"Para grabar las cuñas llegaba a meterme en los armarios de los hoteles"
Entrevista. Juan Ochoa. Locutor
La voz de este isleño, un maestro en el doblaje, nos suena a cada instante en la publicidad de TV y radio o en los jingles horarios de la Cadena SER donde además conduce los segmentos comerciales en 'Carrusel deportivo'
Es heredero del recordado Joaquín Prat en la animación comercial de Carrusel deportivo, el formato más veterano de la radio en España, pero Juan Ochoa (San Fernando, 1968) es mucho más, voz de doblaje en el cine su característicos rasgos nos suenan en tantos anuncios de radio y televisión que está unido ya a la memoria colectiva con programa como Cuarto Milenio o El intermedio. "De los creadores de..." es una de esas frases que están en tantos tráileres en las salas de cine que no sonarían igual sin los profundos matices de Ochoa que lleva varios lustros anunciando los contenidos de Canal Hollywood.
-Su voz me suena. Nos suena a todos si ponemos oído ahora mismo a la radio o a los intermedios de la tele...
-Cuando eres joven sueñas con ser un locutor conocido pero este trabajo me ha permitido mucho más. Disfruto muchísimo con poner voz a tantas cosas.
-Para un trabajo como el suyo ahora incluso puede atender una urgencia y grabar con el móvil en cualquier parte.
-La tecnología nos ha liberado, antes era difícil estar disponible para cualquier eventualidad. Para poner mi voz tengo un estudio en casa, tengo unos estudios para desarrollar todo tipo de proyectos (Global Media, en la calle Cardenal Cisneros de Madrid) y dispongo de equipos portátiles. Puedo grabar en el coche cualquier petición de última hora. Antes yo llevaba un maletín con el ordenador y un micrófono neumann, inmenso. Para grabar fuera me tenia que meter en el armario de los hoteles, acolchando la ropa preparaba esos estudios improvisados. En 2010, en el Festival de Venecia con motivo de la presentación de Balada triste de trompeta de Álex de la Iglesia, me llevé seis días metidos en el armario mientras acudía a las galas.
-Y los fines de semana está 'atado' a Carrusel deportivo.
-Es una de las experiencias más sorprendentes que puede vivir cada semana un periodista. Descubres que puedes estar ante un micrófono durante nueve horas seguidas. Quien no la ha vivido, no lo puede entender. Es algo tan coral que da vértigo. El esfuerzo de tantos profesionales, con Dani Garrido y Jorge Escorial, es más que encomiable.
-¿En su caso está en el estudio todo ese tiempo, cada fin de semana, las noches de Champions?
-A raíz de la pandemia tuvimos la oportunidad no tener que estar en el estudio de la radio pero se vive el trabajo en equipo de igual manera. Mi labor además de narrar las cuñas es poner un punto distendido pero tengo cuidado con las bromas de rivalidades de equipos.
-¿Echa de menos Cádiz?
-Me sale del alma estar con mi tierra, por eso he creado producciones como Nos Vamos de la Lengua, uno de los productos que hemos creado en la oficina de Global Media, con Antonio Martínez Asensio y Juan José Téllez. También promuevo Cádiz Bienmesabe, un encuentro que presenta una provincia tan rica en turismo y en gastronomía. Cádiz tiene que convertirse referente internacional en turismo y también en agricultura, ganadería y pesca.
-Hubo una primera vez que se puso ante un micrófono.
-Y fue como un accidente, formando parte de un grupo de teatro de San Fernando. La primera oportunidad de un programa la tuve en Radio La Isla, junto a Paco López. Hicimos Pista en 7, que imitaba a la grandes listas. Imitar a un locutor no se me daba mal. Estuve en Canal Sur y pasé a Los 40 Principales. Generé un equipo magnífico en Radio Cádiz. En Sevilla estudiaba doblaje y mientras hacía Cadena Dial y el Hoy por hoy de Cádiz. Era una locura, yendo y viniendo por la autopista.
-Sevilla tiene excelentes dobladores.
