"Las últimas leyes sociales carecen del reposo necesario"
Antonio Ojeda Avilés | Escritor y catedrático de Derecho del Trabajo
Acaba de publicar su tercera novela histórica, 'La llamada de la Estepa', ambientada en la conquista de Siberia
Hablamos con él de las medidas laborales aprobadas en la legislatura pasada y de los efectos del teletrabajo
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Experto en derechos laborales y también escritor de literatura histórica. Hablamos con Antonio Ojeda Avilés, quien ha publicado ya su tercera novela, La llamada de la Estepa (Almuzara). Este catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad de Sevilla (US) dedica arduo tiempo a preparar estas obras enmarcadas en un contexto histórico concreto, como es el caso de esta última, ambientada en la conquista de Siberia.
Además de su perfil como novelista, también hablamos de la reforma laboral, el SMI y todo lo que concierne a la actualidad política de España tras las elecciones del pasado 23-J.
En un agosto con el mercurio por encima de los 40 grados y acabado de llegar las vacaciones, nos atiende en su domicilio.
-Estamos ante su tercera novela, después de Vientos Etesios y La Conquista de Tartaria. Veo que le ha cogido el gusto a esto de escribir...
-Como decía el sabio, busca algo que te guste y no tendrás que trabajar el resto de tu vida. He escrito más de 70 libros sobre materias laborales, y ahora alterno la producción científica con la novela histórica. Ésta es mucho más divertida, desde luego.
-Aquella primera novela le surgió en un congreso en Creta. ¿Cómo se origina La Llamada de la Estepa?
-Me llamaba la atención el escaso conocimiento que había sobre una de las ampliaciones del universo conocido más grandes ocurridas en la historia, la conquista de Siberia, que en una sola generación triplicó o cuadruplicó el territorio de un país ya de por sí grande como era la Rusia europea. Lo sabíamos casi todo de la conquista de América, tanto del norte como del sur, y casi nada de la de Siberia. Se me ocurrió relacionar la una con la otra, y reflejar las posibles diferencias y semejanzas entre ellas. Se trataba, además, de una conquista de ida y vuelta: por donde habían llegado los tártaros siglos antes se lanzó un torrente de cosacos, tramperos, soldados y comerciantes. Esa ida y vuelta la escenifico en el trak, la senda postal seguida por los correos a caballo del imperio tártaro, que siglos más tarde constituiría el corazón de la ruta cosaca hacia el Mar de Ojotsk.
-Me imagino que en sus novelas la labor de investigación histórica debe ser ardua. ¿Cuánto tiempo ha empleado en la actual?
-Mis novelas están hechas en los ratos libres, los viajes, los fines de semana, las vacaciones, así que en cada una he tardado años en prepararlas. Con fruición, con regodeo, ahondando sin prisas en los detalles. Por ejemplo, me entretuve en la Biblioteca Británica de Londres un par de semanas cuando descubrí que allí había un tesoro dedicado a la familia Stroganov, aquella familia que recibió el encargo del zar Iván el Terrible de iniciar la conquista desde las posiciones iniciales, en torno al Volga y el Kama, fronteras líquidas con las tribus tártaras de entonces.
-Me llama mucho la atención la leyenda de las siete ciudades de oro...
-La conocemos como leyenda, pero es mucho más que eso. Materia de romances en la Reconquista de los siglos X y XI, se mezcla con los relatos de Marco Polo en el siglo XIII sobre la fabulosa isla de Cipango, una isla que será la que Colón busque en sus viajes con el libro de Marco Polo en su faltriquera, y que orientará a Magallanes en su búsqueda de las islas de las especias. Los españoles las buscaron sin descanso en diversas expediciones por el norte de Nueva España, por encima del actual México, pero fracasaron. Los mejores geógrafos holandeses, pese a todo, llamaron con los nombres de sus principales ciudades (Quivira, Anian) la parte de Alaska frente a Siberia. Por fin, a mediados del siglo XIX, se descubrió oro en grandes cantidades en el norte de California, y, a finales de ese mismo siglo, también en la parte de Alaska referida. La avalancha de buscadores llegados de medio mundo se nominó en ambos casos como fiebre del oro.
