"La exigencia en este país debemos cambiarla”
Isabel Celaá | Ministra de Educación y FP
Confía en que la vieja normalidad vuelva a las aulas el próximo curso
Defiende la “excepcionalidad” de los alumnos repetidores y aboga por una FP vinculada a la empresa
Mañana fresca de junio en Madrid. La ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, acaba de llegar del consejo de ministros en el que se ha aprobado rebajar el IVA para la luz y que en pocos días pueda empezar a prescindirse del uso de la mascarilla en exteriores.
La entrevista tiene lugar en la sede del ministerio que preside, en la céntrica calle de Alcalá de la capital española. Nos recibe en la conocida como Sala de los Goya, donde hasta hace poco más de un año se celebraban las conferencias sectoriales de Educación con los consejeros autonómicos del ramo. Hoy la preside un enorme plasma de televisión, por medio del cual se siguen estos encuentros por videoconferencias.
La ministra acude a la cita con un ejemplar de la Lomloe, la última reforma educativa que tantos titulares (y polémica) ha generado el último año. Tiene señaladas varias páginas, en previsión de lo que pueda preguntarle el periodista. Sobre una alargada mesa, con mascarillas y respetando las distancias de seguridad, comienza a responder.
-Ha acabado el curso más difícil en la historia reciente de España...
-Sí, porque ha habido circunstancias imponderables que han hecho muy complejo mantener las escuelas abiertas. Somos de los pocos países del mundo en el que hemos logrado que no se cerraran. Nos habíamos percatado del desastre que supuso tal medida en marzo de 2020, especialmente para los alumnos, y la conferencia sectorial no estaba dispuesta a que se repitiera. Éste es un reconocimiento que quiero hacer a la comunidad educativa por su gran esfuerzo, que ha permitido que el 98% de las aulas hayan permanecido abiertas, un logro valorado, incluso, por diversos organismos internacionales.
-¿Qué lección deja la pandemia en las aulas?
-Varias. Ha permitido que la educación escale varios puestos en la agenda política y social de este país. Las familias han mirado a la enseñanza. Se han dado cuenta de que, cuando no funciona, hay un problema gordísimo. Les ha permitido meterse en los trabajos de sus hijos, enterarse de qué hacen, algo que ha sido muy beneficioso para la maduración tanto de padres como de alumnos. Pero también nos deja la lección de que la presencialidad es insustituible.
-Los estudiantes que se han examinado de la Selectividad están marcados por la pandemia. ¿Se ha valorado ya esta influencia?
-Los alumnos que se han presentado este año sufrieron el cierre de las aulas en 2020 y muchos, el modelo semipresencial de este curso. No tenemos todavía un estudio profundo de los datos de la Evau, pero pensamos que el efecto no se percibirá demasiado.
-¿Habrá que seguir con las mismas medidas sanitarias el próximo curso?
-Lo que hemos aprobado con Sanidad es pasar de una distancia entre alumnos de 1,5 metros a 1,2. El resto de medidas las mantenemos, lo que no significa que en agosto, en vista de la rapidez con la que avanza la campaña de vacunación, podamos relajar por completo las medidas de distancia. Esto lo valoraremos en algunas de las conferencias sectoriales previas al inicio de curso. Pero la pandemia sigue ahí y hay que enfrentarla con la misma prudencia que hasta ahora.
-¿Confía en que el próximo curso las aulas vuelvan a la vieja normalidad?
-Confío mucho en eso. Pero para ello insisto en mantener los refuerzos contratados para este curso, que estuvieron financiados por el fondo Covid del Gobierno. Es necesario que esos 40.000 docentes continúen porque hay que recuperar toda la capacidad de desarrollo de talento de los estudiantes.
-¿Y cuál es la intención de las comunidades al respecto?
-Algunas, entre ellas Andalucía, ya me han confirmado el propósito de mantenerlos. De otras, aún no tengo respuesta. Pero recuerdo que existen recursos económicos, tanto europeos como estatales, para que ese refuerzo continúe, como los 13.000 millones que Hacienda repartirá a las comunidades y en los que la educación debe ser prioritaria, pues supone la base del desarrollo social. Además, la impresión que tienen los consejeros es que este curso, gracias a esa dotación extraordinaria, ha mejorado el rendimiento académico y la convivencia escolar. En educación, como en sanidad, la mejora del servicio público depende de los recursos humanos, en nuestro caso, de los buenos docentes.
-Vayamos a la reforma educativa. ¿Se puede pasar a partir de ahora de curso sin límites de suspensos?
-Es radicalmente falso. En la Lomloe sólo se habla de dos materias no superadas para promocionar, como han permitido las anteriores leyes. Incluso la Lomce -impulsada por el Gobierno de Rajoy- mencionaba tres, de forma excepcional, para obtener la titulación en Secundaria. Se trata de un bulo más de los que han usado los partidos de la derecha a la hora de oponerse a la reforma.
