Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Mariola Rus | Presidenta del Cocodrilas de rugby
Hace 30 años, en el 88, a Mariola Rus (Sevilla, 1969) le dio por la "excentricidad" de jugar al rugby mientras estudiaba Educación Física en Madrid. Volvió a casa con el gusanillo y hasta hoy. Participó en los Mundiales de Cardiff 1991 y de Barcelona 2002, fue muchas veces internacional con la selección y también se dedicó a enseñar a las niñas a jugar al deporte del oval. Fue pionera en el campo y también en la dirigencia, pues es la única presidenta de los ocho clubes femeninos de la élite, donde el Universitario de Sevilla, alias las Cocodrilas, quieren dar guerra en su año de estreno.
-Presumirá de presidir el primer club andaluz de rugby femenino que compite en la élite, en la Liga Iberdrola, ¿no?
-Es un orgullo y demuestra que se ha hecho muy buen trabajo en el club desde las bases, con 10 añitos, ya que la mayoría de las jugadoras vienen de la cantera. Tenemos 65 fichas en total: sub 10, sub 12, sub 16...
-El reto del ascendido no suele ir más allá de la permanencia en la categoría.
-De ocho equipos, baja uno y promociona otro. La idea es luchar por mantenernos, pero hay que motivar a las chicas para intentar quedar entre las cuatro primeras.
-Un banderillero dijo que llegó a gobernador civil… "degenerando". ¿Hay que hacer lo mismo para pasar de jugadora a presidenta?
-No, he visto crecer a mis jugadoras y juego con las veteranas. Es una progresión ascendente. Ahora me siento como la madre de ellas, a muchas las he entrenado en el colegio desde los 10 años.
-¿Por qué una región tan rugbera como Andalucía ha tardado en tener a un equipo femenino en la élite?
-Quizás porque muchas mujeres priorizan el trabajo y la maternidad, y el alto nivel requiere muchos esfuerzo y tiempo. Hace falta que tu pareja, tu familia, en tu profesión te apoyen y en el club te ayuden. Cuando jugué mi segundo Mundial, en Barcelona en 2002, mi marido me llevó a mi primera niña para que estuviera con ella.
-¿Cómo explicaba hace 30 años en su entorno que jugaba al rugby?
-Mi padre me entendió pronto porque me veía feliz, entusiasmada; a mi madre le daba pena por los golpes, los moretones, las cicatrices, pero también me respaldó. Al principio no era fácil explicarlo porque en Sevilla sólo jugaban chicos y que llegara con esa excentricidad de Madrid -donde estudió Educación Física- les parecía a todos de coña. Después, tan normal, mis 10 hermanos iban a los partidos. En el Mundial de Barcelona se presentaron todos con sus hijos porque coincidió con la muerte de mi padre. Recuerdo que el España-Inglaterra fue el primer partido tras la pérdida de mi padre, todas salimos hipermotivadas y nos pusimos por delante en el marcador, que nunca había pasado, aunque al final perdimos.
-Habrá oído que "el rugby femenino, ni es rugby ni es femenino", pero las españolas obtienen a nivel internacional mejores resultados que los chicos...
-Desde que comencé a jugar la selección femenina ha obtenido grandísimos resultados, quintas del mundo, varias veces campeonas de Europa, y los chicos nada. Además, antes teníamos menos medios aunque ganáramos, pero ahora la Federación reparte entre chicas y chicos.
-Lidia Valentín, Mireia Belmonte, Marina Alabau, Gemma Mengual, Carolina Marín, Laia Sanz, Garbiñe Muguruza, las selecciones de fútbol, waterpolo, hockey hierba... ¿El deporte femenino da más lustre a la marca España que el masculino?
-Lo importante es que los referentes antes eran masculinos y ahora son femeninos, eso es un gran logro.
-La andaluza Alhambra Nievas ha dejado de arbitrar y tenía mucha presencia mediática. ¿Se presenta voluntaria por ser la única presidenta de la División de Honor?
-No, no. Alhambra debe seguir siéndolo porque ahora ocupa un gran puesto en la World Rugby como formadora de colegiados.
-¿Qué espera de María José Rienda en la presidencia del CSD? ¿Le tirará la tierra para apoyar Andalucía?
-Rienda nos apoyó antes de llegar al CSD, cuando era directora general de Deporte de la Junta. Este año nos ha abierto muchas puertas, ha sido la madrina de nuestro equipo, ha dicho que va a apostar por el deporte femenino y lo está cumpliendo.
-Convenza a padres y niñas de que el rugby es magnífico para iniciarse en el deporte.
-Que sean valientes, lo prueben y se quedarán enganchadas, y se olviden de barreras porque en el rugby tenemos cabida todas, las bajas, las altas, todas... Hay que convencer a las niñas porque cuando estén emocionadas es fácil persuadir a los padres.
-Igual que Serena Williams, usted volvió a jugar después de ser madre.
-Hay que animar a las madres para que sigan compitiendo al alto nivel. Fui madre en 2001 y en 2002 jugué un Mundial. Además, es un orgullo para los hijos. Inés y Maren, mis hijas, me dicen aún que siga peleando por el deporte femenino porque soy un ejemplo. Ellas me alientan porque mantengo la ilusión. Todo sea por eso.
-Vocalizar Cocodrilas después de un tercer tiempo regado con mucha cerveza debe ser difícil...
-Sí, pero nos llamamos las Cocos por acortar. El nombre viene del colegio Aljarafe, tiene un cocodrilo en el escudo y nosotras le añadimos unas gafas de sol y una coleta, un homenaje a Antonio Mejías, un histórico del rugby sevillano que murió hace dos años.
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