"La innovación es un riesgo, pero otro mayor es no innovar"
Felipe Romera | Presidente de la Asociación de Parques Tecnológicos de España (APTE)
La trayectoria de Felipe Romera (Soria, 1954) impresiona. Se inició como ingeniero de telecomunicaciones de Ericsson en Suecia antes de dirigir el departamento de I+D de Fujitsu España en Málaga. Es un visionario que halló la clave del éxito de la tecnópolis malagueña, convertida en sede de la Asociación de Parques Tecnológicos de España (que agrupa a 8.130 empresas con 178.535 trabajadores, una facturación de 30.000 millones de euros y que hoy celebra su congreso anual en Sevilla) y de una asociación internacional que agrupa a 400 parques de los cinco continentes.
–Uno de los debates hoy es la necesidad de cambiar el modelo productivo, ¿basta con mirar a los parques?
–Sí, adaptarnos a lo que ya tenemos, una economía basada en el conocimiento, más ligada a lo que llamamos la cuarta revolución industrial, a las tecnologías disruptivas... Y eso es lo que tienen los parques, son un reflejo de hacia dónde tiene que ir la economía .
–¿Cómo ha afectado la crisis del Covid-19?
–En los parques ha habido muchos menos ERTE, las empresas que más han sufrido son la de servicios que dan soporte, como los restaurantes, los centros deportivos... las empresas digitales lo han sufrido mucho menos. El empleo se ha mantenido e incluso ha crecido, es la verdad.
–Este tipo de economía aguanta mejor la crisis, ya ocurrió en la anterior. ¿Cuál es el secreto?
–Así se vio en 2008, 2009 y 2010. Ha aparecido un nuevo vector de trabajo en los parques que es lo que se llama la cuarta revolución industrial, ligado a las tecnologías digitales, que es lo que hace que aumenten los parámetros de los propios parques de forma clara.
–¿Innovar es hoy más que un riesgo una solución?
–La innovación siempre es un riesgo, pero mayor riesgo es no innovar. La innovación es el camino de desarrollo económico de las empresas. Aquellas que no innoven lo tendrán mucho más difícil, tardarán mucho más en desarrollarse y estarán mucho más expuestas a la crisis que las que innoven.
–Los parques tecnológicos y científicos suelen ser escaparates poco visibles aún por la sociedad en general, ¿cuál es el motivo?
–Eso es cierto, en el fondo los parques representan unos ecosistemas de innovación, están encerrados en sí mismos y este proceso hace que el desarrollo económico que ahí se genera no sea perceptible. Fundamentalmente porque no se ve, no porque no exista. No hay duda tampoco de que estos entornos son muy apreciados allí donde están, pero a nivel nacional no tenemos el protagonismo dentro del sistema de innovación que deberíamos tener.
–La cultura emprendedora crece, en las incubadoras. ¿Ese camino de pequeña a gran empresa sólo se puede hacer en los parques?
–No, pero allí es muy representativo. Se está generando en España un proceso amplio y animado por muchas organizaciones, desde ayuntamientos a universidades y los propios parques, para crear start-up. Todas las grandes empresas del mundo que son referencia empezaron hace no mucho siendo pequeñas empresas. En los parques españoles hay cerca de un millar de empresas en proceso de incubación. Y el papel de Andalucía es muy importante.
–¿Qué peso representa?
–En el mundo de los parques mucho más que en la economía nacional. Y, por ejemplo, las empresas andaluzas incubadas en los parques representan un 26% del total de las nacionales.
–¿Andalucía es el Silicon Valley de España?
–Silicon Valley es una idea que sirve de referencia, pero nos falta mucho. Sí es verdad que en Andalucía tenemos muchos referentes similares a lo que significó el Silicon Valley cuando se creó. El buen clima, un lugar al que la gente puede venir a vivir y trabajar... Andalucía tiene una gran oportunidad de atraer empresas y talento aprovechando estas tecnologías digitales. Sí se puede dar en sentido simbólico una similitud con lo que fueron los cinturones solares que se desarrollaron en los años 80 para crear el Silicon Valley. Ser una región cálida es un factor importante.
–¿Podría poner algunos ejemplos de lo que se cuece ahora en los parques andaluces?
–Por centrarnos en dos: en Sevilla es importante el esfuerzo que se está haciendo para conseguir de Cartuja un parque sostenible, con un proyecto de referencia que me gustaría que se extendiera al resto de parques. Y en Málaga hay un proyecto muy innovador para desarrollar una pista donde se están haciendo las pruebas de los coches conectados. Son dos ejemplos muy visibles, pero hay muchos más.
–¿Los parques andaluces compiten entre ellos?
–Nunca he visto esa competencia, ni en Andalucía ni en España. El lugar es un factor fundamental en lo que se llama ecosistema de innovación: empresas , universidades, entidades... que cooperan para desarrollar económicamente un entorno. Las empresas buscan esos elementos de valor para instalarse. Y en Andalucía tenemos un colectivo de parques de los más importante del país, plenamente desarrollados y con mucha dimensión. Todos los territorios andaluces van a tener su oportunidad en esta cuarta revolución industrial. Cuando la economía vuelva a despuntar, tras la pandemia, yo veo los parques repletos de empresas digitales que darán mucho empleo.
–¿En qué nivel estamos en Europa y el mundo?
–En muy buena posición, tanto por nuestra dimensión como por la visibilidad que da tener en Málaga la sede de la Asociación Internacional de Parques Científicos y Tecnológicos (IASP).
–¿El reto es una mayor apuesta por los parques?
–Hay dificultades para que las empresas andaluzas sean más innovadoras. Los parques deberían jugar como organismos intermedios. Las empresas ya instaladas están convencidas de que la innovación y la tecnología es el camino. Pero hay que actuar sobre las del entorno más próximo e intentar que se conviertan también en innovadoras y empiecen a trabajar como empresas digitales. Y éste es el reto, porque los parques van a seguir creciendo y aumentando su peso específico en las economías locales. Lo que estamos debatiendo con los ministerios del Gobierno es cómo participar de las políticas públicas para poder tener un mayor desarrollo.
–¿Qué espera de la conferencia que se inicia el lunes?
–Tiene tres retos: el talento, el territorio y el postCovid. El teletrabajo se está imponiendo y hay que ver cómo afectará a las infraestructuras y a las empresas.
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