“No por ir muy rápido se viven las cosas antes”
Entrevista a Álvaro de Luna
La vorágine sentimental en la que se encuentra Álvaro de Luna (Sevilla, 1994) no le aparta de su camino. La música ha sido y será su norte, y lo demás solo es ruido mediático, aunque afecte a una vida personal respecto a la que se muestra tajante, y de la que no quiere hablar, tras su reciente separación de la influencer Laura Escanes. Mientras, la gira por Italia y América le tiene “muy ilusionado”. Desde febrero llenará las salas españolas.
–¿Quién es Álvaro de Luna?
–Pues un chaval muy sencillo, con las ideas muy claras y con mucha capacidad de entrega, algo que creo que es importante cuando te dedicas a algo tan sacrificado como la música.
–¿Hay mucho ruido a su alrededor ahora con el éxito que está obteniendo o se sigue manteniendo firme para dedicarse a lo que siempre quiso?
–Sigo siendo bastante fiel a mí mismo, aunque obviamente he cambiado, como todos, porque la vida te va curtiendo y enseñando cosas, y de alguna forma vas evolucionando. Sí es verdad que sigo viviendo como un chaval muy ilusionado con su trabajo, que ha conseguido que su pasión se convierta en su curro, así que soy muy feliz con todo lo que está pasando.
–Su último trabajo, Uno, no es su primer disco. ¿Por qué se llama así?
–Por muchas cosas. Si tuviera que volver al principio me hubiera encantado que hubiera sido mi primer disco. Me parece un disco muy maduro, muy bien hecho, muy completo, y para el que he tenido tiempo. Un tiempo para reposar las canciones, definir bien a qué tenían que sonar cada una y cómo tenían que ser interpretadas. Algo que no pude hacer con el primero porque me lo tomé de otra forma, entré un poco en el círculo que existe ahora mismo alrededor de la música en streaming. Así que cuando me he terminado de encontrar a mí mismo he visto que, de alguna forma, aunque tenga que adaptarme a los tiempos en los que vivo, soy otro tipo de artista. Me gusta trabajar con un concepto, sobre una idea. Quiero seguir trabajando las canciones en base a un álbum. Me ha costado pero he entendido que yo voy con otro tiempo y que no pasa nada. Cada uno tiene sus tiempos y su ritmo.
–¿A quién le canta en Uno?
–Es parte de mi personalidad. Tengo canciones para todos y para momentos por los que todos pasamos.
–¿Se le ha quedado algo en el tintero?
–No, hemos hecho un disco muy pensadito, muy soñado. Suelo trabajar de seguido, pero ahora me lo estoy tomando con calma. Ya pensaré en el siguiente.
–Aunque los temas son suyos, ¿se implica mucho en la creación del disco?
–En absolutamente todo. Hay que tener las ideas muy claras de los procesos de un álbum, porque al final no deja de ser un proyecto importante al que tienes que mimar, y cuando lo tienes claro vas a lo seguro, a confiar en uno mismo y a respetar en la visión que tienes de las canciones. Yo he pensado y decidido la foto, el color rojo... eso ha hecho que esté muy al final de cada proceso.
–¿Ser tan exigente resta más que suma o no?
–Creo que indudablemente suma. Cuando eres exigente das lo mejor que ti, y aunque no quiere decir que sea lo perfecto, sí que de alguna forma es lo ideal porque te superas. Es muy positivo.
–Tuvo un parón profesional y decidió retomar su carrera con este disco, ¿qué le hizo volver a escena?
–No fue un parón profesional, fue un parón porque, al no tener conciertos, perdí la voz por estrés y por ansiedad. Tuve como un bloqueo mental y no era capaz de cantar. Ese tiempo me sirvió para reflexionar mucho sobre la realidad de ahora mismo, cómo debía afrontar el proyecto, qué me había traído hasta aquí, por qué hago lo que hago y cómo conectar con mi yo personal. Al final es muy importante no perder la perspectiva de por qué se hacen las cosas. Cuando van bien es algo común perderla porque vas a un ritmo frenético y todo lo de alrededor es muy positivo y es nuevo, y te distrae.
–¿Cree que la vida va muy rápida para un cantautor?
–Va muy rápida para todo el mundo. Veo a mis hermanos y han crecido a una velocidad que pienso que no corresponde. Las cosas hay que vivirlas con más calma, sobre todo para entenderlas, para aprender de ellas. Creo que no por ir más rápido se viven las cosas antes. Al final la vida es una y no hay que correr para nada y te lo dice un tío que ha corrido mucho. (Risas)
–Su estilo musical es particular, sensible... ¿Hay hueco para este tipo de música teniendo en cuenta lo que está saturando el mercado?
–Sí, claro que lo creo. Solo hay que fijarse en artistas como Dani Martín, Sebastián Yatra o Leiva, muy respetados y queridos. En el mundo hay gente dispuesta a escuchar de todo.
–Pero son estilos muy contradictorios.
–En cada momento y situación hay cosas que se ponen más de moda, pero no por eso dejan de funcionar.
–¿Qué es lo mejor de usted y qué lo peor?
–No lo sé, es una pregunta complicada. Creo que debería tomarme más tiempo para estar con mi familia y conmigo. Soy muy exigente y si no tengo la oportunidad de desconectar de lo que hago y de reconectar con mi raíz es complicado mantener la cordura.
–Las redes sociales le adoran, ¿cómo lo lleva?
–(Risas) Siento bastante cariño y eso es positivo, y aunque no soy muy constante con las redes, intento que pasen un buen rato.
–¿Se siente muy presionado con la popularidad que ha cogido últimamente?
–Al principio sí, ahora no. Acabas conviviendo.
–Haber sido pareja de Laura Escanes no ayuda a pasar desapercibido...
–Lo siento pero no hablo de mi vida privada.
–¿Qué queda del Álvaro de Luna de La Voz o de Sinsinati?
–He evolucionado bastante. Estoy contento con la persona en la que me he convertido. He vivido con intensidad en un corto periodo de tiempo y eso es positivo.
–¿Es profeta en su tierra?
–Creo que sí, me tratan bastante bien y estoy muy agradecido por ello.
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