"El flamenco no podrá pagar su deuda con Camarón"
Enrique Montiel · Escritor, coordinador de 'ESPACIO CAMARÓN'
Maestro, novelista, y columnista de Diario de Cádiz, nació hace 61 años en San Fernando y eso le marcó. Publicó en 1993 la biografía 'Camarón, vida y obra del cante' y es productor además de un disco de grabaciones juveniles del inmortal cantaor de la Isla, 'Venta de Vargas'. Entre sus libros de ficción destacan las novelas Mal de piedra y Calle Comedias, a la que la Confederación de Libreros de Cádiz otorgó su Premio Nacional. Desde hace un mes coordina las iniciativas para conmemorar el 25 aniversario de la muerte de Camarón.
-Gestionar la huella artística de Camarón, vaya encargo ¿no?
-Una peoná buena, sí. Pero si me ayudan y confían en mí les ayudaré a hacer realidad lo que la Isla debería ya haber hecho.
-De todas formas, este mandado supongo que es uno de sus grandes orgullos personales.
-Rafael Román en 1999 me dio el primer reconocimiento al pedirme que fuera el Comisario de la Exposición de Diputación, que todavía es recordada como uno de los grandes acontecimientos culturales de 2000. En el transcurso de la cual, no debe olvidarse, logramos que se le concediera a José Monje Cruz la Llave de Oro del Cante a título póstumo. El alcalde de San Fernando, José Loaiza, habló conmigo hace meses y me dijo que tenía que ayudarle a poner en pie a Camarón en la Isla. Le dije: sí, cuenta conmigo. Pero es justo resaltar que los primeros que pensaron en mí fueron los socialistas de San Fernando, Fernando López Gil, Patricia Cavada, Conrado... Que incluso dieron mi nombre en un Pleno.
-En estos tiempos habrá poco dinero para esto.
-Yo le dije al alcalde, no quiero un duro para mí pero no quiero que esto siga siendo un bla bla bla. Confío en él. Por lo pronto ha comprado el patio de vecinos donde nació Camarón... El delegado de Economía, Raposo, me ha dicho que para 2013 ya habrá partida... Es un hombre serio, me lo creo.
-¿De dónde piensa sacar el dinero?
-Bien, llamaremos a todas las puertas. Digo administraciones públicas pero también empresas y particulares. Mi obsesión es que hay que hacerlo, hay que empezar a hacerlo. De hecho, con la donación de La Fragua, un óleo expresionista de Juan Antonio Lobato, podemos decir que se ha abierto la veda...
-¿Cuál será la huella que deje su gestión?
-Convertir al actual Camarón de La Línea en Camarón de la Isla, sin ánimo de molestar. Es que en La Línea, en la casa de Chispa, está toda la herencia material de Camarón, lo que nos gustaría que estuviera en el futuro Museo de Camarón en la Isla.
-Y Camarón ¿qué ha dejado en su Isla natal?
-Unos evangelios mitad apócrifos y mitad canónicos. Porque todo el mundo tiene en el interior recóndito su propio Camarón recordado, su propio recuerdo de la vez que lo oyeron cantar o hablaron con él, o lo vieron por la calle en la motito o en el coche. Y hay círculos de juramentados que sienten que sólo ellos saben la verdad de José Monje Cruz. Hay que acostumbrarse, no pasa nada. También, claro, está la mirada. Lo que miramos cuando sabemos mirar es lo que veía José...
-¿Tenemos que lamentar que no fuera, él tampoco, profeta en su tierra?
-Yo vi su entierro en primera fila. Fue el momento del nacimiento del mito y del profeta en su tierra. Pero claro, una figura controvertida lo seguirá siendo así pasen mil años.
-¿Cree que la Isla aprovecha el tirón del cantaor?
-No. Pero no me gusta personalmente este reclamo. Camarón de la Isla debe ser primero su legado y luego lo que venga. Lo primero es lo primero. Aprovecharse de Camarón, dicho coloquialmente como tú lo dices sería lícito y razonable pero solamente si es mucho más que el reclamo, si es la verdad esencial de un artista genial, que no otra cosa ha sido siempre José.
-¿Qué habría que hacer, que no fueran palabras, para aprovecharlo, siguiendo con el término?
-Darlo a conocer. Convenientemente. Para que vengan todos. Que aquí, en San Fernando, esté su legado, no sólo el recuerdo de su ciudad natal y su ciudad mortal. Eso me parece fundamental. Que el mundo sepa que en este Espacio Camarón va a encontrar el corazón de su arte. Y al propio artista.
-¿Hay mucho que descubrir aún de Camarón?
-Bueno, es curioso esto. He dado conferencias sobre Camarón, he escrito artículos, aparte de la biografía (para los gitanos soy el gachó del libro) y tiendo a pensar que todos saben de lo que hablamos, pero cuando ves la impresión que causa a algunos el que tú lo hubieras visto muchas veces, oído en vivo o entrevistado te das cuenta de que hay mucho por descubrir, sin duda, sin duda... En cierto modo, como es un artista vivo, no es un artista agotado, ni muchísimo menos.
-¿El mito sobrepasó a la persona, al artista?
-El mito es la persona y el artista todo junto. Mucho más cuando sin la persona de Camarón, lo que esto implica, no se entendería su arte... ni el propio mito.
-¿Su trabajo irá más en la senda de humanizar la leyenda o de agrandarla?
-Por lo pronto, recoger tanto como hay esparcido por ahí... Me gustó mucho una cosa que dijo el alcalde Loaiza y que no le señalé entonces, de lo que me sorprendió: "Todo lo de Camarón debe estar en su pueblo, debe estar en la Isla". Siempre ha debido ser este el criterio político sobre Camarón. En cuanto a lo de humanizar, tú sabes bien que más humano que José Monje Cruz era no se puede ser...
-¿A qué figura universal igualaría, en cuanto a altura artística, a Camarón?
-Como músico, a Mozart. Y también a The Beatles o Elvis en su versión de ídolo de masas. El flamenco nunca podrá devolverle la deuda que le tiene... Porque es verdad que lo abrió al mundo de quienes nunca se habrían atrevido, sin él, a cruzar la puerta que desvela este arte esencial y maravilloso. El mundo de los jóvenes y de quienes buscan el arte fuera de las fronteras...
-¿Cree que, en lo bueno y en lo malo, se le ha hecho justicia?
-No sé lo que es en lo malo, la verdad... Ante la muerte no hay querellas, por muy muerto inmortal que sea José Monje Cruz, que lo es, qué duda cabe... De cualquier modo él nunca pidió justicia, dio arte, vida, dulzura y alegría.
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