"No puedes creer todo lo que piensas"

Tomás Navarro. Psicólogo

Tomás Navarro.
Tomás Navarro. / Antonio Navarro Wijkmark
Fátima Sigüenza

06 de octubre 2021 - 05:00

Tomás Navarro tiene una dilatada experiencia internacional como psicólogo, consultor y escritor. Residente en el Pirineo, en la actualidad reparte su tiempo entre la escritura técnica, la formación, la consultoría, las conferencias y los procesos de asesoramiento personal y profesional. Tras el éxito internacional de sus anteriores obras ahora publica Piensa bonito (Zenith), en el que acerca un nuevo estilo de pensamiento más abierto, libre y resiliente.

-¿Cuánto determinan nuestros pensamientos nuestra vida?

-Todo. Somos lo que pensamos: si crees que no puedes cambiarte a una casa mejor, te quedarás en tu casa; si crees que puedes mudarte a otro lugar en el que piensas que estarás mejor, harás todo lo posible por mudarte. Lo último que hacemos siempre es pensar. Puedes tener una intuición pero lo analizas con el pensamiento, por lo que éste determina cómo es tu vida, sin ningún lugar a dudas.

-¿Qué es pensar bonito?

-Pensar bonito es una manera de aplicar el pensamiento. No es un pensamiento, es una manera de aplicarlo. Hay gente muy inteligente pero no tiene una vida bonita. Es un mecanismo de protección psicológico, un recurso que te va a ayudar a ser más expansivo, más resiliente, a buscar oportunidades, a enfocarte en soluciones y no en problemas... Es un pensamiento que, en definitiva, te va a facilitar la vida, que es de lo que se trata. Y precisamente está muy indicado ahora. En otra entrevista me dijeron "Esto es muy de unicornios, ¿no?" No, porque precisamente ahora que estamos mal la diferencia entre encontrar una oportunidad, crearla, reinventarte, es pensar que puedes hacerlo, y eso es pensar bonito.

-¿Cómo se aprende a pensar bien?

-Hay un libro, que se llama Pensar bonito, que te da alguna clave (risas). Como todo aprendizaje, pensar bonito es una habilidad: se puede poner en práctica y se puede aprender. Doy ocho técnicas muy sencillas, para primero darte cuenta de que no estás pensando bien, que es el principal problema, y luego, para cada error, una técnica que te permita tener ese pensamiento, que es el conocimiento, y aplicarlo en el día a día de manera constante. Es como cuando empiezas a conducir, al principio no sabes, luego lo pones en práctica y al final conduces muy bien. Pues haces lo mismo con este pensamiento para integrarlo en tu día a día.

"La diferencia entre encontrar una oportunidad, reinventarte o no es pensar que puedes hacerlo"

-¿Cuáles son los errores de pensamiento más comunes?

-Hay ocho grandes errores y otros pequeñitos, que he listado, unos 140. Y hay más, muchos más. Por ejemplo, pensamos rápido y se nos pasan detalles por encima; pensamos de una manera muy superficial y no llegamos al fondo de las cosas; pensamos de una manera categórica y dictamos sentencias a partir de un único acontecimiento... Hay muchos errores, pero lo más preocupante es cuando, en momentos en los que tenemos que ser valientes y sentirnos seguros, no lo hacemos, y eso condiciona que no defiendas tus derechos, no marques límites o no te atrevas a hacer cosas que deberías hacer.

-Nuestro cerebro también comete "fallos" en ese aspecto.

-Muchos. De hecho, el primer problema es que no puedes creer todo lo que piensas, pero tampoco puedes no creer nada de lo que piensas. Hasta la persona que piensa mejor del mundo tiene momentos o áreas en las que no piensa bien. Si bebes una botella de tequila no pensarás bien. Se trata de identificar esos momentos para saber qué has de modificar y qué está bien.

-¿Son el miedo y la inseguridad nuestros mayores enemigos?

-Sí, porque si no te sientes capaz de hacer algo ya no lo probarás. Y si lo pruebas y te va mal, dirás ¿ves como no sé? Pero fíjate en cuántas cosas te salen bien a la primera. Si vas esperando que vaya mal y te va mal pensarás que no te habías equivocado, y con este pensamiento lógicamente te quedas paralizado y no pruebas a mudarte a una casa mejor, a dar el paso y pedirle a esa persona que te gusta conoceros y todo lo que requiere valor en el día a día.

-También hace hincapié en que preocuparse no es pensar.

-Pensar puede ser productivo y preocuparse no es productivo, es darle vueltas a algo. Imagínate que tienes un coche, giras el volante completamente a la derecha y le das gas. ¿Qué va a pasar? Vas a dar vueltas, no vas a ningún sitio. Eso no es pensar, es preocuparse. Pensar es aplicar el análisis, lo que sabes, lo que conoces, a tu día a día para que te vaya mejor.

-"Todos tus pensamientos no son tuyos". ¿Cuál es el peligro del "pensamiento corsé"?

-Hay pensamientos a los que le damos mucha importancia porque lo han dicho personas que creemos que tienen más criterio que nosotros y, de hecho, le damos más importancia al criterio de esa persona que al nuestro propio, lo que acaba condicionando nuestra vida. "En mi casa me han dicho que no monte una empresa, que me haga funcionario". Pero a lo mejor mi padre me dijo que no montara una empresa porque a él le salió mal porque no sabía de empresa, pero yo sí sé. Hacemos análisis muy malos, con grandes tópicos, y nos condiciona la vida con cosas que no tienen sentido.

-Propone un ejercicio para identificar los pensamientos distorsionados: la pregunta del millón.

-Pensamientos distorsionados, de manera categórica, tenemos muchos. Cuando te deja tu pareja dices "Nunca más volveré a querer a nadie como a Pepe" y entonces digo escríbelo, ponle unos interrogantes y léelo en voz alta: "¿Nunca más volverá a querer a nadie como a Pepe?". Bueno, pues depende. Esa persona se responde. Es diferente plantear una cosa de manera categórica y reafirmarla que plantearla como una pregunta. Es una técnica muy sencilla que te permite desbloquear muy rápido ese tipo de pensamientos tan categóricos.

-En un mundo en el todo tiene que ser rápido e inmediato, ¿cuál es la clave para empezar a practicar el arte de pensar lento?

-Priorizar. Nos quejamos de que no tenemos tiempo y si miras el móvil resulta que te has pasado una hora haciendo un scroll infinito. ¿Realmente no tienes tiempo o no has invertido bien el tiempo? A veces corremos mucho para llegar a ningún lado o corremos mucho para llegar a casa, tumbarnos y no hacer nada. Hay tiempo para todo si te organizas bien y limitas los distractores. Hay datos que son irrelevantes que ocupan tiempo y espacio y hay datos que son importantes. Es importante saber qué es irrelevante y qué no para poder centrarte.

stats