"Vamos muy mal mientras siga Belén Esteban como referente"
-¿La Navidad es tiempo de felicidad o eso es un tópico?
-Bueno, en estas fechas nos reunimos, nos hacemos regalos... También es una época de reflexión, un año acaba y otro empieza y es buen momento para perdonarnos, acercar posturas, ser mejores amigos... Pero la felicidad depende de la actitud que tiene cada cual y no tanto de las circunstancias.
-Las circunstancias actuales no son muy buenas.
-El mundo va mal, vamos muy mal mientras siga Belén Esteban como referente y los políticos sigan negando evidencias: la crisis es tremenda. Hay que cambiar esto.
-¿Es un propósito?
-En la felicidad influye dónde estás y quién eres y hay que saber que cada uno puede hacer algo para ser más feliz. La felicidad es una actitud ante la vida. Hay personas tóxicas y tónicas.
-Explique esto.
-La felicidad, definida científicamente, sería un mecanismo bioquímico que se activa en nuestro cerebro mediante los neurotransmisores del bienestar: serotonina, dopamina y oxitocina. Una persona feliz segrega más hormonas y es capaz de leer los acontecimientos de manera más favorable que una que tiene una actitud negativa, que es tóxica.
-¿Sólo hay que proponerse ser feliz? ¿Y cómo lo hace un parado, por ejemplo?
-Hay personas muy pobres y muy felices. La felicidad, si se define de una manera más coloquial, supone un alto nivel de satisfacción con la vida que nos ha tocado vivir y se centra básicamente en disfrutar de lo cotidiano. En el tercer mundo comparten lo poco que tienen, ríen a carcajadas, son muy familiares y hacen mucho el amor. Viven el momento.
-¿Y eso se puede aprender?
-Sí, valorando lo que tienes. Cuando para ser feliz necesitas acumular más y más riqueza es porque tienes un vacío interior de otros valores. Hay muchos señores y señoronas que tienen mucha riqueza, que necesitan deslumbrar cada día más y no se dan cuenta de que para ser realmente millonarios sólo hay que ser buena persona, tener amigos, pero de verdad, y disfrutar de las cosas pequeñas.
-¿Se encuentra a muchos de ésos en su consulta?
-Sí, grandes empresarios, gente influyente que envidia a su chófer, que gana al mes lo que él se gasta en una invitación con sus amigos y, sin embargo, le da cada día una lección de felicidad.
-Pero tener un poco más siempre ayuda a ser algo más feliz, ¿no?
-Sí, un poco, pero hay gente con mucho dinero que no puede disfrutar ni salir con libertad a la calle por temor a que le den una paliza. La felicidad no es sólo lo material.
-¿Entender esto es la primera clave para ser feliz?
-Sí, vivir el hoy, el aquí y el ahora y no permitir que el pasado destroce el presente.
-Para eso también hace falta tener autoestima.
-Es el punto segundo, confianza. Y también ser natural, espontáneo, comunicativo y extrovertido, ser un optimista vital realista.
-Es difícil entusiasmarse con todo en la vida.
-Pero hay que intentarlo, crear una imantación positiva, atraer lo bueno y disfrutar de las cosas, gozar de una ducha o de un bocata.
-Pero la vida tiene luces y sombras...
-Hay que aceptar las imperfecciones de la vida y, cuando llegue el dolor, el paro o el drama familiar, aprender de ello y no rompernos, sino salir fortalecidos.
-¿Sacar lo bueno de lo malo?
-Claro, de los males vienen a veces los bienes. La vida es maravillosa, sin vida no hay nada y hace falta vivirla.
-Hay quien piensa que no tiene motivo para ello.
-Hay que buscar siempre un porqué. Y tener buen humor, reír a carcajadas, que es un ejercicio muscular estupendo, saber reinventarse, amar y sentirse amado, ser autónomo, esperar siempre lo mejor y cuidar a los demás.
-Esto último desgasta a muchas personas.
-Sí, pero si se logra evitar el agotamiento, esa labor de cuidador reduce el riesgo de morir en un 38%, libera la hormona de la vinculación afectiva, la oxitocina, que contrarresta al cortisol, la hormona del estrés.
-¿Cree que las personas felices viven más?
-Hay investigaciones de finales del siglo XIX que lo demuestran. Se puede vivir 10 o 15 años más. No en vano, el envejecimiento depende en un 75% del estilo de vida. Y hay autopsias que constatan fracasos orgánicos motivados por la tristeza.
-¿Se puede morir de pena?
-Sí, está demostrado.
-¿Cómo de felices somos?
-El español y, sobre todo el andaluz, es bastante feliz, pero la envidia, que es muy común, nos relega al puesto séptimo u octavo del ranking mundial.
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