Alex O´Dogherty: "Pertenezco a muchos sitios y ningún sitio me pertenece a mí"

El músico, actor guionista, y ahora director, debuta tras las cámaras con el documental 'De todos lados un poco', que se estrena este 19 de marzo en el 28 Festival de Cine de Málaga fuera de concurso

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Álex O´Dogherty frente a la genealogía de su apellido.
Álex O´Dogherty frente a la genealogía de su apellido.
Tamara García

21 de marzo 2025 - 03:59

De naturaleza inquieta, curiosa y creativa, mucho ha tardado el actor, músico y escritor Álex O´Dogherty (San Fernando, 1973) en colocarse detrás de las cámaras. Lo hace con De todos lados un poco, un documental divertido, tierno y reflexivo que parte de una investigación personal sobre el origen de su irlandés apellido que desemboca en una historia universal, la del hombre, la de todos los hombres y mujeres, como resultado de un proceso de migraciones. Una cinta que toca y emociona y que se ha estrenado este 19 de marzo en el marco del 28 Festival de Cine de Málaga fuera de competición.

–¿Cuándo decidió que una historia personal, la investigación sobre el origen de su apellido, se podría convertir en una reflexión que nos atañe a todos sobre la identidad y la procedencia? ¿Antes o durante el rodaje?

–Pues cuando me senté con Iván Karras, el otro director de la película, apareció desde el principio la canción de Jorge Drexler Movimiento, que habla de lo que yo iba a hablar, y de donde sacamos, finalmente, el título del documental, De todos lados un poco. Pero, sobre todo, esa idea quedó más reforzada el día en que junté a Emilio Buale, Vicenta N’Dongo, Alberto Jo Lee y Maika Makovski. Todo lo que dijeron en esa reunión, lo que sale en el documental y lo que tuve que dejar fuera, sobre la identidad, las migraciones, sobre la búsqueda de quién eres... Eso fue definitivo.

–El club de los apellidos raros, bautiza a esa reunión. ¿Cómo surge el encuentro?

–Siempre lo tuve claro. A ver en San Fernando, de donde soy, cuando yo era chico no había una persona negra, ni china ni marroquí... He crecido, muchos de nosotros, de nuestra generación, hemos crecido sin relación con otras culturas y, a medida que la sociedad española se fue multirracializando he ido viendo cómo gente de otras nacionalidades se venían a Cádiz, a Sevilla, y tenían sus hijos y sus hijos crecían, pues siendo igual de gaditanos o de sevillanos que nosotros, pero eso suponía también un choque muy fuerte al principio. Recuerdo cuando vivía en Sevilla, que vi nacer y crecer a una chiquilla que sus padres eran chinos, y la niña hablaba más de Sevilla que yo. Me interesaba saber cómo se sentían esas segundas, terceras generaciones, de migrantes porque yo tengo mi apellido que habla de que alguien en algún momento dejó su casa para venirse España, pero yo no he sufrido el ser tratado diferente por ello. Me apetecía juntar esas dos realidades.

–Y en un momento social y político bastante oportuno...

–Es que hablar de esto ahora me parece fundamental porque vivimos una época muy turbia, muy oscura, donde se están dando pasos para atrás y no sé dónde puede acabar esto. Y es que es absurdo porque cualquiera que busque en sus ancestros encontrará, y a lo mejor no muy lejos, a alguien que abandonó su tierra en busca de un lugar mejor donde vivir. Y gracias a eso, gracias a que se fue, a lo mejor tú naciste en un país donde puedes vivir de manera cómoda. Igual hay mucha gente que tiene miedo de hacerse un test de ADN o de ponerse investigar por si los encuentra más cerca de lo que cree... Yo tengo claro que pertenezco a muchos sitios y que ningún sitio me pertenece a mí. Ni yo, ni nadie, tiene la llave de una ciudad para decir quién entra y quién sale.

–Pero todo esto surge por su padre. Por amor a su padre, ¿no?

–¡Por supuesto! Por poner en valor el trabajo de su vida de investigar sobre nuestro apellido. La verdad es que yo me sentía mal por varias razones, por no escucharle lo suficiente de pequeño, por no retener sus explicaciones, porque me preguntaban de dónde venía lo de O´Dogherty y yo no era capaz de explicarlo bien... Así que cuando en 2020 terminó su estudio genealógico y nos entregó ese cuadernito me terminó de rematar y ahí pensé, tengo que hacer algo para que mi padre sepa que valoro su trabajo. Primero fue el vídeo de youtube de 15 minutos, pero cuando empecé a grabarlo me di cuenta de que se quedaba corto, pero he metido fragmentos en el documental, y luego también la charla que di en San Fernando y luego en Irlanda y ya fue tomando forma la idea del documental.

–¿Cuánto tiempo le ha llevado?

–Un poquito más de tres años. Ver cómo se hacía, poner en orden el material que ya tenía, los viajes a Irlanda, a México, lo de Galicia... Y, bueno, lo más duro, reducir a hora y media las más de cuatro horas de metraje. Y otra cosa importante, es una producción costeada por mí íntegramente. Desde luego, no me pueden decir subvencionado...

–¿Le ha dejado con ganas de volver a dirigir o le ha consumido las fuerzas?

–Pues creo que no va a ser la única vez que me veas detrás de las cámaras. Cómo ya he aprendido cómo no se hace una película ahora quiero hacer otra siguiendo los pasos correctos (ríe). La verdad es que tengo varias ideas de ficción y otro documental... Probaré a ver qué se me ocurre.

–¿Qué le ha dicho su padre de ‘De todos lados un poco’?

–Mi padre es un hombre de pocas palabras, pero está muy contento, lo dice en el documental. En diciembre pude hacer una reunión para toda la familia y puse el documental en pantalla grande y fue algo muy bonito. En estos últimos años he hecho proyectos dedicados a mis padres. El libro de recetas de mi madre y el documental de mi padre. Yo quería hacerles esto en vida y me siento muy bien, muy aliviado y muy orgulloso de haberles agradecido a mi manera todo lo que han hecho por mí.

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