-Doblábamos muchos telefilmes y series para Antena 3, para Canal Sur. Redoblamos las primeras películas de John Wayne. Trabajaba, entre otros, con Mariano Peña. Quemé las naves y me fui a Madrid. Paco Herrera, el director de Cadena Dial, me advirtió del riesgo pero él fue el que me llamó para hacer el programa de las noches, Desmárcate. Y de ahí pasé a las mañanas con Atrévete. Jaime Moreno era el productor de mi programa y es ahora quien lo conduce.
-¿Cómo es la vida de alguien que pone voz a los tráileres de las películas?
-No tiene tanta acción como las películas que anuncio, pero es apasionante. Pero cuando empecé era algo quijotesco que un gaditano se dedicara al doblaje por los prejuicios del acento. Pero ahí estaba la eficacia Me fui abriendo hueco y caminos en el doblaje y en la locución publicitaria. En cine he hecho hasta ahora más de 1.200 campañas, sin contar con las promociones de cine de Canal Hollywood, que entonces serían 10.000. Te vas haciendo un nombre en la profesión...
-¿Y cómo se adapta según si tiene que promocionar una película de superhéroes, una comedia, un dramón?
-Es labor de experiencia y es lo bueno que te brinda el cine, que tiene que salirte de la zona de confort. No puedes engolarte con la voz de galán. En cada campaña tienes que investigar el objetivo, conocer bien la mercancía. Tienes 20 o 30 segundos para transmitir toda tu intención en una película infantil, en un thriller. Si es una película romántica debes añadir matices de seducción; si es un documental, un tono institucional. Hay tonos que llevan nombre. Si es chulesco lo 'alangas' (por Ramón Langa, el doblador de Bruce Willis); si es algo institucional, lo 'abilias', por Abilio Fernández. Si es un documental, el referente es José María del Río.
-¿Añade frases que no están escritas?
-La profesionalidad está ahí. Nuestra obligación es hacer lo que nos pidan los clientes, pero si podemos mejorarlo, sugerir cómo dar más potencia, lo hacemos. Somos herramientas. En este negocio las voces no van envejeciendo, van madurando. Hay que actualizarse con el tono y con el estilo para lo que demanda la audiencia. Hay compañeros y compañeras que han crecido escuchando mi voz en Canal Hollywood o en Cuarto Milenio.
-¿Cómo fichó por Íker Jiménez?
-Salía del turno de Atrévete y se me acerca un jovencito de barba poblada, con aspecto de profesional de lo esotérico, junto a su mujer, Carmen Porter. Y con toda la amabilidad me pidieron hacer los indicativos del programa de radio Milenio 3. La relación ha perdurado. Cuarto milenio lleva ya 18 años.
-¿Y lo de formar parte de El intermedio?
-Está relacionado por ser la voz de Cuarto Milenio. Me llamaron para demostrar que lo que daba miedo no era lo que se decía en el programa sino cómo se decía. Leí la receta de pollo frito, la etiqueta de un gel de baño, un prospecto. Y desde entonces he colaborado con todo lo que me han pedido.
-¿La inteligencia artificial podría suplantarle ahora mismo?
-El ser humano tiene mucho que hacer en sus facetas creativas. Ahora se ha puesto el foco en nuestro colectivo porque la inteligencia artificial puede suplantarnos. La precaución es que puede ir más allá y cómo puede suplantarnos, que mi voz suene con frases que nunca he dicho. Es una reivindicación preocupante porque estamos ante una situación de indefensión Es difícil reconocer si es persona o una máquina lo que está sonando.
-¿Lo humano seguirá teniendo valor?
-Creo es que vamos a volver a apreciar la imperfección y la incorreción. Debemos dar valor añadido a la creación humana.
-Hablaba de lo quijotesco que parecía que un gaditano se dedicara al doblaje ¿ha perdido el acento de San Fernando?
-Mi acento personal me cuesta cada vez más ocultarlo, por relajación. Me pongo la dicción profesional cuando me pongo a trabajar pero me quito ese corsé con facilidad. Nuestros acentos fluyen, el acento andaluz es muy culto y muy bonito. Todo se puede suavizar y exagerar. He nota que en las etapas progresista incluso se democratizan con más facilidad los acentos en los medios.
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