“El confinamiento ha salvado cientos de miles de vidas”
José Martínez Olmos | Senador
José Martínez Olmos es senador por el PSOE, pero, sobre todo, uno de los mayores expertos en Sanidad. Acaba de publicar el libro ‘El ladrón de nuestras vidas: El Covid-19’, sobre la pandemia que sufrimos. Fue secretario general de Sanidad entre 2005 y 2011. Por entonces tuvo que enfrentarse a la epidemia de la gripe A, de la que escribió otro libro. Es profesor de la Escuela de Salud Pública. También ha publicado ‘Generar confianza en una crisis: ¿Es posible?’, libro donde aborda la importancia de una buena comunicación para gestionar alertas sanitarias.
–Acaba usted de escribir de libro El ladrón de nuestras vidas: El Covid-19. ¿Qué nos ha robado el virus?
–A muchas personas les ha robado la vida de familiares cercanos. A muchas otras, su salud, su empresa o su trabajo. A todos, algo de libertad y muchos besos y abrazos. Pero sería bueno que no nos robe las ilusiones.
–¿Qué ha pretendido al escribirlo?
–He querido aportar desde mi experiencia y modestamente, algunas reflexiones que sirvan para hacer mejor las cosas ante posibles futuras pandemias, que estoy seguro vamos a tener que enfrentar.
–Es usted consciente de que será uno de los miles de libros sobre el coronavirus que estarán pronto en el mercado.
–Sí. No pretendo ganar dinero sino dejar un testimonio experto acompañado de 40 relatos de personas que han querido acompañarme con sus experiencias. Entre ellos, algunos que han enfermado por el Covid-19.
–¿El mundo se merecía esto que está pasando?
–En absoluto. Ahora bien, el mundo tiene que aprender a prepararse mejor frente a estas amenazas que aprovechan la globalización que nos caracteriza. Los virus van con las personas de un extremo del mundo a otro en horas. Es el mundo que vivimos.
–¿Qué le ha robado este virus a usted?
–A mí abrazar a mi madre que cumplió 89 años confinada en una residencia y también me ha robado abrazar y besar la tripita de mi hija que está embarazada de mi primer nieto. Por supuesto que me ha robado poder estar con otros seres queridos y con los amigos. Un ladrón con mayúsculas.
–Si eso fuera una novela de terror… ¿cuántos capítulos nos quedan?
–Eso no lo sé. Puede que alguno más sobre todo en países pobres. Pero los que ya hemos vivido en España y en todo el mundo son terribles. Sobre todo, para las familias de los fallecidos y para los afectados por el coronavirus. Y nos queda ver el impacto de la pobreza y el paro.
–¿Hasta entonces tenemos que estar en estado de alarma?
–Tenemos que estar alertas para que, cuando acabe el estado de alarma, nuestro comportamiento ayude a reducir al máximo el riesgo de contagio. Eso depende mucho de todos nosotros.
–Usted fue secretario general de Sanidad durante la ‘gripe A’. ¿Hubiera mejorado la gestión de esta crisis?
–Este virus es distinto. Es más traicionero porque buena parte de los casos son asintomáticos, pero contagian. Y el contagio es de gran intensidad. Algunas respuestas actuales tienen su base en la experiencia de la gripe A que me tocó afrontar en 2009. Pero este es otro caso distinto.
–¿Cree que este Gobierno lo está haciendo bien en este tema?
–El confinamiento ha salvado cientos de miles de vidas. Los errores, que los hay en todos los gobiernos autonómicos y en el de España, deben ser analizados para aprender. Pero le diré que el sistema sanitario actuó con unanimidad de las autoridades sanitarias autonómicas y nacionales hasta la declaración del confinamiento, algo que ningún consejero de salud pidió antes de adoptarse la medida.
–¿Cree que se debería hacer algo que aún no se ha hecho?
–Hay que enfatizar en la necesidad de protegerse del contagio y de proteger a los demás, aplicando a rajatabla las medidas de distancia social de dos metros, uso de mascarilla e higiene de manos, entre otras. Al sistema de salud le queda reforzar bien la atención primaria para la vigilancia epidemiológica y el rastreo de casos y contactos. Esto es básico.
–¿Hay países que lo han hecho mejor que nosotros?
–Seguro que sí, aunque habrá que esperar para ver cómo acaba todo esto. Para mí, es interesante la respuesta de Corea del Sur y de Portugal. Pero también me interesa saber de los que no lo hayan hecho bien para aprender: Brasil, EEUU o Reino Unido merecen análisis.
–¿Sale usted todavía a aplaudir a las ocho de la tarde a los sanitarios?
–Yo aplaudo a los sanitarios cada día desde que acabé la carrera de medicina en Granada en 1982. Soy un defensor de la sanidad pública. Pero no olvidemos a tantos trabajadores esenciales en este confinamiento, que no son sanitarios pero que han sido decisivos.
–En el libro da usted unas recomendaciones. ¿Cuál serían las más importantes?
–En general aprender de lo bien hecho y de los errores. No debemos estar nunca más sin una reserva estratégica de materiales de protección y equipamientos para UCI que ya pedía yo tras la Gripe A. También, hay que reforzar las unidades de salud pública y apostar por la sanidad pública, que ha de estar coordinada con la red de protección de nuestros mayores.
–¿Qué es lo que deberíamos aprender de esta pandemia?
–Que la sanidad es una inversión, sobre todo la prevención. Y que hay que reforzar a la OMS dándole más recursos y más competencias. Habrá más pandemias y estaríamos mejor protegidos.
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