“Lo más importante en el cine es la emoción, todo lo demás está al servicio”

Marcel Barrena | Director de cine y guionista

Marcel Barrena, el pasado mes de marzo en Málaga. / Daniel Pérez (Efe)

Marcel Barrena (Barcelona, 1981) respira cine. Es director, guionista, montador. Su film Món Petit fue el documental español más premiado en 2013 y el más visto en cine y televisión. El compromiso social es un hilo de acero que une y da coherencia a su sugerente filmografía: 100 metros dio visibilidad a la esclerosis múltiple con Davi Rovira de protagonista y Mediterráneo denunció el problema de los inmigrantes en el mar Mediterráneo. En 2024 estrenará El 47, película recién montada, donde Eduard Fernández, chófer de autobús, lucha por llevar el transporte público a su barrio en la Barcelona de 1978.

–¿Recuerda la primera vez que entró en una sala o la vez que salió de ella convencido de que esa magia vertebraría su vida?

–Sí, recuerdo especialmente a las sesiones de noche de pequeño. Nuestros Pequeños aliados es de mi primeros recuerdos de cine de noche. Viendo una película un poco random como Phenomenon es cuando decidí que quería hacer cine. No por la peli, si no que viendo sus créditos me dije “si esto te gusta tanto... ¿por qué no hacerlo?”.

–Su vocación hacia el mensaje comprometido es una constante en su obra. Parece que nos pone ante un espejo, más que una pantalla.

–Es también un acto egoísta porque me sirve para aprender, para mejorarme, para compartir experiencias con gente que no es de mi mundo y, con ello, mejoro yo como persona. Cuando tratas, además, un tema necesario, sus protagonistas reales lo agradecen de una manera que te da muchísima energía para seguir en esto. Además, si mis películas tienen inversión pública, creo que es bueno que aporten algo a aquéllos que lo han hecho posible.

–¿Va en esa línea El 47, su última obra, que acaba de salir de la sala de montaje? Adelántenos lo que pueda…

–Es la historia real de un conductor de autobús de la Barcelona del 78. En su barrio, Torre Baró, no había transporte público. Emprendió una lucha para hacer llegar el bus al barrio, levantado ladrillo a ladrillo por extremeños y andaluces, pero cuando eso se convirtió en un imposible por parte de la administración, él decidió secuestrar y llevar su propio bus al barrio para demostrar que sí que podía llegar. Estoy muy orgulloso, tenemos un casting impresionante y creo que nos ha quedado bien. Se estrenará el año que viene.

'Streaming'

"Las plataformas han disparado la producción, la creación de empleo y la competitividad, pero se fían demasiado de los algoritmos”

–Eduard Fernández tiene una mirada sin veladura alguna. Lo atraviesa todo. Mi padre diría que “ese hombre trabaja muy bien…”.

–Eso mismo decían mis abuelos. Eduard es uno de los mejores actores del mundo, y cuando se vea lo que hace en El 47 no hará otra cosa que reforzar esa idea.

–En Andalucía veremos ese film con una empatía muy especial. Todos conocimos a alguien que debió buscarse la vida en aquella incipiente Barcelona.

–Mis abuelos paternos hicieron ese mismo camino. Más tarde, mi abuelo se fue a Alemania a trabajar y volvió a Barcelona. La historia de la humanidad es una historia de lucha por los derechos y la mejora de las condiciones de vida. Catalunya se edifica gracias a la mano de obra de los que vinieron de fuera. Es una historia de convivencia, de amor por la tierra, la vieja y la nueva, por la convivencia entre lenguas y culturas...

–Los andaluces la nombramos con cariño la novena provincia, aunque a algunas mentes cerradas de la misma le cueste digerirlo…

–Tenemos dos opciones, a las mentes cerradas o las ayudamos a abrirse con información veraz y cultura o las dejamos de lado. En Catalunya hemos escuchado barbaridades desde hace años, como que no se puede hablar en castellano o que se margina a los que lo hacen. Esto es una falacia, una mentira cruel que solo tiene el propósito de generar odio y crear conflicto. Es más, si una lengua está en peligro en Catalunya es el catalán, no el castellano que es la tercera lengua más hablada en el mundo.

Esencia

"No daré por malo un plano en el que un actor esté perfecto aunque haya un error de arte, foto o racord (continuidad de planos)"

–Ante eso de que “antes el núcleo de las películas era una buena historia y ahora prima el cómo se cuenta”, qué responde.

–Creo que lo más importante en una película es la historia y cómo la transmiten los actores. Todo lo demás es secundario. Lo más importante es generar emociones, y el canal para que eso pase son los actores y el guión. El trabajo de la directora o director es saber darle el tono a todo lo demás para no estropear lo importante.

–En Perdición, Fred McMurray abre la puerta de un apartamento hacia fuera y se esconde tras ella Barbara Stanwick. Las puertas de entrada a un piso siempre se abren hacia dentro. Billy Wilder dice que se dieron cuenta tras rodar y dejaron la escena al quedar perfecta.

–Eso es porque cuando rodaron la escena se emocionaron, se dejaron llevar por la magia. Yo siempre aviso a mis jefes de equipo que no daré por malo un plano en el que un actor esté perfecto aunque haya un error de arte, de foto o de rácord (continuidad entre los diferentes planos). Lo más importante es la emoción, todo lo demás está al servicio. Hay errores garrafales en las mejores películas, desde Star Wars a Indiana Jones y no pasa nada.

–¿Qué le sugiere el tablero de juego actual en el cine, con esas nuevas reglas en las que las plataformas de streaming dicen tanto?

–Las plataformas de streaming han disparado la producción, creando miles de puestos de trabajo y haciendo que crezca la competencia y la competitividad. Han provocado que se hagan más películas, más series... Espero que sigan, que no paren, pero a la vez que, en especial en España, se decidan a comprar y a crear contenidos más arriesgados y se separen más de los algoritmos.

–¿Y no condiciona la creación de los guiones y la propia realización de los filmes esa explotación que trasciende de las salas?

–Si una plataforma quiere crear un contenido y ellos lo pagan, pues ellos sabrán lo que quieren. Deberían fiarse menos de los algoritmos que les dicen “lo que quiere la gente” y más de los contenidos originales. Confío en la inteligencia del espectador, quiere cosas nuevas, no fórmulas, y los que pagamos las plataformas las pagamos por ver cosas buenas. Con “cosas buenas”, no digo sólo cosas de “autor”, yo lo que más disfruto es el gran cine, pero las dos cosas deberían convivir.

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