“En la copla lo que hay es mucha hambre”

–Gracias a la televisión, por fin se enteran de que su nombre, Pive, es con v.

–Tiene que ver con la televisión. Yo participé con mi colegio, el Santo Tomás de Aquino, en el concurso Cesta y Puntos, aunque iba de suplente. Era el pívot del equipo de baloncesto del colegio. De ahí lo de pive. Unos creían que era pibe argentino, otros me confundían con el batería de los Payos que se fue a Alameda.

–De mánager de Silvio a estrella televisiva por la copla. ¿Un transgresor?

–Silvio copleaba mucho. En la película sobre su vida, A la diestra del cielo, versiona La zarzamora como una tarantela italiana. Parafraseaba Carmen de España y el artista al que más quería era Antonio Molina.

–Lo reconocen en la calle las mujeres. ¿Cómo lleva el salto de underground a mediático después de verlo en un coche con Silvio rodeados de moteros?

–También iban don Curro, el barbero, la novia de Silvio y el chófer, un músico que nos llevó en el Mercedes de su padre. Le dieron la medalla al mérito rockero. A Silvio y a mí nos gustaba esa literatura del franquismo. Su muerte impidió que sacáramos un disco titulado Educación y Descanso. Nuestro epitafio.

–¿Ha pasado de las minorías a las multitudes?

–Se ha cerrado el círculo de Nietzsche. Hace muchos años, puse en marcha el Festival de la Canción Femenina. La chica que ha protagonizado el minuto de más audiencia de la televisión andaluza, Joanna Jiménez, ganadora de la primera edición de Se llama copla, participó con once años en aquel festival.

–¿Y al franquismo le gustaba la copla?

–La copla nace en la República. La primera es del año 31, Mi jaca. En ese tiempo goza de mucha libertad. La copla no es franquista, atraviesa el franquismo, que le censura muchas letras. Prohíbe la palabra mancebía en Ojos verdes. La Piquer se negaba a cambiar la letra y prefería pagar la multa. En la guerra, la película más vista en los dos bandos fue Morena Clara, de Florián Rey y con Imperio Argentina. Empecé un ensayo, La España de las coplas que interrumpí por el programa, en el que imagino a un investigador que estudia la historia de España a partir de las letras de coplas de los años treinta a los sesenta. Y de lo que hablan es del hambre que había.

–¿Hacen de la necesidad virtud?

–La copla es un Broadway de toda España. Es una vergüenza, un insulto, una barbaridad que para las autoridades culturales andaluzas y españolas hayan pasado inadvertidos en 2008 los centenarios de Rafael de León, cuyas letras están más presentes en el pueblo que las de Lorca o Cernuda, los de doña Concha Piquer y de Miguel de Molina. Si fueran de Estados Unidos...

–¿Su primera aparición en televisión?

–En los años setenta, en un programa que hacían Diego A. Manrique y Gonzalo García Pelayo. Yo llegué al rock por el arte. Me dedicaba a la fotografía conceptual y formé el grupo Goma con Pepe el Saxo. Sacamos un disco titulado 14 de abril el 14 de abril de 1975.

–Silvio se pone a cantar al morir Elvis. ¿Qué significó en la copla la muerte de Rocío Jurado?

–Rocío es la mejor voz española del siglo XX, pero en la copla se sintió mucho más la muerte de Juanita Reina.

–¿Cuántos artistas ha visto para el programa?

–Unos ochocientos.

–Han salido coplas como un poltergeist...

–Se la hemos devuelto al pueblo. En Los Palacios nos han dicho que en los ambulatorios ha disminuido el consumo de ansiolíticos entre personas mayores.

–¿Los vaivenes sentimentales de Eva González y Casillas afectaron a la estabilidad del programa?

–Para nada. Eva es una de las razones del éxito del programa. Desde Amparo Muñoz no recuerdo una Miss España tan rotundamente guapa como ella. Una mairenera que sigue saliendo con sus amigas de siempre, que veranea en Conil de toda la vida.

–A Silvio se le adjudica una voz negra. ¿Qué le parecería lo de Obama?

–Estaría encantado. Primero, por la voz de Obama. Sonora, rotunda, musical. Silvio le puso a su hijo Sammy por Sammy Davis Jr. y no perdía la esperanza de tener un descendiente negro aunque fuera en la quinta generación.