-Pero da la impresión de que todo queda en manos de la junta de evaluación y que ya no existirán criterios objetivos. ¿Esto no puede crear agravios comparativos entre alumnos?
-Pues no, porque lo deciden los profesionales. Es como si fuéramos a un hospital y decidiéramos desde fuera qué es lo que deben hacer los médicos. Además, el hecho de que los docentes tengan que ponderar la evaluación de un estudiante constituye una garantía importantísima de que está capacitado o no para pasar al curso siguiente.
-¿Cree sinceramente que esto ayudará a reducir la tasa de repetición que sufre España?
-La media de repetidores de este país triplica a la de la OCDE, algo que se observa en los informes Pisa. Si la OCDE tiene una tasa del 11% en alumnos de 15 años, en España esa cifra llega al 29%. Es un problema que hay que solucionar, puesto que obedece a algún motivo. Resulta, además, especialmente preocupante cuando comprobamos que la mitad de esos alumnos, y esto también lo refleja Pisa, ha superado las materias, pese a lo cual, repiten. Por lo tanto, la exigencia en este país debemos cambiarla, porque no podemos concluir que los estudiantes españoles son más lentos y perezosos que los del resto de Europa.
-¿Este mensaje no echa por tierra la cultura del esfuerzo?
-El esfuerzo, que tanto se preconiza, no sólo debe hacerlo el alumno, al que en España se le carga de deberes, sino también el sistema, de ahí la importancia de la junta de evaluación, que ha de trabajar colegiadamente y decidir si ese estudiante ha alcanzado los objetivos de una etapa. La repetición es una modalidad más, pero debe ser excepcional. Un país con un 30% de menores que no promocionan de curso genera una sensación de fracaso y, además, encarece muchísimo el sistema educativo. Pero sobre todo crea en los estudiantes frustración, lo que impide alcanzar el empoderamiento que necesita al salir de la escuela.
-¿Y esa propuesta la entiende Europa? Ya hay varias comunidades, entre ellas Andalucía, que se han opuesto.
-La mayoría de los países de nuestro entorno no ponen barreras para acabar la enseñanza obligatoria, se entiende que es lo mínimo que un menor de 16 años puede tener. Nosotros poseemos una enseñanza exigente, pero ahora, con la Lomloe, no queremos un sistema educativo para un país que no existe, sino reformarlo y adaptarlo a las corrientes europeas e internacionales. Precisamente, lo que hacemos es requerir un sistema mucho más exigente, porque el currículo es de mayor profundidad.
-En eso también ha habido polémica...
-Es un currículo competencial, de conocimientos que permitan ser aplicados por el alumno. Lo que queremos es mayor profundidad y menos longitud, como nos ha recomendado la OCDE. Trabajamos sobre el estudiante para darle un perfil de salida, que obtenga unas competencias clave con las que poder enfrentar la vida. Un objetivo mucho más contemporáneo. No se trata de que se sepa de corrido los listados de los reyes o las partes de una flor.
-En ese sentido, usted ha cuestionado la gran carga memorística de la educación española...
-No voy a negar la importancia de la memoria, que forma parte de la inteligencia y es una pieza valiosísima para el aprendizaje, pero en el currículo que estamos desarrollando prevalece la idea de que necesitamos conocimientos esenciales para ser aplicados. Preferimos que un alumno conozca cómo funcionan algunos elementos de la química a que recuerde todo el listado de la tabla de elementos. Éste es el enfoque diferente que queremos darle a la educación española.
-Siempre se ha criticado que a la hora de abordar estos aspectos no se haya contado con los profesionales de tiza y pizarra...
-Nunca antes se había desarrollado un currículo con la ayuda de los expertos y, sobre todo, con profesores de aula, que colaboran ahora con el ministerio en este propósito.
-La Logse ya intentó educar en competencias hace 30 años. ¿Por qué se ha tardado tanto en ponerlo en marcha?
-La Logse habló de un sistema educativo basado en capacidades, pero no llegó a desarrollarlo. Ahora no sólo se trata de competencias, sino de enfrentar al alumno a situaciones de desempeño reales para que afronte los desafíos contemporáneos: la economía verde, la educación para la salud, la igualdad o la digitalización. Necesitamos, en suma, educar de otra manera para un mundo que vive en un constante cambio vertiginoso.
-Otro punto polémico de la reforma: la concertada. ¿La libertad de elección de las familias sigue garantizada?
