Jesús Cañadas: "Emocionar con una historia es lo más parecido a la magia"

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El escritor gaditano Jesús Cañadas.
El escritor gaditano Jesús Cañadas. / Meet Mr. Campbell
Pilar Vera

05 de junio 2023 - 05:00

CREAR PARA CREER, Y VICEVERSA. Jesús Cañadas (Cádiz, 1980) es conocido en España por sus cuatro novelas para adultos: El baile de los secretos (finalista a mejor novela en la primera edición de los Premios Scifiworld), Los nombres muertos (seleccionado como uno de los mejores libros nacionales de 2013), Pronto será de noche y Las tres muertes de Fermín Salvochea. También es autor de la saga de fantasía ‘Athenea y los elementos’. Con Noviembre (Edebé) rinde homenaje a las lecturas que lo iniciaron en la escritura a la vez que va desentrañando cómo es el proceso de crear una historia. Algo que, más allá del método, necesita “magia”.

–Sólo diré un nombre: Bastian Baltasar Bux.

–Exactamente. No sé si Noviembre es un homenaje, pero sí que desde luego la obra de Michel Ende ha sido una influencia directa. Más bien, incluso, una respuesta: el libro de Ende va sobre lectores, este va sobre lo que les pasa a los escritores. Habla un poco de ese proceso que supone escribir y la magia de leer.

–¿Tuvo la figura de un maestro a la hora de escribir, como le ocurre al protagonista?

–Yo soñaba con escribir como el que sueña con ser astronauta: no sabía qué recorrido tenía, qué había que hacer para hacerlo, aunque básicamente sea:me gusta leer y me pongo a escribir. Claro, te pones a escribir y está La feria de las tinieblas, de Bradbury, y también están un montón de libros malos, de esos que te hacen decir ‘yo podría hacerlo mejor’. Y lo mismo esa es la espita que te anima a hacerlo, y cuando te pones a escribir aún tienes que aprender a hacerlo. Tienes que escribir mil palabras malas hasta que te llegue la buena.

–Porque figura referencial no habrá pero influencias, desde luego.

–Pues el primer libro que despertó en mí el gusto por la fantasía fue El pequeño vampiro. Desde ahí, todas las historias de monstruos, las historias extrañas, me han fascinado, y tengo la enorme suerte de poder dedicarme a ello hoy en día. También te digo: soy incapaz de hacerlo de otra manera. Si no lo introduzco me aburro, y aburrirte es la fórmula absoluta, directa, al fracaso.

–Y, ¿eso ha ocurrido alguna vez? ¿lo “serio” ha terminado no siéndolo?

–Hombre, yo me pongo serio en todas mis novelas. Pero es verdad que la preparación de la serie de Athenea no tenía nada de fantástico, hasta que fui tirando del hilo y se convirtió en lo que terminó siendo. He tenido que fiarme de mi intuición. También, hoy día ha cambiado la dicotomía entre literatura seria y de género: cuando yo era pequeño, en la librería Jaime, en Cádiz, de fantástico tenías Tolkien, la Dragonlance y poco más, y ahora hay un superávit de títulos y, sobre todo, de títulos españoles.

"La literatura adulta hace que se pierdan lectores; la juvenil y de género, los capta"

–No me diga que era otro para el que el planazo de los viernes era ir a la biblioteca.

–Pues recuerdo eso, el decirle a mi padre que sí, que era lo que quería, que me acercara a la biblioteca. Leer a mí me gusta como forma de ocio. Una de las cosas que me suelen decir cuando doy charlas es si los chicos deberían leer El Quijote: yo creo que la gente odia leer por obligación, para leer tienes que encontrar algo que te guste. Y te diré una cosa: hemos ganado. La fantasía ha ganado porque, hoy día, a la chavalería es este tipo de historias las que les gustan, y mi hija se acercará a ellas ya sin ningún tipo de prejuicio. Cuando nosotros éramos pequeños sí que se veía por encima del hombro, pero eso está cambiando: no sólo se está viviendo una edad de oro en la literatura juvenil fantástica en España, sino que la mayor parte de las producciones cuentan con un elemento fantástico casi de forma obligatoria. Y, además, algo muy importante: la literatura adulta hace que se pierdan lectores; la juvenil y de género, los capta.

–Tal es el espacio que ha conseguido el juvenil fantástico que ahí tenemos algo como el ‘fanfiction’, con un montón de chavales escribiendo.

–Copiar es básico a la hora de escribir. Todos hemos empezado copiando, quieres imitar a quien te quieres parecer pero, poco a poco, te vas apartando de esa copia.

–Una de las preguntas principales es por qué uno quiere escribir.

–Sí. A mí, por ejemplo, me encanta llorar con los libros, y me encanta provocar eso: cuando te emociona una historia, es que alguien que tal vez no esté ni siquiera vivo y que estaba en la otra punta del planeta, ha conseguido llegar a ti. Ha viajado por el tiempo y el espacio, y eso es lo más parecido a la magia que hay en la vida. El papel sanador de la literatura , que es muy potente, también está presente en esta historia.

–Habla del “abracadabra”, de que no todo el mundo puede ser un cuentista.

–El “abracadabra” es una fórmula antiquísima que quiere decir:“mientras hablo, creo”. Creo y creo, de crear y creer, y es entonces cuando lo que escribes tiene algo, se hace realidad. Quién no ha sentido alguna vez que los personajes literarios estaban igual de vivos que las personas reales: y eso es porque quienes los escribían, creían en ellos.

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