“Somos analfabetos emocionales”
Borja Vilaseca | Escritor
Borja Vilaseca (Barcelona, 1981) es un agitador de consciencias. Un hombre inquieto, emprendedor –fundador de varias escuelas, entre ellas Terra–, que ha viajado por el mundo trabajando para onegés e impartiendo temáticas como el desarrollo personal y el liderazgo. Acercarse a su biografía es un ejemplo de transparencia. Su sencillez, conocimiento y su discurso sencillo cala en sus lectores y en el oyente. Un millón y medio de seguidores en redes lo avalan, a los que ofrece ahora Tú eres lo único que falta en tu vida.
–¿Estamos a falta de autoconocimiento?
–Totalmente. El sistema educativo industrial no ofrece educación emocional para saber quiénes somos, qué necesitamos para ser felices, cuál es nuestro talento o nuestra pasión, qué nos motiva. No nos han preparado para la vida, no nos han equipado emocionalmente para afrontar los retos y desafíos del futuro. De alguna manera somos analfabetos emocionales, no sabemos lidiar con nuestras emociones. Tenemos una mente que nos esclaviza, muchos pensamientos neuróticos, creencias limitantes que no hemos elegido... al final todo es fruto de un condicionamiento social y llega un momento que, inevitablemente, entramos en crisis existencial por un vacío, por cambios que no sabemos gestionar y para mí la solución a todo esto es el autoconocimiento.
–¿Qué herramientas te da?
–Te permite aprender a saber qué te pasa y a ser tu propio gurú para saber gestionarte emocionalmente y caminar por este manicomio social por el que vivimos con un poquito más de cordura, sensatez, sentido común y poder ser el cambio que este mundo tanto necesita.
–¿Tenemos muchas luces y sombras?
–Sí. La sombra es el ego, que son creencias limitantes, traumas, heridas, complejos, miedos, inseguridades, carencias, frustraciones... Tenemos una parte de nosotros que rechazamos, que no nos gusta, que no queremos ver y eso lo tapamos, lo maquillamos y eso nos gobierna. También está el egocentrismo. Ese yo, yo, yo, una cultura muy narcisista que va a más. Pero luego hay un parte más luminosa, una parte consciente, sabia, amorosa pero está tapada por capas y capas de dolor, de vacío, de condicionamiento. Por tanto el autoconocimiento es esa especie de blackanddecker que te permite traspasar el cemento y acceder a esa parte esencial que todo ser humano tiene dentro. Es nuestra responsabilidad acceder a ella.
–Afirma que el ego nos esclaviza, ¿cómo podemos controlarlo si forma parte de nosotros y es algo tan básico y podemos esquivar tan fácilmente?
–Estamos secuestrados por el ego, estamos hipnotizados por la mente y somos marionetas de todos estos pensamientos neuróticos que no controlamos y que gobiernan nuestra vida. Hay que ser conscientes de lo que es el ego, de cómo nos manipula y cuando lo vas integrando ya no tiene tanto poder. Ya no es el director general de tu vida, sino que está ahí como instinto de supervivencia, ya no nos domina y lo tenemos en su sitio. Así ya no nos tomamos las cosas como algo personal, cuando hay un conflicto sabemos ceder, no somos tan tremendamente egocéntricos, reactivos y victimistas porque somos conscientes de este mecanismo. No se trata de demonizarlo, ni de matarlo, sino de integrarlo conscientemente.
–¿Vivimos anestesiados por nosotros mismos o por los medios, las redes, por cosas que están lejos de nuestro control?
–A los lectores siempre hay que decirles que no se crean nada, que sean muy escépticos, que tengan espíritu crítico y que se atrevan a verificar la información. En general vivimos dormidos, con el piloto automático. Yo les preguntaría cuántos se han duchado mientras se estaban duchando. Cuántos bajo el agua caliente estaban disfrutando, valorándola, sintiéndola, sin pensar en otra cosa. La mente nos hipnotiza. Los pensamientos nos transportan como alfombras mágicas a realidades imaginarias y al creérnoslo sufrimos por cosas no reales. Sentimos ira, tristeza, pero en realidad no está sucediendo. Al estar tan secuestrados estamos muy desconectados del bienestar. Y ¿qué hacemos desde el ego? Pues mirar hacia fuera, porque dentro es demasiado doloroso, buscamos que algo nos ayude a sentir bien. Hay quien busca en el amor, en el dinero, en las redes, en el móvil, en el alcohol, en las drogas... Somos una sociedad de buscadores, pero ese algo no nos llena, y nos volvemos adictos. Esa es la anestesia general, el sistema se ha convertido en un gran parche que nos proporciona tiritas para un vacío existencial que no se va a llenar nunca. Despertar pasa por darse cuenta de estas mentiras que nos contamos. Hay que pararnos y conocernos para encontrar el bienestar dentro, y desde ahí poder relacionarnos con lo de fuera de una manera más madura, más libre y disfrutar de todo.
–¿Qué es el Eneagrama?
–Es la mejor herramienta de autoconocimiento que existe para comenzar a relacionarnos con nosotros mismos, para comenzar a ser conscientes de nuestra inconsciencia, para poner luz a nuestras sombras y es un manual de instrucciones de la condición humana que explica con nueve tipos de personalidad, a grandes rasgos, cómo somos los seres humano y por qué somos como somos. El Eneagrama se está popularizando, masificando porque funciona, porque es muy fácil de interiorizar y es apta para escépticos. Con que te mires en este espejo vas a verte reflejado y eso es un bofetón tremendo para la ignorancia. Es un puente psicológico entre la parte psicológica y espiritual. Te ayuda a sanar, a encontrarte y a vivir de manera más cuerda.
–Pero recibe críticas porque hay falta de comprobación científica.
–Para mí es muy empírico, lo verificas desde la experiencia, lo que hace falta es que un grupo de científicos tenga el valor de conocerse a sí mismo a través del Eneagrama y encuentre la forma de verificar, a través del método científico, lo que muchos ya hemos verificado.
–¿En los 15 años que llevas impartiendo clases ha evolucionado o involucionado la sociedad?
–Estamos continuamente evolucionando, pero lo estamos en un momento muy oscuro, con un culto al ego tremendo, pero es un paso previo a un potencial despertar de conciencias masivo. No empezamos a conocernos hasta que no nos saturamos de ego y tocamos fondo. Hay tres opciones: o se suicidan, o se medican o se conocen a ellos mismos, y ahí entra el Eneagrama.
–¿Está en contra de la medicación?
–La medicación parchea, hipnotiza, pero no lo demonizo. No estoy en contra. Todos somos neuróticos, el autoconocimiento te lleva a la raíz del problema. No hay sanación sin eso, pero hay gente que no puede con el sufrimiento y es necesaria la medicación como alivio temporal, no para solucionar. El autoconocimiento es muy doloroso pero efectivo.
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