"Seve movía masas y es un honor que nos comparen"
jon rahm. golfista
-Mejor amateur del mundo los dos últimos años, sensación del circuito americano desde que es profesional hace mes y medio, segundo en el Open de Canadá y tercero en Quicken Loans, tarjeta atada para el PGA en 2017 en sólo siete presencias... Va todo muy deprisa, ¿no?
-Como lo vivo día a día no noto que va tan aprisa. Fue inesperado para muchos, incluso para mí, pero siempre me he creído capaz de estas cosas. Tengo suerte de sentir lo que está pasando, en vez de verlo pasar de largo.
-Llama la atención su apellido siendo de Barrika (Vizcaya).
-Mandó un correo a mi web un señor que se dedica a este tema de los apellidos y comentó que el Rahm documentado más antiguo es un suizo del siglo XVII y el primero que encontró en el País Vasco data del XIX.
-¿Qué pasó por la cabeza de un chicarrón del norte cuando llegó a la Universidad de Arizona State?
-Es tan diferente a mi pueblo. En Barrika llueve mucho y hace frío; me chocó ir a una universidad con casi 80.000 estudiantes con 40 grados durante un mes seguido. Fue impresionante, pero te acostumbras.
-Allí conoció a su novia, lanzadora de jabalina. ¿Quién gana en un pulso?
-Kelley está fuerte porque también jugaba al tenis en el instituto. Lo dejó y continuó como atleta. Estuvo tres años en la universidad con la jabalina. En un pulso me imagino que ganaría yo, eso espero.
-Algunos lo consideran vanidoso porque con 21 años dice que aspira a ganar majors y a ser el mejor del mundo. ¿Estará relacionado con ser de Bilbao?
-Puede que seamos gente con mucha confianza. Mi aita -padre en euskera- me enseñó a competir y a hacerlo para ganar. Siempre digo lo que pienso, lo que siento y lo que creo que soy capaz. Cuando dije mis objetivos veía claro que podía conseguir la tarjeta del PGA -la obtuvo en unas semanas- y quería ganar un torneo. Hubo gente que me llamó chulo. Quizás esté relacionado con ser de Bilbao, pero humilde soy porque me pongo retos que puedo conseguir. He estado a punto de ganar un par de veces. Puede que sea pronto, o no, pero cerca ya he estado.
-Su afición por el Athletic se aprecia hasta en el escudo que luce en la bolsa de los palos.
-Viene de familia. Mi abuelo, Sabin Rahm, estuvo casi hasta los 80 años de delegado del Athletic, en todas las categorías durante más de tres décadas. Mi hermano es socio desde que nació y yo desde los seis años. Antes de irme becado a Madrid no me perdía un partido. Suelo ir cuando puedo. Mi abuelo conoce a la mayoría de la primera plantilla porque coincidió con ellos siendo chavales.
-Su entrenador en Arizona ha sido Tim Mickelson. ¿Es verdad que le ganó usted a su hermano Phil, una estrella del golf mundial?
-Fue en mi segundo año universitario en su campo. Lo curioso es que apostamos 60 dólares y yo sólo tenía 40 en la cartera. Pensé que más me valía ganar porque si no iba a quedar fatal. Lo conseguí. Hasta el 16 iba yo arriba y en EEUU en los dos últimos hoyos se hace otra apuesta por la mitad de lo jugado. Phil hizo birdie al 17 y yo al 18. Menos mal que gané.
-¿Cuál es su jugador favorito y por qué?
-Como español no cabe duda: Severiano Ballesteros. Gracias a él, que trajo la Ryder a España, juego al golf, porque mi padre empezó a practicarlo entonces y fue un efecto en cadena. Seve movía masas, invitaba a jugar al golf, lo querían y es algo que pretendo imitar. Ese tipo de poderío y que quieran jugar al golf. A ver qué se puede hacer.
-Su meteórica y precoz carrera es un hito en el deporte español. ¿Qué piensa cuando es comparado con Seve y con Sergio García?
-Es un halago y un honor que me comparen con Seve, que a mi edad (21 años) ya había ganado un Open Británico. También es un orgullo lo de Sergio, uno de los mejores del mundo. Me motiva para seguir trabajando.
-En el US Open vistió el viernes, para pasar el corte, como Ballesteros...
-Lo usé porque sé que Seve tuvo la opción de ganar el US Open en aquel campo (Oakmont) y no pudo. A ver si me ayudaba a mí. Y lo hizo (pasó el corte y acabó 23º).
-¿Tiene contacto con otro ilustre como Olazábal?
-Poco, estoy en Estados Unidos y es complicado. Es una pasada hablar con él. Si fuera posible, me gustaría tener más en contacto.
-Es muy completo: cabeza bien amueblada, no pierde los nervios por un mal golpe, le pega largo y recto, es preciso con los hierros y fiable con el putter. ¿Me quiere de cuñado?
-No soy tan perfecto. Cuando uno está jugando bien, todo va bien. Sí es verdad que el drive y el putt son mis puntos fuertes y lo que me ha fallado más en mi carrera son los hierros.
-¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?
-Ser fiel a mí mismo y no cambiar de rutinas porque es lo que me ha llevado hasta aquí.
-Pregunta a un recién licenciado en Comunicación. ¿Cómo transmiten los líderes políticos españoles? ¿Y Trump y Clinton?
-No sigo nada la política nacional. La estadounidense es diferente. Trump controla la telecomunicación muy bien; diga lo que diga, bueno o malo, está muchísimas horas en la televisión y eso da mucha publicidad. Comunica con mensajes cortos y simples. Y mal no le ha ido. La familia Clinton ha sido acusada de ciertas cosas de las que han salido bien parados. Hillary es más o menos igual que Trump. Son los finalistas gracias a la tele.
-¿Cómo se relaja cuando no piensa en el swing?
-Veo series, hago otros deportes, aunque ahora apenas puedo por las lesiones.
-Si se hubiera hecho profesional un poco antes, lo mismo habría llegado a los Juegos de Río...
-O no. Nunca se sabe. No hubiese jugado tan bien como ahora. Me he pasado a profesional cuando debía y por eso va todo perfecto.
-Ryder Cup. Para jugarla hay que ser miembro del circuito europeo.
-Quiero competir en Europa. Es pronto para saber mi calendario en 2017, pero claro que intentaré estar en la Ryder de 2018 en Francia.
-¿De su tierra echa más de menos zamparse un chuletón o discutir con los amigos si Aduriz es mejor que Fernando Llorente?
-El chuletón. No soy de discutir; quien marque más será el mejor, supongo. He sido siempre más de comer. Controlo la dieta pero cuando voy a casa algún chuletón cae...
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