"Wonder Woman plasma la tensión entre mercado y mito"
ELISA MCCAUSLAND, PERIODISTA ESPECIALIZADA EN CULTURA POPULAR
-¿Qué hace que, en 1941, nazca un personaje como Wonder Woman?
-Una suma de factores que tiene mucho que ver con la cultura popular. William Marston le dio alas al que fue el arquetipo de superheroína. Su propósito servía a una función pedagógica y persuasiva: partía de su faceta más académica como psicólogo y feminista convencido, y se sirvió de la cultura popular como vehículo para plasmar esa idea de la persuasión por la seducción. La Wonder Woman original es única, y fue una apuesta increíblemente exitosa en la época, que cautivó a muchos niños y niñas y a un numeroso público que apenas podríamos imaginar ligado al tema del cómic. Marston tomó el impulso del movimiento sufragista y de las historias heterodoxas de los años 20, que resurgieron.
-Wonder Woman incluyó un cuadernillo llamado Marriage á la mode en el 47. Cómo caen los grandes.
-Es interesante ver que la cultura popular está "impresionada", por así decirlo, va plasmando los cambios en las propias políticas culturales. En este caso, tenían mucho que ver con periodos de autocensura y con la aparición del Comic Code, desarrollado desde las editoriales para evitar la censura externa. El hecho de que los personajes femeninos pudieran estar emancipados se consideraba perjudicial para los jóvenes, así que se dio una "reprogramación de género" para volver a colocar a estos personajes en el ámbito doméstico. Al leer ahora los cómics de los 50 y 60, nos da la sensación de que algo así es imposible, una locura.
-Joanne Edgar, que colocó a Wonder Woman en portada de Ms. en los 60, advierte del peligro del feminismo como moda.
-Wonder Woman ocupa un espacio específico entre las tensiones entre mito y mercado. Es una de esas herramientas inspiradoras más que hacedoras de agenda. Sí creo que para que el feminismo no termine reducido a una etiqueta, hay que plantearlo desde una perspectiva de compromiso, que incluya políticas transformadoras de la realidad.
-¿Por qué se retoma al personaje justamente ahora?
-Es interesante que Wonder Woman renazca cuando es necesaria para el feminismo. Muchas de las feministas de la Segunda Ola se acordaban de su primera versión en ese sentido, les inspiraba y luego la adaptaban a su código, a su forma de plantear sus teorías y planteamiento.
-Greg Rucka, que afirmó que Wonder Woman era queer, sostiene que es más necesaria que nunca como defensora de la diferencia.
-Me gusta cómo Greg Rucka ha tratado el personaje, más allá de abordar el hecho de que para él siempre siempre ha sido un personaje queer importante. Con Rucka, se destaca la voluntad de servicio: nos inspira para esforzarnos en hacerlo lo mejor posible, en ir más allá de lo que creemos son nuestros límites.
-El año pasado, la imagen de Wonder Woman iba a ser embajadora por la igualdad en la ONU...
-Y dijeron que una heroína en bañador no podía representar esto. La gente que conoce el personaje sabe que no se le reduce a un estereotipo. Precisamente, era una oportunidad para ir algo más allá del icono pop de Lynda Carter que todos conocemos pero se redujo a una cuestión de slutshaming.
-¿Cuáles son sus historias favoritas del cómic?
-Las originales: tienen planteamientos impresionantes y aún sirven para hacer visibles temas que son noticiables hoy en día. También me gustan mucho las etapas de Rucka porque creo que recoge la esencia de Wonder Woman en nuestro tiempo, pero recuperando su faceta más política e importante.
-No sería hasta 2008, sin embargo, que hubiera oficialmente una guionista femenina, Gail Simone.
-Para mí, lo más importante de Simone es cómo juega con el sentido del humor, siempre con el feminismo de por medio, asumiendo la acción y la violencia desde perspectivas inusuales.
-En su paso al cine, ¿era cuestión de principios que la realizadora fuera mujer?
-Es complejo, porque hoy todo tiene bastante carga publicitaria: aquí entran de nuevo esas tensiones entre lo que debería ser y lo que a las empresas les gusta proyectar. En cualquier caso, Patty Jenkins tiene un punto de vista bastante crítico, y siempre es una buena noticia que haya más mujeres visibles. En el cómic, en el periodismo, en el cine... las mujeres se dan por hecho, pero muchas veces ni siquiera se acreditan. Lo que me extraña es que se haya tardado tanto en hacer una película sobre Wonder Woman con los datos tan buenos de taquilla que han tenido Los juegos del hambre, por ejemplo.
Lo pop como crónica de la realidad
"Cuando la razón hizo acto de aparición, los cómics ya estaban allí", declara Elisa McCauland en el prólogo de Wonder Woman, El feminismo como superpoder (Errata Naturae). McCauland (Madrid, 1983), es periodista y crítica, y ha colaborado en ensayos como Vengadores: Poder Absoluto o Watchmen: Radiografía de una explosión, y en publicaciones como Cuadernos del Cómic, Jotdown o Eldiario.es, además de comisariar la muestra Presentes: autoras de tebeo de ayer y hoy.
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