"Serrat me echó una bronca monumental"
Jordi Moltó | Guionista
Jordi Moltó (Barcelona, 1977) Lleva más de veinte años escribiendo guiones y creando secciones para radio y televisión. Ha trabajado con directores como Jordi González, Xavier Sardá y Pablo Motos (El Hormiguero 3.0, Antena 3), con el que sigue colaborando con un espacio propio donde han surgido personajes como el del reportero alemán Wolfgang Maier, el abuelo del reggaeton Daddy Melquiades o las cámaras ocultas protagonizadas por ancianos que se han viralizado en todo el mundo. En 2015, escribió con el veterano Juan Herrera el libro Marca España, porque Spain is different.
-¿Cómo se le ocurre entrelazar generaciones en sus reportajes y vídeos ahora que se habla nada más que de nichos de mercado y cosas así?
-Porque creo que hay un lugar nuevo y totalmente interesante en ese choque generacional. Cuando le pides a un niño de 15 años que prepare una cafetera italiana y observas cómo introduce el café en el compartimento superior y no en el embudo y que a su vez el anciano vierte el agua en la ranura donde se deposita la cápsula de una Nespresso, ahí hay verdad. Hay comedia y a la vez hay tragedia. Esa incomprensión entre el mundo analógico por parte de los niños y del mundo digital por parte de los abuelos es maravillosa. Tuvimos a un chaval que puso la cafetera dentro del horno para que entrara en ebullición.
-¿Qué historia en El Hormiguero nos destacaría?
-Todas dejan huella, pero me marcó mucho la de Zorimar Betancourt, la mujer que volvió a escuchar el corazón de su hijo Stefano a través de la persona que recibió su corazón. Fue emocionante vivir el momento en el que escucharon juntos los latidos de Stefano a través de un fonendoscopio.
-Su abuelo del reggaeton Daddy Melquiades ha dado la vuelta al mundo...
-Ha sido un regalo. Cuando escribes un guión sin ninguna expectativa, como fue el caso del sketch de Daddy Melquiades, y compruebas que de esa ocurrencia surge un fenómeno viral que alcanza los 300 millones de visualizaciones en Youtube, esa sensación es gloria bendita.
-La vuelta al mundo con una broma.
-Melquiades y un servidor estuvimos tres semanas ofreciendo entrevistas por Skype a programas argentinos, cubanos, chilenos. Y la traca vino cuando cruzamos el océano para ser entrevistados en el talk show líder de Miami, Don Francisco Te Invita. Si para mí fue un sobresalto, imagina lo que tuvo que ser para un anciano de 92 años que se había dedicado toda su vida a cobrar billetes de una línea de autobuses en Madrid y que nunca había salido de España.
-¿Cómo es Melquíades?
-Este hombre es oro puro. Además de poseer un talento innato para el humor, es muy buena persona. Es generoso, tiene nobleza. Está locamente enamorado de su mujer, Teresa, a la que llama "Mi Post-it" y con quien lleva casado más de 60 años.
-¿Qué secreto tiene para hacer sus castings en los hogares del pensionista?
-Uso el mismo sistema de cuando empecé: me presento en un centro de mayores y me pongo a charlar con ellos amigablemente, como si fuera un nieto. Me cuentan sus vidas y entonces me fijo mucho en su forma de narrar, en el tempo del habla y la dicción. Y en el relato les digo que introduzcan algún elemento absurdo o surrealista, como que sufrieron una abducción extraterrestre con un amigo o que se quedaron fritas en medio de una aparición mariana. Si eso lo cuentan con verosimilitud, entonces tenemos un firme candidato para la grabación.
-¿Qué personaje quiso contar con él y se resistió?
-Con Serrat. La primera vez que lo intenté tenía yo 17 años. Me lo encontré a la salida de un teatro y fui a por él para que me concediera una entrevista. Me echó una bronca monumental porque por mi culpa empezó a acercarse gente que le pedía autógrafos. Desde entonces han pasado más de veinte años y, tras cinco intentonas, El Nen del Poble Sec se me sigue resistiendo.
-De sus retos con ilustres, ¿con quién se queda?
-Con José Luis Perales, que protagonizó el vídeo de la fan enferma de cáncer. Perales es un señor que se viste por los pies.
-¿Cómo es el ambiente en un programa como El Hormiguero 3.0?
-Esta es la 13ª temporada y el equipo es tan veterano que el ambiente es muy familiar. Y como todos los días son distintos por coches que caen de azoteas, sandías que explotan por la presión de gomas o manzanas que penden de la cabeza de un mago atravesadas por flechas, se respira un ambiente de imprevisibilidad que hace que todos los días sean distintos.
-¿Qué trabajo que no vemos en casa cree que deberíamos valorar?
-Cada minuto de El Hormiguero esta minuciosamente elaborado. Puede haber llevado meses de preparación aunque para el espectador, al fin y al cabo, sea sólo un minuto.
-Y siempre están en el punto de mira de las redes.
-Es normal que un programa líder de audiencia sea objeto de criticas y miradas. Hace un año hubo demasiado revuelo en las redes de la mano de un puñado de haters que escribían artículos maliciosos y poco objetivos (sólo había que leer el titular). En el fondo sólo buscaban el mayor numero de likes y compartidos: exactamente como funciona cualquier fake news.
-Usted escribió Marca España con Juan Herrera, ¿cómo somos como país?
-Un país contradictorio y muy romántico donde se grita demasiado; España es el segundo país más ruidoso del mundo. Pero donde nunca se llega a las manos. Esa contradicción y romanticismo Juan Herrera lo define muy bien: "En España es obligatorio llevar casco para ir en bici pero para correr delante de un toro nos basta con un periódico enrollado".
-¿Cómo podríamos mejorar esa marca?
-Rompiendo definitivamente con ese sentimiento de inferioridad que tenemos respecto a Europa.
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