Elvira Mínguez: "Para rodar 'Marbella' era necesario estar ahí, entre casoplones"
Además de ser una agente en la serie 'Marbella', sobre las mafias en la Costa del Sol, acaba de rodar una miniserie para Atresmedia de su propia novela, 'La sombra de la tierra'
“He escrito los personajes que me hubiera gustado interpretar”
Esta actriz se ha metido a escritora y su novela se convierte en serie
La actriz, escritora y cineasta Elvira Mínguez (Valladolid, 1965) estuvo vinculada al teatro hasta que en 1994 su papel como etarra en Días contados, Imanol Uribe, le valió una nominación al Goya. La buena estrella, Solo mía o Tapas (ganó la Biznaga de Plata por Raquel) fueron otras de sus apariciones con las que se convirtió en un nombre a tener en cuenta. Interpetó a Clara Campoamor en el telefilme para TVE. En la serie Marbella de Dani de la Orden y Alberto Marini para Movistar PLus + es una comisaria enfrentada a las mafias de la Costa del Sol y acaba de rodar la miniserie basada en su propia novela, La sombra de la tierra, sobre dos mujeres enfrentadas en un remoto pueblo zamorano, Villaveza del Agua.
-¿Reconoce a veces este mundo que nos ha tocado vivir?
-Todo va muy deprisa pero a ritmo de moviola, es como si estuviéramos retrocediendo en derechos y libertades. No es tanto que no hemos aprendido sino que no hemos sabido enseñarlo. Yo no culpo tanto a las generaciones que nos suceden sino que no hemos sabido hacerles valorar y guiarles.
-Pero hemos avanzado en muchos aspectos.
-Hemos conseguido cosas en nuestra democracia, pero no podemos nunca darlas por conseguidas. Hemos avanzado mucho pero hay aspectos que los veo amenazadas por la irrupción de la extrema derecha. Pertenecemos a una generación a la que la economía le ha pisado los talones y a las siguientes observo que se ven amenazadas por la precariedad.
-En la serie Marbella, en Movistar Plus +, muy recomendable, usted es un agente de la autoridad que se ve desbordada precisamente por las circunstancias.
-En Marbella mi personaje, Marta, está cansada de pelear por lo justo, de darse cuenta de que no es que no haya gente que esté dispuesta a trabajar con ella, sino que faltan los medios adecuados. La policía está trabajando con vehículos que incautan y esa falta de medios les impide avanzar para controlar las múltiples bandas que operan en la Costa del Sol y en general en nuestro país. Marta, por los años que tiene, tiene cierto punto de hartazgo, pero con el coraje y la fuerza de cumplir con su misión.
-¿Cómo es la Marbella que plasma la serie?
-Sin duda se plasma una Marbella real que pone el foco en esas mafias que se mueven por la costa. El denominador común de esos 150 grupos diferentes es la ostentación, la muestra de poder. Hay un contexto geográfico, unas condiciones determinadas, que pone las cosas fáciles, ese triángulo que forman Algeciras, Gibraltar y Marbella, entre drogas, mercancía y lavado de dinero.
-¿Podría estallar el enfrentamiento abierto entre esas bandas?
-Hay un equilibrio, un organigrama y limitaciones. Hay administradores para que se cumpla esa convivencia. Es en realidad un equilibrio débil y todos saben que movimientos de fuerza pueden desmontar todo en un instante.
-Nada es lo que parece entre esos personajes.
-Hay giros imprevisibles porque en ocasiones nadie tiene claro quién es el otro. Hugo Silva, que es el abogado central de la historia, hace un trabajo formidable. Fue un rodaje complicado por la cantidad de personajes y poder explicarlo todo.
-¿Cómo ha sido el trabajo con el director, Dani de la Orden?
-Me ha dejado margen. Ha tenido en mí una confianza ciega. Dani toma la batuta y deja hacer.
-Y grabar en la propia Costa del Sol le habrá hecho sentir más de cerca su personaje.
-Era importante estar allí, en Marbella, para estar entre los casoplones, en ese ecosistema que narra la serie. También grabamos en mansiones de Madrid, pero las escenas en la Costa del Sol contribuyen a la verdad. El artículo de Nacho Carretero y Arturo Lezcano en El País abría el melón para contar todo esto.
-La fuga de Karim Bouyakhrichan, de la Mocro Maffia neerlandesa fue como si se hiciera promoción de 'Marbella'
-Es la muestra de que es real lo que contamos.
-Usted también ha acabado de rodar su propia serie, La sombra de la tierra.
-He dejado ahí toda mi experiencia como autora y como directora. La sensación que tengo de este trabajo para Atresmedia es haber tenido una libertad enorme. Han sido dos años desde que Planeta quería publicara la novela y terminamos de rodar hace unos meses. Ahora estoy en la sala de montaje y esta satisfacción me da mucho vértigo. Llevo 25 años en esta profesión y ha sido lo más satisfactoria que he hecho en mi vida
-¿Ha contado con todos los medios que deseaba para rodarla?
-Da igual el presupuesto porque siempre piensas que va a ser poco. He tenido que hacer un ejercicio de desprendeme la novela y he hecho una adaptación diferente con mi guion. Son cosas distintas. Dirigir es el arte de la renunciar Hay cosas que no puedes hacer de la novela.
-¿Y el montaje?
-Después de grabar tienes que volver a abrirte la cabeza montando lo que has rodado.
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