“Navegar en solitario es una cura de humildad constante”
Alex Pella | Marino y plusmarquista mundial en la travesía del Atlántico a vela
PURO DESAFÍO. Nacido en Barcelona en 1972, es uno de los mejores marinos del mundo. Curtido en mil batallas en la Bretaña francesa, donde se juega la NBA de la vela oceánica, el que es apodado como “Le Diable Espagnol” es titular indiscutible de la clase Ultime. En 2017 batió la circunnavegación más rápida de la historia en 40 días, 23 horas, 30 minutos y 30 segundos y ahora se dispone junto a Romain Pilliard a intentar batir el récord de la vuelta hacia el Oeste, siguiendo la estela de Magallanes y Elcano, navegando contra el viento y las corrientes predominantes. Sólo cinco personas la han completado.
–¿Para usted la vida es un continuo reto?
–Mmm.. Si, se podría ver así. Pero me he acostumbrado a ello, hace que sea parte de mi vida. A mí lo que me gustan son los espacios abiertos, el mar, los barcos a vela, entender lo que está pasando alrededor tuyo en medio del Océano, ir por la mejor ruta y navegar rápido.
–Sólo hay cinco personas que han intentado batir el récord hacia el oeste. ¿Le gusta ir a contracorriente en el barco y en su manera de ser?
–Bueno, creo que no, también ostento el récord absoluto de la vuelta al mundo a favor del viento y las corrientes, en 40 días. Sí es cierto que estoy muy motivado por tratar de ir a por este récord hacia el Oeste. Es probablemente el desafío deportivo más extremo y la competición más larga del mundo.
–Este intento de récord está conectado al V centenario de la primera vuelta al mundo en barco de Magallanes y Elcano. ¿Qué cree que le dirían estos dos navegantes si hoy vieran los barcos con los que cruzan el Océano?
–No solo los barcos, si no también la información y la tecnología de la cual nosotros disponemos. Seguro que ni se lo podrían imaginar. Casi de la misma forma que a nosotros nos parece casi imposible lo que hizo la expedición de Magallanes y Elcano hace 500 años, con los medios y la información de la que disponían entonces. La gran diferencia está en que ellos no sabían lo que tenían por delante, mientras que nosotros podemos hasta ver y anticipar el futuro.
–¿Cuánto hubiera dado por haber formado parte de aquella expedición de hace 500 años?
–¡Buufff! ¡Me hubiera encantado! Eran unos marinos extraordinarios, sin duda, todos unos personajes increíbles, con un sentido marino de la vida y unos grandes aventureros, exploradores, cosmógrafos, humanistas... Hay que entender que hasta ahora el gran viaje de la humanidad es el de Magallanes y Elcano porque en un solo viaje conectaron Europa, América, Asia y África, demostrando que todos los seres humanos estamos “atrapados” en este planeta, y que los océanos son uno sólo. Digo hasta ahora porque este hito sólo se puede superar con la carrera del espacio.
–Somos un país de pelota y donde en todos los rincones se conoce, por ejemplo, a Messi o a cualquier futbolista. ¿No le da pena que alguien como usted que tiene un currículum impresionante sea desconocido para mucha gente?
–Sí en fondo pienso que una lástima, pero no tanto que no sé me conozca a mí, sí no al mundo del mar en general.
–Usted ha navegado muchas veces en solitario. ¿Le gusta la soledad?
–Si pero tanto como la compañía. La navegación en solitario es dura, pero muy reconfortante. Es una cura de humildad constante.
–¿Se puede decir que usted es un aventurero?
–Me siento ante todo un marino.
–¿Es complicado dominar la inmensidad del Océano? ¿Es un elemento hostil?
–Mi actividad consiste en eso, en jugar con los elementos, aunque mi estrategia ha sido siempre adaptarme al mar, en lugar de enfrentarme a él.
–¿Cuáles son las principales dificultades con las que cree que se va a encontrar en la travesía?
–Todo el paso de América del Sur, y Cabo de Hornos en concreto, es la primera vez que lo haré contra los vientos, las olas y eso impone mucho respeto. También las calmas, ya que vamos contra el reloj las zonas de navegación con mucho tráfico o mal cartografiadas; y los lugares con piratería. En definitiva es una gran aventura.
–Va a hacer la travesía con Romain Pilliard con el que va a compartir casi cuatro meses de convivencia en un pequeño barco. ¿En estos casos es tan importante la profesionalidad como el que haya complicidad personal?
–Sí, he vivido todo tipo de experiencia en la navegación a dos. A final lo más importante es la complicidad y el respeto entre nosotros y que el objetivo sea claro y común.
–¿Cómo es el reparto de tareas, el descanso, aseo, alimentación y demás situaciones cotidianas mientras se bate un récord? ¿Puede llegar a dormir varias horas de un tirón?
–Es casi imposible contestar a esta pregunta en dos líneas... Estableceremos un sistema de guardias que irán de dos a cuatro horas según el ritmo del momento. Para la alimentación habrá un plato principal al día y mantener la ingesta durante el día y la noche. Para el aseo, como no disponemos de agua dulce para consumo, haremos duchas con agua de mar cuando se pueda y el ir al baño, en un cubo. Un barco de competición es incómodo por naturaleza.
–¿Gritará Tierra a la Vista cuando vea la meta?
–Jejeje... Puede ser…
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