–Si fuera a su clínica José Luis Escrivá con una foto de Paul Newman...

–Tan exagerado no lo hace nadie, pero no me importa ver una foto por saber su ideal. La inteligencia artificial te dice qué hacer o no. Antes actué como una IA y le dije qué le haría, y no hemos hablado de su dentadura...

–Vale, vale. Faloplastia de alargamiento y de engrosamiento. Esto interesa, pero he oído que hay pastillas que funcionan de cine.

–También: el tadalafilo y el sildenafilo. Ya se ha roto el tabú de la cirugía estética genital femenina. Al hombre le alargamos uno o dos centímetros, no más, y hacemos un micropene más grueso.

–¿Y el escroto?

–Se opera si hay exceso, claro: la escrotoplastia.

–Una duda: ¿el jes extender de la Teletienda funciona?

–Lo aconsejo, va bien como tratamiento fisioterapéutico; cuando operas de alargamiento, es bueno tener antes un extensor unos meses.

–Pone en el dossier que se licenció en 1971 y en la foto que lo ilustra, una de dos: o es de cuando hizo la mili o terminó la carrera antes de cursar prescolar.

–Sé que aparento 10 o 15 años menos: tengo mucho pelo y mi entusiasmo por la vida hace que mi edad biológica sean 50 años.

–¿Y tiene algo retocado?

–No, pero no lo descarto. Hablemos ahora de mi cara. Podría hacerme un lifting, un láser para las manchas, mejorar los párpados, mis pómulos, mi mentón y desde luego tensarme el cuello. Otra cosa es que me lo haga.

–Escribió Pushkin en La hija del capitán: "Prefiero vivir 33 años y saciarme una vez de sangre fresca que 300 como un ave carroñera", le dijo un águila a un cuervo. La longevidad exige sacrificios.

–¿Es un sacrificio hacer ejercicio, no beber vino, el tabaco? Yo fumaba y lo dejé. Subo por las escaleras, ando rápido y hago sitting break, cada media hora me muevo un par de minutos para no estar sentado. ¿Esfuerzo? No.

–Está convencido de que viviremos 120 años en buenas condiciones, pero con quinoa y té verde... ¡qué pereza!

–Lo ve usted en negativo. Yo como de todo pero con moderación. Vengo a la Feria de Sevilla desde hace 15 años, bailo y tomo rebujito, pero no lo bebo el resto del año.

–Y currar hasta los 105...

–Si pudiera, sí; si no tengo alzhéimer, estoy fuerte, mis cinco sentidos bien... trabajaría, otra cosa es que quisieran operarse conmigo.

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