"Veremos más concienciación por la exposición de los niños a la radiación"
David M. Farrington, presidente de la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica
-Ha tomado las riendas de la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica, ¿cuáles son sus objetivos?
-Es una sociedad relativamente joven y, por tanto, tiene una enorme capacidad de crecimiento. La anterior junta directiva presidida por el doctor Julio de Pablos hizo una labor extraordinaria en la proyección internacional y es una de las líneas que queremos seguir promoviendo. Hay además otras áreas que
-En su especialidad son pocos. ¿Sería necesario crear más plazas MIR?
-Los niños no son adultos pequeños. Esta premisa se extrapola a la cirugía ortopédica y traumatología. En muchos países la formación vía fellowship en ortopedia infantil (periodo de formación específica en este campo) es un requisito casi indispensable para ejercer. En nuestro país no existe esta formación. La dedicación de los profesionales depende más de la afinidad del especialista con este campo. Más que crear plazas debería contarse con especialistas formados en este campo para ocupar las plazas ya existentes.
-La aparición de nuevas técnicas es constante. ¿En qué medida el especialista tiene que estar al día?
-La revolución tecnológica que vive la medicina actualmente conlleva que el profesional tenga que estar continuamente formándose para poder ofrecer a los pacientes los nuevos avances que se van incorporando al arsenal diagnóstico y terapéutico. Ofrecer lo mejor al paciente es una responsabilidad del médico, con independencia de donde se ejerza. Esta responsabilidad no podemos ni debemos cederla a otras instancias.
-¿Sometemos a los niños a demasiadas radiografías?
-En los próximos años veremos una mayor concienciación por la exposición de los menores a las radiaciones ionizantes. En nuestra práctica diaria solicitamos muchas radiografías que realmente tienen poca justificación y existe una evidencia cada vez más sólida de la relación entre esta exposición a radiaciones ionizantes durante la infancia y el desarrollo de procesos oncológicos en la edad adulta.
-¿Un caso que haya marcado su trayectoria?
-Hay muchos casos que me han marcado. Pero desde un punto de vista profesional, la primera cirugía VBT para el tratamiento de la escoliosis que se hizo en Europa y que tuve el privilegio de llevar a cabo tuvo una importante repercusión. Es un caso con unas connotaciones personales importantes por el vínculo que se creó entre la paciente, la familia y yo.
-Han transcurrido cuatro años de ese hito, ¿cómo sigue la pequeña?
-Casi cuatro años después se encuentra estupendamente. El resultado de la intervención ha sido muy satisfactorio.
-Recibió críticas. Los pioneros son, con frecuencia, incomprendidos.
-Sí. Recibí críticas por parte de algunos compañeros que consideraban que estaba haciendo cirugía experimental, cuando ya se habían realizado más de 50 casos en todo el mundo. Hoy en día la paciente sigue creciendo con normalidad. La Scoliosis Reserach Society ha emitido una nota recomendando que se profundice en esta técnica.
-¿Cuál ha sido el problema más grave que ha tratado?
-Enfocar parte de m i actividad a las deformidades de columna en edades tempranas me ha supuesto tratar casos muy dramáticos, con pacientes que afrontaban un pronóstico infausto.
-¿Por qué?
-Las deformidades de columna que desarrollan los pacientes con cuadros sindrómicos o enfermedades raras siempre empeoran el pronóstico y suponen un verdadero reto en su tratamiento.
-¿Qué cualidad debe tener un traumatólogo infantil?
-Que el paciente esté cómodo en la consulta. El aspecto que más debe destacar en un traumatólogo infantil es la capacidad para empatizar con los niños.
-¿Qué diferencia a la traumatología infantil de la traumatología de adultos?
-Existe una base científica que corrobora esta diferencia, al menos, en el campo de la Ortopedia Infantil. La simple presencia de la fisis (estructura patognómonica de los niños que les permite a los huesos crecer) ya justifica la cirugía ortopédica infantil. Esta estructura es única de nuestro campo. Permite que las fracturas de los niños se remodelen y que se corrijan espontánemente en ciertas deformidades.
-¿Cómo es la curva de aprendizaje?
-Depende de la dedicación del profesional. Yo lo tuve claro desde la residencia hace más d e 20 años. En el año 1995 tuve la oportunidad de realizar una estancia en la Clínica Mayo con el doctor Hamlet Peterson y, al finalizar el primer día de trabajar con él, tuve claro que quería dedicarme a este campo el resto de mi vida. Llevo años dedicado a la Cirugía Ortopédica Infantil y sigo haciendo estancias formativas. El año que viene tengo la intención de visitar el Children's Hospital de Boston para seguir aprendiendo de los mejores.
-¿El futuro?
-Veremos una difusión de las técnicas mínimamente invasivas en los niños que permitan un retorno precoz a donde están más a gusto, que es en su casa.
Referente en cirugía ortopédica infantil
El doctor David M. Farrington nació en el Hospital de Fátima mientras su padre se encontraba en la guerra de Vietnam en las fuerzas aéreas de EEUU. Con tres meses su familia se trasladó a EEUU, y posteriormente a Alemania. Cuando cumplió ocho años su familia regresó a España. Su madre es natural de Riotinto y su padre, de Minnesota. Estudió en Los Maristas, en el Instituto Herrera y en la Facultad de Medicina de Sevilla. Su pasión por la Cirugía Ortopédica Infantil surgió pronto. Valora especialmente a las personas íntegras y consecuentes. El doctor Farrington es hoy un referente nacional.
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