"Me choca que defiendan el aborto muchos animalistas"
José María Garzón | Empresario taurino
El aspecto del móvil de José María Garzón (Madrid, 1973) anticipa que es una persona cargada de fe. Por un lado está la imagen del Señor del Gran Poder y por el otro la estampa de la mexicana Virgen de Guadalupe. Una fe que tiene en sí mismo y su proyecto: Lances de Futuro. Con él lleva más de una década gestionando con creatividad plazas. Algo que le ha hecho único: "Soy súper independiente". Tanto que no quiere ni apoderar a ningún torero, aunque eso le haga "estar en desventaja". Tampoco a José Tomás, del que "es diferente" a todo lo que ha visto.
-Nuevo año, nueva temporada.
-Hay mucha incertidumbre. Hemos empezado el año aún con la pandemia, pero con toda la ilusión del mundo. Esperemos que vaya mejorando. Con muchas ganas de abrir todas las plazas que llevo y hacer cosas como el año pasado. Gracias a Dios todas mis plazas abrieron sus puertas gracias a mi equipo y a la afición. Me gusta mi trabajo y tengo las pilas cargadas porque los toros es lo que más me gusta del mundo.
-¿Quiso ser torero?
-Sí, pero soy muy malo. Me dan mucho miedo hasta las becerritas. Soy empresario por afición desmedida. Yo tenía otro trabajo y lo dejé todo por los toros y estoy feliz. Llevo 13 o 14 años con la empresa contento.
-Parece que cada vez hay menos jóvenes que quieran serlo, ¿se están quedando los toros atrás?
-Sin tocar las bases, hay que modernizarlo. Hay que abrirlo al mundo y que sea una experiencia. No sólo las dos horas y media de la corrida, sino un día de toros. Darle valor a la entrada y poder hacer más cosas. Yo lo hice en la Mérida el día de Talavante. Con esa entrada entrabas en el teatro romano gratuito y en los restaurantes te hacían descuento. Además, hay que hacerlo más dinámico y acortarle los tiempos. Intentar hacer más cómodas las plazas. En la pandemia hemos visto lo bien que hemos estado dejando un sitio libre entre las localidades. Se pueden hacer muchas cosas. La oferta de ocio es enorme y hay que estar a la altura.
-Muchos dicen que ir a los toros es caro.
-Cuesta mucho producirlo, pero hay que hacer una campaña de precios populares para los jóvenes. Lo he intentado hacer allí donde he estado. No obstante, la Fórmula 1 o el fútbol valen dinero. Tiene que haber entradas caras, pero también baratas para que la gente acuda a las plazas.
-¿La televisión ayuda a eso o lo dificulta?
-La tele, en su medida, conviene. Lo que no se ve en televisión prácticamente no existe. Aunque no debemos televisar 60 días consecutivos. Pero no sólo la tele, también el resto de medios y las redes sociales.
-Hablando de redes sociales, ¿qué opina de la censura que vive la tauromaquia en algunas de ellas?
-El mundo vive de espaldas a los valores. Se le está dando una importancia a los animales que no se le da a las personas. Esa batalla debemos ganarla y estar unidos. Pasan los inviernos mientras se habla mucho y se hace poco.
-Si le digo animalistas, ¿en qué piensa?
-Es una barbaridad comparar a un animal con una persona. Muchos animalistas no conocen ni respetan, pero sí prohíben. Pienso que esos animalistas son de boquilla y bastante más son los ganaderos. Me choca que muchos animalistas defiendan el aborto.
-Esos ganaderos de los que habla lo han pasando especialmente mal desde que empezó la pandemia.
-Lo hemos pasado mal todos, pero ellos tienen un mérito tremendo. Son unos grandiosos aficionados y son los más generosos del sector.
-¿Y los menos generosos?
-Me lo callo.
-Tampoco fueron muy generosos con usted a raíz de la famosa corrida de agosto de 2020 en El Puerto de Santa María, ¿cómo encajó las críticas?
-Muy triste. Me afectó a mí y a mi familia mucho. Se hicieron las cosas perfectamente. Fue un fuego amigo que nunca entendí. No ha habido ninguna de empresas de toros que haya hecho las medidas Covid como las hemos hecho nosotros. No entendí que se me atacara por querer ejercer mi trabajo. Nadie me ha pedido perdón ni en privado ni en público. Después, se vieron imágenes parecidas en muchas plazas.
-Ya no está al mando de El Puerto, pero sí de Córdoba, Almería o Morón de la Frontera.
-Andalucía es el motor de la tauromaquia. Hay muchos sitios con cosas taurinas, algo que no pasa en el resto de España. Pero noto a la afición desilusionada. Aunque es un niño que, a poco que le muevas la cuna, se despierta y responde. Debemos dar vida taurina todo el año para ensalzar los días de corridas. Para que una acontecimiento sea grande, hay que hablar de él constantemente.
-Mándeles un mensaje ahora que está el año por lidiar.
-Pido que cada uno, en su parcela, apoye. Que lleven a gente a los toros y la enseñen. La mejor defensa de la tauromaquia es ir a las plazas de toros y que sepamos mostrar sus valores. Un chaval con 16 años que quiere ser torero vive en un sacrificio y en un respeto que muy pocos de su edad lo viven. Y eso es fundamental para su futuro como persona. El toreo es una escuela de vida.
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