-La Lomloe dice claramente que el sistema público de educación se prestará a través de los centros públicos y de los centros privados-concertados. Y, además, refrenda el derecho a la educación de todos y la libertad de enseñanza. De facto, todo los niños de este país ya han cursado su admisión para el próximo curso. No ha habido ninguna protesta ni caso alguno en el que no se haya respetado ese derecho a la libertad. Por lo tanto, aquella polémica supuso otro bulo de la derecha. La libertad está perfectamente garantizada en la reforma. No es un problema del sistema educativo español. De hecho, somos el décimo país del mundo donde hay mayor posibilidad de elección en la enseñanza pública.
-¿Y por qué cada vez que llega un Ejecutivo socialista los colegios concertados se echan a temblar?
-Esta alarma ha surgido con las leyes socialistas. Desde la LODE de 1985, que fue la que precisamente impulsó el régimen de conciertos. Es un mantra de la derecha española en su discurso dirigido a las familias. Y es algo totalmente falso, porque la concertada ha podido progresar igual que la pública durante este tiempo.
-Pero según esta ley, en la planificación sale perjudicada con la bajada de la natalidad...
-La Lomloe lo que pone sobre la mesa es una realidad incuestionable, que existe segregación escolar, ya sea por extracción socioeconómica, orientación sexual o raza, y que la red pública es el eje vertebrador del sistema educativo, donde la concertada también debe cumplir esa función social. Ambas han de asumir la diversidad.
-Pero en el texto de la Lomloe se considera a los concertados como "subsidiarios" de la pública, eso implica una diferencia...
-No. Nunca los hemos considerado así. Son dos redes, pero la pública es el eje vertebrador del sistema por la implantación que tiene (supone el 70% de los centros), por la diversidad que asume en sus aulas y por su disponibilidad geográfica: en el pueblo, la montaña y la ciudad.
-¿El hecho de que existan 17 sistemas educativos diferentes en un mismo país no resulta contraproducente?
-En absoluto. El sistema educativo español es único, pero cada comunidad y cada centro atesora una forma propia de hacer las cosas, lo que no quebranta la unidad. Tenemos idéntico currículo, al menos en lo que compete al Estado; la misma función pública y estudiamos los mismos temas. En todo caso, esta diversidad autonómica y de centros le ha dado mayores logros a la enseñanza, porque todos lo que quieren es mejorar.
-¿Peligra el castellano en las aulas catalanas?
-En Cataluña hay libertad educativa para el alumno. Es verdad que el catalán prevalece en algunos niveles, pero eso no significa que exista un problema lingüístico. No encontramos a nadie que no hable castellano en Cataluña. Le repito, no hay problema, más allá de las voces que quieran exagerar esta cuestión.
-¿En España hay excedente de titulados universitarios y déficit de técnicos de FP?
-No voy a afirmar algo tan rotundo, pero sí es cierto que España tiene un porcentaje de universitarios superior a la media europea, lo cual no es negativo. Lo preocupante es la falta de titulados en ciclos formativos medios y superiores, porque aquí se ha considerado siempre la FP como un itinerario de segunda. Esto nos ha llevado, tras unos años en los que esta formación no se ha trabajado como se debía, a una distancia con los países de nuestro entorno que empieza a ser sideral. Nos encontramos también con que casi la mitad de la población carece de titulación profesionalizante, que es lo que acredita lo que se sabe ante un eventual empleador.
-En breves palabras, ¿qué aporta la nueva FP que ha diseñado su ministerio?
-Conectar la formación con el mundo de la empresa, situándola no sólo en el observatorio, sino co-gobernando también en la educación para que los alumnos tengan contacto con el ámbito laboral desde que comiencen la FP Básica. De esta forma, dicha enseñanza va a ser dual, aunque de distinta intensidad, según las horas que los estudiantes pasen en los centros de trabajo. Será una FP muy cualificada e internacional, para lo que hemos incorporado en el currículo el inglés, además de estar conectada con la investigación y la innovación.
-¿Por qué se degrada a los profesores técnicos sin titulación universitaria a "cuerpo a extinguir"?
-Esto ya se ha resuelto por el proyecto de ley que se llevó hace escasas semanas al consejo de ministros. Los profesores técnicos son imprescindibles en la FP y para ellos hemos generado un cuerpo específico, pensado para las especialidades que no poseen equiparación en el mundo universitario.
-Hay quien pone en duda las bondades de una FP Dual que suple la función docente con personal de las empresas...
-Habrá un tutor de centro y otro de empresa. Entre ambos se decidirá la nota final.
-También ponen en duda que dicho modelo se tome de Alemania, país con un tejido empresarial e industrial muy distinto al español...
-Al contrario de lo que la gente pueda pensar, en Alemania no todas las compañías son del Íbex, sino que también existen muchas pymes. Aquí vamos a trabajar con ambos tipos, porque debemos dejar algo claro: no existe FP sin empresas, puesto que lo contrario es una formación de laboratorio.
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