“La IA nunca podrá reproducir las emociones de la creación humana”
Sixto Sánchez Lorenzo | Premio de Novela Ateneo de Sevilla
Sixto Sánchez, nacido en Oviedo pero afincado en Granada, en donde es catedrático de Derecho Internacional Privado, ha sido el reciente ganador del Premio de Novela Ateneo de Sevilla por su obra ‘La sonata del diablo’, que publicará próximamente Algaida. Se trata de una ficción ambientada en la Europa del siglo XVIII que defiende, con la música como trasfondo, “una filosofía epicúrea, que a pesar de los sinsabores la vida merece la pena”. Esta es su tercera novela histórica y dice de ella que es la más honda y personal.
–Me imagino que estará muy contento con el premio recibido.
–Solo me falta levitar. No solo es un premio de mucho prestigio, sino que permite una difusión garantizada de la novela. Proviene de una institución ejemplar como el Ateneo de Sevilla, y para mí supone un reconocimiento entrañable, porque proviene de mi patria de adopción, de Andalucía, una tierra cuya luz (y no me refiero a la luz solar) explica mi vocación literaria. Si a eso añades que la editorial es nada menos que Algaida, tan apreciada por buenos escritores y lectores, puedes imaginar.
–‘Sonata del diablo’. El título ya promete.
–El diablo siempre tiene tirón, pero el título revela en especial la estructura de la novela y uno de sus motivos principales. Los capítulos se dividen en tres partes, que responden a los movimientos de la composición de Tartini, que él mismo atribuía a la inspiración del diablo durante el sueño, y se acomodan a su mismo tempo o ritmo.
–En algún lugar he leído que su novela es “una historia sobre la amistad, la búsqueda de la belleza y la excelencia”.
–Sí, en muy buena medida. Es una peripecia vital narrada por el propio protagonista, un hombre paradójicamente rescatado de un pobre destino por su propia tragedia. Su educación en un colegio jesuita y su experiencia como aprendiz de lutier en el taller de Stradivari le llevará a buscar la belleza a través de la música. Y en esa búsqueda encontrará espíritus afines. El peso de tales amistades y amores conformarán su propia condición humana y su devenir, como ocurre con todos nosotros.
–El protagonista recorre varias ciudades europeas... ¿Conoce usted bien esas ciudades?
–En su mayoría las he visitado, aunque de poco vale cuando lo que pretendo es transportar al lector a esos lugares tal y como eran hace trescientos años. Para conseguirlo de forma honesta, hay que conocerlas a través de las fuentes históricas y emplear mucho tiempo en la indagación. Pero desde la descripción de la casa de Stradivari, hecha sobre los auténticos planos y diseños, hasta el nombre de algunos establecimientos en Praga o la recreación del célebre duelo entre Bach y Marchand en Dresde, la novela es fiel a la información obtenida de fuentes históricas.
–Está ambientada en una época en la que se acababa el dominio español en ese país.
–En efecto, buena parte de la novela transcurre a lo largo de la Guerra de Sucesión y coincide con el fin de dos siglos de dominio español sobre el Ducado de Milán, en una Italia desmembrada, ocupada en buena medida por fuerzas extranjeras, pero donde ocurrieron muchos de los acontecimientos sin los cuales no se entiende la historia de la música.
–Tiene usted publicada dos novelas anteriores. ¿Es esta con la que está más satisfecho?
–He de confesar que sí. Todas son mis hijas, de alguna manera, pero en esta he puesto el alma y mucho esfuerzo. Además, hay más de mí en ella, de mi forma de ver la vida. En suma, creo que es más íntima, por momentos más poética, y más honda, y el reto literario creo que era mayor.
–Esta es su tercera novela y todas son históricas. ¿Por qué le gusta tanto este género?
–Creo que es una inclinación circunstancial. Como muchos otros, soy un lector que escribe. Y tengo predilección por la historia. En esas lecturas descubro personajes, hechos, acontecimientos…, que me acaban llevando a ello. Por otra parte, hay algo mágico en desafiar a la física y a la muerte y poder viajar a un lugar en que nunca estuvimos y nunca podremos estar de otra forma.
–La música está de fondo en su novela... ¿Quiere decir que con este ingrediente su novela sonará mejor?
–Tal vez sí. Algunos capítulos llevan el nombre de una pieza musical, y quienes gusten de leer con música de fondo pueden poner música a la propia lectura. Lorenzo Ancelli, el protagonista, utiliza esos pasajes, de piezas muchas veces poco conocidas, por ejemplo, para transmitir sus sentimientos a una persona amada a quien, de otra forma, las convenciones sociales no permitirían dirigirse. Espero que los melómanos, en especial, la disfruten y ojalá que quienes no lo sea se animen a profundizar en la belleza de esa música.
–¿Usted cree que la Inteligencia Artificial podrá escribir alguna vez una novela como la suya?
–La IA, sobre la que trabajamos en la UGR dentro de una Unidad de Excelencia Investigadora multidisciplinar, necesita datos. Pero los datos no son emociones. La IA puede proporcionar incluso una gramática y una sintaxis infalibles, construir una historia bien estructurada y con un buen estilo, pero ni genera ni reproduce las emociones que transmite una creación humana. Haga la prueba y pida a Chat GPT que le defina qué es la música. Le dirá: “La música es una forma de arte que se crea a través de la combinación de sonidos y ritmos organizados de manera armoniosa”. Luego lea la primera frase de mi novela: “La música no es más que sabio silencio entre notas afortunadas…”. Y ahora, compare.
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