“La ciencia no puede hacerlo todo sola”
Jordi Pereyra. Divulgador científico
Jordi Pereyra Marí (Ibiza, 1990) se graduó en Ingeniería Mecánica y dedica su vida a la divulgación desde que inauguró el blog y canal de YouTube Ciencia de Sofá, donde intenta transmitir conceptos científicos de forma sencilla y amena. Tras recibir varios galardones en este ámbito, su actividad divulgativa lo llevó a trabajar en las secciones de ciencia de varios grandes medios de comunicación como escritor, editor y asesor científico, además de a publicar varios títulos con Paidós; el último, Guía para sobrevivir en el espacio.
-El título del libro es Guía para sobrevivir en el espacio. ¿Es una especie de premonición? ¿Estamos abocados al desastre?
-No, espero que no (risas), porque por mucho que la vida empeore en nuestro planeta la Tierra será mucho más habitable que cualquier cuerpo celeste de nuestro sistema solar. Así que, en principio, si le va a servir a alguien esta guía será probablemente dentro de varios cientos de años.
-¿Hay poco nivel científico en la sociedad española? ¿Es por falta de interés?
-En general, la ciencia no despierta el interés que creo que debería despertar entre la población. Vivimos en un mundo en el que dependemos mucho de la tecnología y de la ciencia para nuestro día a día, nos ha dado los aparatos con los que nos comunicamos, la medicina moderna que nos permite vivir más, la agricultura que nos permite alimentar a tanta gente... Todo esto es resultado de avances científicos y me da la impresión de que la gente no conoce lo suficiente sobre ciencia en comparación con lo que nos influye. Es verdad que hay una falta de interés pero, a lo mejor, también es porque es complicado explicar la ciencia de manera amena para que aprender sobre ciencia se vea más como una especie de ocio que como una obligación o una tarea tediosa. Es lo que intentamos hacer en divulgación.
-¿Cómo despertar el interés por la ciencia? ¿Se fomenta en las escuelas?
-No sé cuál es el currículum actual en las escuelas. Supongo que cada profesor, cada centro lo enfoca de una manera distinta. Creo que lo mejor es darle un enfoque más práctico a la ciencia, intentar transmitir que todas estas teorías, estos conceptos científicos, se traducen en la vida real. Nuestro día a día está plagado de ejemplos.
-¿El desconocimiento científico explica la desinformación?
-En gran medida sí. Hay veces que la gente se desinforma porque quiere, porque un bulo en concreto se alinea con su ideología, o porque quiere ver el mundo así por algún motivo. Es más probable que alguien que no tiene formación científica o a quien no le interesa la ciencia caiga en las redes de algún charlatán para venderle alguna idea absurda, que alguien que sí tiene interés o esa formación.
-¿Hacen mucho daño las redes sociales?
-Son una herramienta que puede hacer mucho daño, pues favorecen mucho la propagación de bulos sobre ciencia, pero al mismo tiempo hay gente que se dedica a luchar contra esos bulos en estas redes. Es un poco frustrante como divulgador ver la facilidad con la que se crean los bulos y se extienden y la cantidad de esfuerzo que se requiere para desmentirlos y que luego, además, no se comparta tanto. Por suerte, la mayor parte de la gente se fía de la ciencia.
-¿Qué evidencia científica sigue despertando recelos?
-En el campo de los transgénicos, de la agricultura transgénica, hay bastante desconocimiento en general porque los transgénicos son una herramienta que tiene mucho potencial para ayudarnos en esta situación de crisis climática, se pueden crear cultivos que resistan mucho mejor las condiciones de sequía. Es un tema que suele suscitar bastante polémica entre el público en general y creo que, en gran parte, es por el desconocimiento de la ciencia que hay detrás. Tienen mala prensa los transgénicos pero creo que inmerecida: no soy agrónomo, tendrán sus cosas cuestionables, pero han demostrado ser una tecnología segura y que funciona.
-¿Y los temas que más triunfan?
-Yo suelo tratar sobre todo astronomía, geología y química. En mi caso, sobre todo los temas de astronomía y de materiales interesantes suelen funcionar bastante bien, pero al final la divulgación tiene mil ramas y cada divulgador te dirá que tiene unos temas predilectos.
-¿Hay fenómenos que aún escapan a la ciencia?
-En astronomía pasa bastante. Los agujeros negros, por ejemplo, son un tipo de cuerpos celestes súper extremos donde las leyes de la física no son capaces de describir lo que ocurre en el centro mismo de estos objetos. En este sentido, hay muchas cosas en las que aún falta bastante información para poder desvelar cómo funcionan, pero lo bueno que tiene la ciencia es que a medida que vas acumulando evidencias vas acercándote cada vez un poco más a la verdad. Espero que en el futuro acabemos descifrando este tipo de incógnitas.
-En un futuro con recursos escasos, como el agua, con subidas de precios en combustibles, alimentos... ¿Cuál sería el papel de la ciencia?
-La ciencia nos va a ayudar, como ya hace, a descubrir nuevas maneras de producir energía que no liberen dióxido de carbono y eso nos va a ayudar a combatir el cambio climático. La energía eólica, la solar, la nuclear, la hidroeléctrica... son métodos que nos permiten generar mucha energía con una huella de carbono muy pequeña, y seguro que aparecerán métodos nuevos en un futuro. También, como comentaba, la ciencia aplicada a la agricultura ayudará a seguir produciendo grandes cantidades de alimentos y alimentar a la población en un futuro con un clima más incierto. Al final, en todos los campos que se nos ocurran la ciencia poco a poco los va mejorando y va haciendo que sean más eficientes y respetuosos con el medio ambiente y, en general, que nuestra vida sea mejor.
-¿La ciencia puede arreglarlo todo?
-Tampoco hay que confiarse. La ciencia es la herramienta más poderosa que tenemos para intentar solucionar los problemas que hay en el mundo pero tampoco hay ninguna garantía de que vaya a encontrar todas las soluciones. En este sentido, hay que apelar un poco a la responsabilidad individual. Yo, por ejemplo, confío en que lograremos mitigar el cambio climático, que nos pongamos todos las pilas, particularmente los gobiernos y las empresas, y más o menos consigamos limitar su impacto, pero eso no quita que yo como individuo también tenga que intentar limitar las emisiones que produzco lo máximo posible. Hay que ayudar a la ciencia porque no lo puede hacer todo sola.
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