Bernabé Fernández: "Escalar se parece mucho a descifrar un jeroglífico"

Entrevistas

La escalada deportiva en España debe gran parte de su definición actual a este malagueño, pionero en la consecución de retos internacionales, divulgador incansable de la práctica y fundador de Beclimb, rocódromo de referencia en Andalucía

Alberto Ginés se aferra al sueño olímpico

Bernabé Fernández (Málaga, 1974), en acción.
Bernabé Fernández (Málaga, 1974), en acción. / M. G.
Pablo Bujalance

14 de agosto 2024 - 05:59

Pionero fundamental de la escalada deportiva en España, Bernabé Fernández (Málaga, 1974) se convirtió a sus 14 años en el escalador más joven del mundo en completar un ascenso catalogado como 8a+. También fue el primero en su especialidad en encadenar la primera propuesta mundial de un 9b+ con Chilam Balam, la vía de 82 metros localizada en Villanueva del Rosario (Málaga), pero los reconocimientos a su trabajo han llegado desde distintas partes del mundo. Fiel a su carácter innovador y a su empeño en divulgar la escalada, en 2015 inauguró también en Málaga Beclimb, un rocódromo que ha servido de inspiración a otras muchas instalaciones deportivas dentro y fuera de Andalucía. Ahora, Fernández tiene en la ampliación de Beclimb su proyecto más deseado.

-La existencia de Beclimb confirma que la escalada es una práctica en auge. ¿A qué cree que se debe su popularidad?

-Los rocódromos se están convirtiendo en los gimnasios del futuro. El público que llega a estas instalaciones es cada vez más diverso, desde profesionales que vienen a completar sus entrenamientos a familias que acuden con una intención más, digamos, lúdica. Y creo que, precisamente, la mayor conciencia de que la escalada puede disfrutarse de muchas maneras es lo que más ha contribuido a su popularidad, por no hablar, claro, de su reconocimiento como deporte olímpico. Cuando lo inauguramos, Beclimb era, con sus seiscientos metros cuadrados, el mayor rocódromo de Andalucía y el segundo más grande de España. Posteriormente, se inauguraron rocódromos de más de tres mil metros cuadrados, lo que nos habla bien de esa afición creciente. Precisamente, el futuro de Beclimb pasa ahora por su ampliación, para que vuelva a ser una de las instalaciones más importantes de España. Estamos en ello.

-Hasta no hace mucho, quienes acudían a escalar en parajes como El Chorro eran, sobre todo, extranjeros.

-Así es, El Chorro es la cuna de la escalada deportiva en Andalucía. En los años 80, el paraje empezó a hacerse muy popular en toda Europa y venían escaladores de distintos países a probarlo. Ahí di yo también mis primeros pasos. Pero hay que tener en cuenta que la escalada es un deporte complejo, que incluye muchas modalidades. Todo comenzó con el alpinismo, de ahí se pasó a la escalada y finalmente la actividad se consolidó como escalada deportiva, pero siguió creciendo con otras opciones como la escalada artificial o en hielo, con distintos niveles de dificultad. Con todo esto, lo habitual es que cada escalador vaya definiendo su modalidad y se especialice, con lo que se desplazará, preferentemente, a donde pueda desarrollar esa especialidad.

-¿No entraña la mayor afición a la escalada un peligro, dado el riesgo de la actividad?

-Sí, todavía hay algún que otro pirata en este sector, gente que se inicia y empieza a escalar en compañía de otra gente en cuya experiencia confía y que en realidad apenas tiene unas nociones básicas. Como dices, la escalada es un deporte de riesgo y es muy importante tomar todas las precauciones y contar con los materiales adecuados, porque si no lo haces así lo más probable es que sufras una caída. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de los accidentes que se producen se deben a errores humanos, no a fallos del material. Es cierto que cuando empecé en esto todo era mucho más arriesgado, porque, entre otros motivos, los materiales no eran tan fiables como lo son ahora; pero también eso nos obligaba a quienes practicábamos la escalada a ser mucho más cautos, ya escalásemos a vista o de manera más trabajada.

"Los rocódromos se están convirtiendo en los gimnasios del futuro"

-¿Echa de menos las facilidades de que disponen hoy los escaladores para hacerse profesionales?

-Lo único que pude conseguir en mis años de mayor dedicación a la escalada fue que me dieran los materiales. Nunca disfruté de una sola ayuda económica. Así que yo era un escalador profesional y, al mismo tiempo, no lo era. Hoy sí hay muchos escaladores profesionales que, además, son conocidos y seguidos por públicos cada vez más amplios, sobre todo desde que la escalada llegó a las Olimpiadas. Todo lo relativo a la escalada goza de una consolidación mayor, pero el riesgo sigue estando ahí y la precaución sigue siendo obligada.

-¿Recuerda algún momento como el más especial en su trayectoria como escalador?

-Cada momento tiene su importancia, ya que cada reto tenía su razón de ser. Hay vías que recuerdo con más cariño, otras tal vez pudieron resultarme más anodinas, pero lo importante es lo que significan cada una de esas piezas en el conjunto. Piensa que, al principio, los retos que iba logrando no tenían precedentes en Málaga, ni en Andalucía, a veces ni siquiera en España, lo que le daba a cada vía, a cada pared, una connotación muy especial. Pero, en todo caso, les tengo más cariño a los comienzos, a los años en que hacía escalada principalmente por diversión. Después, cuando todo cobró un carácter profesional y empezaron a llegar las obligaciones, la intensidad era la misma, pero ya no resultaba tan divertido.

-Usted nació en el seno de una familia con una más que notable tradición literaria. ¿En qué se parece la escalada a la escritura de un poema?

-Siempre digo que la escalada se parece a descifrar un jeroglífico. Ante un jeroglífico tienes que descifrar el texto, y cuando escalas tienes que descifrar la pared, sus movimientos, todo lo que te va diciendo. Hay que prestar mucha atención a los detalles, te tienes que ir quedando con cada uno de los signos hasta que, al final, los reúnes todos y eres capaz de leer la pared entera. Pero escalar tiene que ver también con bailar, con dejarse llevar en cada gesto hasta encontrar la armonía perfecta.

-¿Echa en falta algo en la escalada que se practica hoy día?

-Quizá un mayor contacto con la naturaleza. En los últimos años han aparecido muchos rocódromos y otras instalaciones, que aportan seguridad y fomentan la práctica, pero la escalada deportiva se está separando cada vez más del medio natural, que es donde nació este deporte. Y no hay que perder de vista las posibilidades que una pared natural ofrece a nivel de rendimiento turístico para muchos municipios del interior. Hay gente que viene de Japón únicamente a probar una pared. Desaprovechar estas oportunidades es una verdadera lástima.

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