"Hay gente muy capaz que se está escapando de Andalucía"
Isabel Barbancho | Catedrática en Teoría de la Señal y Comunicaciones
Esta catedrática de la Universidad de Málaga trabaja en la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicaciones al procesado de la señal de audio y música. Han creado aplicaciones interactivas tanto para la enseñanza musical como para la composición. En el Apple Store tienen su app Cantapinta, en la que el color del trazo cambia según la nota, y Vacacome, para el aprendizaje de solfeo. El problema de base, dice, es la poca financiación que se oferta en las universidades andaluzas para desarrollar la investigación. Así, el talento seguirá emigrando.
-Su equipo de investigación trabaja poniendo las TIC al servicio de la música. ¿Están abriendo nuevos campos?
-Ahora estamos trabajando para ver cómo la música afecta a la actividad cerebral y darle un soporte científico y técnico a la musicoterapia. Trabajamos para caracterizar de manera matemática y formal cómo la actividad cerebral se ve afectada de diversa forma según el tipo de música o sonido que se esté escuchando.
-¿Tienen patentes?
-Sí, nacionales e internacionales. También muchos artículos en revistas de impactos, congresos...
-Uno de ellos es el Sound and Music Computing Conference que se acaba de celebrar en la Universidad de Málaga.
-Sí, es una conferencia internacional que ya llega a su 16ª edición y en la que han participado unas 160 personas de 28 países distintos. Viene gente de tecnología, pero también musicólogos, compositores y artistas. Es un foro muy interdisciplinar y enriquecedor. Juntando mundos que a veces parecen distintos se logra avanzar.
-¿Qué presencia tiene la mujer en estas áreas del conocimiento?
-Siendo optimistas, un 25% frente al 75% de hombres; sin duda, hay muchas menos chicas.
-¿Hacen jornadas para motivar la presencia femenina?
-Intentamos mostrar a los estudiantes, tanto a ellos como a ellas, de que todos podemos hacer lo mismo. Pero para eso toda la carga familiar no puede recaer siempre en la mujer. Sólo compartiendo la responsabilidad podrán tener carreras brillantes a la vez que una familia.
-¿Se puede hacer compatible la carrera profesional con la vida familiar?
-En una estancia de investigación en Alemania me chocó mucho que una gran profesional me dijese que para ascender había renunciado a tener hijos. Yo no quise renunciar, quería tener las dos cosas. Hay muchos ejemplos que intentamos trasladar a las estudiantes. Tienen trayectorias brillantes porque han contado a su lado con parejas corresponsables. Todos y todas tienen que ver esto como una cosa normal.
-¿Cree entonces que la presencia femenina menor en ciertas carreras tiene que ver con una conciencia sesgada de la vida familiar?
-Creo que sí, que piensan que es difícil, que van a tener que trabajar más y que les va a resultar difícil hacerlo compatible con los hijos. En parte va por ahí, porque capacidad tenemos la misma o más. De hecho, la media de las notas de ellas es un poco más alta y tardan menos en terminar la carrera.
-¿Todavía se cree que las ingenierías son cosa de hombres?
-Pues esa pinta tiene, aunque no debería, se hacen cosas muy chulas, tiene muchas matemáticas, mucha física, pero también mucha parte de saber organizar la mente, saber dividir un problema en trocitos e ir resolviéndolos. Las mujeres organizando somos muy buenas y no entiendo por qué no hay más chicas en las ingenierías.
-¿Se puede vivir de la investigación en Andalucía?
-Está la cosa muy difícil. Entrar en la universidad de profesor es muy complicado y para la investigación, que es la forma de empezar, hay muy poca financiación. Desde 2007 ha ido cayendo de forma muy extrema. Ahora es muy difícil poder mantener a la gente contratada, trabajando y haciendo investigación. Tanto a nivel andaluz como nacional, las ayudas son escasas. Los programas de excelencia de la Junta, que eran una estupenda forma de financiar la investigación, no se convocan desde 2012.
-¿Se apuesta realmente por el regreso de los talentos?
-Es un poco de boquilla. Hay ayudas para investigadores muy tremendos, que logran traer de vuelta, pero hay que apostar también por nuestros jóvenes.
-Que siguen marchándose...
-Claro que se van. Cuando formas a los estudiantes y empiezan a ser interesantes, capaces de publicar artículos, se van porque los captura una empresa u otras universidades. Aunque prefieran quedarse, si quieren seguir desarrollando su carrera investigadora se tienen que marchar.
-¿Andalucía está peor que otras comunidades?
-Lo tenemos un poco más difícil porque en otras comunidades sí hay una mayor financiación autonómica.
-¿Y si se compara con el extranjero?
-Se te cae el alma a los pies. Aquí se hace muchísimo por muy poco, si tuviéramos un poco más nos comíamos el mundo, sin lugar a dudas.
-Se habla mucho de investigación, transferencia, desarrollo tecnológico, pero al final parece prioritario el sector servicios...
-Es una pena porque se pierde una capacidad intelectual muy grande. No nos debíamos de conformar simplemente con vender el sol. Hay gente muy creativa, muy inteligente, con capacidad de trabajo, que se está escapando porque en lo que puede trabajar aquí no le llena. Espero que esto cambie, que se apueste más por la universidad, por la investigación, que al final revierte en beneficio de la sociedad.
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