-Hay quien dice que en esta ambición de los comerciantes por la Siberia subyace el anhelo imperialista de la Rusia de Putin...
-O su complejo de fracaso. El loco zar Iván IV El Terrible quería conquistar como fuera el Báltico, hacia occidente, y hasta pensó en contraer matrimonio con Isabel de Inglaterra. Sólo cuando fracasó en aquellos proyectos puso su furia en el otro lado, en la conquista de Siberia...y aquello salió como la seda, a costa de aniquilar a todo ser viviente en las estepas y la taiga.
-En recientes fechas el Papa Francisco ha dicho que el conflicto bélico entre Rusia y Croacia es "una tercera guerra mundial fragmentada". ¿Está de acuerdo con eso?
-No. Una guerra mundial no sólo implica el apoyo a los contendientes, sino involucrarse en ella. El modelo admirado por Putin es sin duda el cabo Hitler, y éste luchó en el campo de batalla contra tirios y troyanos hasta que se le doblegó. Lo malo de estas lucubraciones es que dan ideas a buenos y malos.
-Háblenos de Íñigo, el personal principal de su novela. ¿Está basado en alguna persona real?
-Diría con una expresión en boga que es un personaje basado en hechos reales. Muchos españoles lucharon en la guerra de Livonia frente a los rusos y algunos fueron apresados por éstos. Íñigo niño seguía con su familia a su padre, oficial artillero, y con él cae prisionero y es vendido a la familia Stroganov, que utilizará al padre para iniciar la conquista de Siberia. Por sus ojos desfila la inmensidad del país, se enamora de él, asiste a las atrocidades que se cometen. Marcha en vanguardia incluso como parte de la última expedición que alcanza el Océano Pacífico. Perderá la cabeza por una mujer de fábula, la mujer de su vida, pero el azar no siempre sirve las cartas boca arriba.
-Como experto en derecho laboral que es, ¿la nueva reforma laboral y la subida del SMI han permitido salvar a Pedro Sánchez?
-La fibra que está salvando a Sánchez, en mi opinión, es de índole personal: como deportista de élite que ha sido en otro tiempo aprendió a sufrir y resistir. Las derrotas las interpreta simplemente como partidos perdidos en una serie de encuentros cuyo saldo final aún no se conoce.
-Al final parece que la subida del SMI no ha provocado la fatalidad económica de la que algunos agoreros advertían...
-Las medidas de este tipo elevan el consumo, y con él los ingresos de las empresas, y con ambos la economía del país. Muchas veces olvidamos esta otra cara de las medidas sociales. Ahora bien, deben hacerse con mucho cuidado para no romper los equilibrios básicos. Y me temo que en esa abundancia de leyes sociales de estos años se ha actuado sin el reposo necesario. Cada ley requiere un tiempo de madurez.
-Pasada la pandemia, la mayoría de las empresas han optado por el regreso al trabajo presencial. ¿El teletrabajo no era tan perfecto como nos lo pintaban?
-Estructuralmente el teletrabajo no es posible en la agricultura ni en buena parte de la industria, pues en ellas el campo y la fábrica son entornos necesarios. Queda el sector servicios, donde los trabajos se pueden prestar a distancia, si bien una multitud de empresas ha de atender al público en las tiendas, restaurantes y demás. Ciertamente que en todos estos casos cabrá reducir el trabajo “presencial” a lo estrictamente indispensable cuando el telemando y el telecontrol avancen un poco más. Y en cuanto a la pregunta que me hace, repare en que el teletrabajo ha destrozado las garantías clásicas frente a la explotación del trabajador, pues el encargo o la orden pueden llegar ahora en el domingo o en la noche, siempre con la coletilla del “es para antesdeayer”. La Ley 10/2021 muestra en este sentido muy buenas intenciones.
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