“Los ecosistemas en España están viviendo una regresión”
ARTURO MENOR | DIRECTOR DE CINE
El director talaverano estrena su tercera película, 'Iberia, naturaleza infinita', este viernes en el Festival de Cine de Málaga
Entrevista a Alejandro G. Calvo: "Fui mucho al videoclub, que fue de las cosas más bonitas de mi vida"
Arturo Menor (Talavera de la Reina, 1970) estrena este viernes su tercer largometraje, Iberia, naturaleza infinita, en el Festival de Cine de Málaga. El director, que heredó la pasión del legendario Félix Rodríguez de la Fuente por la biodiversidad, es considerado como uno de los mejores cineastas especializados en naturaleza de España. En su última cinta, que ha rodado durante 53 semanas en 70 localizaciones a lo largo y ancho de la Península Ibérica, tratará de mostrar al espectador los espacios naturales más espectaculares de la geografía patria, además de concienciar sobre las amenazas que sufren las especies endémicas del país.
-Su nuevo trabajo camina entre el documental, la ficción y la realidad. ¿En qué género lo enmarca?
-Considero que es cine de naturaleza, porque no es una película de ficción al uso ni tampoco es un documental. Está basada en un guion original sobre el que se han rodado todos los elementos para montar las diferentes secuencias y culminar la realización de la cinta. Un documental retrata hechos que suceden en la naturaleza de forma espontánea y aquí no es así, porque hemos escrito una historia y luego hemos ido al campo a filmar todos los comportamientos que aparecen en el guion.
-¿Por qué ha elegido el águila real como protagonista?
-Por primera vez quería dar una visión de la naturaleza ibérica, que abarca una extensión considerable que hace que sea difícil conectar un animal que vive en la Sierra Subbética de Córdoba con otro que habite en la Cordillera Cantábrica en Asturias. Tenía que encontrar un elemento que pusiera a todos en relación. De ahí surgió la idea de hacer el viaje de algún animal que tuviera su área de distribución en la Península Ibérica con una capacidad elevada de desplazamiento. Siempre intento mostrar un contenido educativo en mis películas y encontré que una de cada cuatro especies de aves están amenazadas en España y, principalmente, las de gran tamaño. Fui acotando hasta encontrar el águila real, presente en toda la Península y con un grave problema de conservación debido a la electrocución por tendidos eléctricos.
-¿Qué tecnologías han usado para rodar y cómo ha sido la convivencia de estas herramientas con las especies?
-El público está acostumbrado a un tipo de realización cinematográfica cada vez más compleja y sofisticada. No podíamos quedarnos atrás y teníamos que incorporar estas herramientas a nuestras producciones. Hemos utilizado drones para hacer recreaciones y planos subjetivos de la visión del propio águila. Es difícil que las aves toleren este tipo de aparatos porque los ven como una amenaza. También hemos usado cámaras subacuáticas, que se emplazan en el lecho del río y no perturban el comportamiento de los peces.
-Teniendo en cuenta que el rodaje ha durado 53 semanas en unas 70 localizaciones, ¿Cuál ha sido la secuencia más compleja de filmar?
-Ha habido especies difíciles de grabar como el águila azul, que es un ave rapaz pequeña bastante desconfiada y poco tolerante ante nuestra presencia. Por otro lado, los urogallos en los Pirineos están en un sitio bastante remoto. Tuvimos que subir cargando con todo el equipo, la comida, los sacos de dormir, las esterillas y tuvimos que pasar la noche en medio del bosque. Prácticamente no pudimos dormir, porque no teníamos ningún tipo de comodidad y una de las noches nos nevó. Pero el resultado fue bastante gratificante, porque conseguimos hacer buenas tomas de los urogallos en todo su esplendor y en época reproductiva.
-¿Cómo ha sido la planificación para grabar a todas las especies teniendo en cuenta los emplazamientos y las horas?
-Cada especie es diferente pero, al final, la planificación es la misma para todas. Un grupo de naturalistas que están en el campo y llevan haciendo seguimiento a cada una de las especies desde hace años tenían información muy precisa que compartieron con nosotros. En el caso de los urogallos, este tipo de ave estaban a primera hora del día y a última de la tarde. Tuvimos que ir a mediodía, cuando no había nadie para escondernos y justo cuando empezaba a salir el sol pudimos grabar las imágenes que salen la película.
-¿Cuál es el estado de los ecosistemas españoles?
-Lo miro con preocupación porque están en regresión. Muchos paisajes de nuestra geografía están llenos de aerogeneradores y es una alteración del paisaje que provoca un retroceso en los ecosistemas. Otro ejemplo es el estado de los ríos que sigue siendo lamentable. Además, hay otro tipo de ecosistemas como las llanuras y las estepas que están siendo ocupadas sistemáticamente para la implantación de placas solares y energía fotovoltaica que, en algunos casos, afecta a las especies esteparias. No quiero ser pesimista, pero veo un deterioro paulatino en muchas líneas.
-¿Cuáles son las principales amenazas que sufren las especies?
-La principal causa de muerte no natural es la electrocución en tendidos eléctricos. Se lleva trabajando desde hace años en este tema, pero queda mucho por hacer. Otra de las causas es la colocación de cebos envenenados para acabar con especies como los zorros o los lobos, pero no se sabe a ciencia cierta qué especie comerá esa carne y pueden ser buitres o rapaces que, en situaciones de carencia de alimentos, recurren al carroñeo.
-¿Cree que en España se consume este tipo de cine?
–Félix Rodríguez de la Fuente generó una afición que todavía perdura. Ha habido algunas películas como Cantábrico que llegó a hacer 650.000 euros de taquilla y muchas películas de ficción no alcanzan estas cifras. Es evidente que al público español le gusta el cine de naturaleza e ir a verlo a las salas, porque la experiencia es más inmersiva, bonita y enriquecedora.
También te puede interesar
Lo último