"Los alemanes no somos perfectos, afortunadamente"
Reinhard Silberberg · Embajador de Alemania en España
Este político asegura que por razones obvias Alemania no quiere el liderazgo europeo y que España, con su nuevo mercado laboral, va a ser un lugar muy atractivo para la empresa alemana.
Reinhard Silberberg (Burgsteinfurt, 1953), pese a ser medio gallego por matrimonio, no es de los que no se sabe si sube o baja las escaleras: él las sube hacia Europa. Pocos discursos tan europeístas pueden encontrarse ahora entre políticos de primer nivel como el embajador alemán en España, que durante años fue la mano derecha de Gerhard Schröder en Bruselas. En 2009 Angela Merkel le rescató de los despachos donde se construía Europa para concederle su deseo: una embajada en un país con sol. De él dijo la prensa alemana que era la "eminencia gris de la política europea".
-Su relación con España viene de lejos.
-Pisé España por primera vez en 1969, en Barcelona.
-¿Y qué recuerda?
-Que de Barcelona a Vigo se tardaba 23 horas.
-Supongo a quién iba a ver.
-Yo aprendí español leyendo el Faro de Vigo y sí, de allí es mi mujer. Aprovecho para comentarle que el marisco gallego es el mejor del mundo... Es que luego mi mujer me pregunta si he hablado bien de Galicia.
-Lo que ha cambiado España desde entonces. Y mire cómo estamos ahora.
-Me recuerda a Alemania hace una década, si bien no teníamos la crisis financiera ni este nivel de paro.
-Allí las reformas las acometió un gobierno socialdemócrata.
-Y se hicieron las mismas que se están haciendo aquí. Hubo una reforma laboral, sanitaria, educativa... Incluso se nacionalizaron bancos. Escucho que la política de austeridad no crea empleo. Pero es que España no está aún en una política de austeridad. Un 8% de déficit no lo es. Al igual que en Alemania, los resultados vendrán más adelante.
-¿En qué plazo?
-Yo creo que los españoles notarán los resultados a partir del segundo semestre del próximo año.
-¿Qué puede hacer Alemania por nosotros?
-España, con su nuevo mercado laboral, va a ser un lugar más atractivo para las empresas. Quiero que las empresas alemanas conozcan ese nuevo potencial de España. He estado en Algeciras y me ha sorprendido: tiene un corredor magnífico para la logística.
-Es difícil competir con el mercado laboral asiático.
-Hay muchas empresas alemanas medianas en China o Indonesia que se están retirando porque son países en los que no se respeta el copyright, pero no pueden regresar a Alemania porque allí se ha vaciado el mercado laboral. Ustedes lo saben, muchos ingenieros españoles se han ido a trabajar a Alemania. Existe la fórmula de ir a buscar el trabajo a Alemania y también la de traer el trabajo a España.
-Aparte del mercado laboral, ¿qué puntos fuertes se pueden vender de España?
-Sus infraestructuras son magníficas. Por ejemplo, ustedes tienen más kilómetros de alta velocidad que Alemania. El español tiene la idea de que los alemanes funcionamos a la perfección, pero esto no es así. Los alemanes, afortunadamente, no somos perfectos y eso hace, por ejemplo, que todos los procesos en la construcción de infraestructuras sean muy lentos. El ciudadano utiliza sus derechos para paralizar obras que, en muchos casos, son necesarias. Por eso tenemos poca alta velocidad o el nuevo aeropuerto de Berlín, ya construido, no se ha podido abrir todavía.
-En fin, tenemos esa sensación del alemán de trabajar y no preguntar.
-Es una imagen falsa y estoy contento de que sea así. Me asusta la perfección. Por eso seguimos con las reformas, no está todo hecho en Alemania.
-¿Y cuáles son los puntos débiles de España?
-Más que punto débil, es sorprendente que el 94% de las empresas españolas tengan menos de diez trabajadores. Es un tamaño que las hace vulnerables.
-¿La victoria de Hollande en Francia amenaza el liderazgo alemán europeo?
-Esa es otra idea equivocada. Los alemanes no queremos el liderazgo, queremos que se construya una Europa sólida entre todos. Los alemanes rechazamos el liderazgo por razones históricas obvias.
-¿Cambiarán las cosas con la izquierda en el Elíseo?
-Sí, es posible que se produzcan cambios pero al final se llegará a acuerdos. El pacto fiscal es indiscutible, está aprobado y no se debe tocar. Ahora hay que pensar en un pacto para el crecimiento.
-¿Con qué dinero?
-El dinero existe. Es posible aumentar el capital del Banco Europeo de Inversión, se podría llegar a los 60.000 millones. También es posible dar un mejor uso de los 40.000 millones de los fondos estructurales no gastados. Con 100.000 millones se puede estudiar cómo hacer un plan de crecimiento útil. Lo que no podemos es financiar a crédito porque de esa manera regresaríamos al punto de partida, nada cambiaría.
-De créditos sabemos algo los españoles.
-Buena parte del problema ha estado en ese consumo privado a crédito. Hace no mucho fui a comprarme una cámara de vídeo. Las hay con precios que van de 200 a 1.300 euros. Escogí una de 300 porque yo no voy a sacar provecho a todas esas cosas que hacen esos cacharros. A mi lado, una pareja se compró la de 1.300 financiada al cien por cien.
-Cumplimos un año de la spanish revolution. ¿Qué opinión le merece?
-Como ciudadano, no como embajador, pienso que la juventud tiene derecho a la rebelión. Es un derecho natural y la juventud sufre la situación que se está viviendo. Es una forma de intervenir, de interesarse por la política. De joven pasé mucho tiempo en la calle protestando, rebelándome.
-¿Piensa aún, como dijo en su día, que Europa saldrá de la crisis reforzada?
-La Unión ha avanzado en los últimos tiempos en instrumentos imposibles hace unos años como la gobernanza económica. Hay que construir un nuevo discurso. La ausencia de guerra no puede ser el único motivo de la Europa unida y creo que hoy Europa se siente más cercana.
-Más cercana, pero para mal. Fíjese en el auge de la antieuropea ultraderecha de Grecia y Francia.
-Son movimientos que me inquietan, pero espero que sean pasajeros. Los populistas no son capaces de enseñar una salida de la crisis, absolutamente ninguna.
-¿Le suena el nombre de Fernando Torres?
-Ja, ja. El equipo de Alemania es mejor que el de hace cuatro años, ¿eh?
-¿Y su mujer le deja animar a Alemania en casa?
-Bueno, antes de los partidos entre Alemania y España nos miramos y decimos vamos a ganar.
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