"Separar matrimonio y patrimonio ayuda a resolver muy bien el divorcio"
María Pérez Galván · Abogada de Familia
María Pérez Galván (Osuna, 1955) dirige unas jornadas nacionales que permiten reunir en Sevilla desde hace 18 años a jueces, fiscales, abogados, mediadores y políticos para iniciar el curso judicial al día de las novedades en torno al Derecho de Familia. El encuentro, previsto para el 3 y 4 de octubre, sirve como foro de reflexión para saber cuáles son las necesidades que demanda la sociedad y cómo se puede adaptar la ley a ellas. Tras más de treinta años de ejercicio, la pasión por el Derecho de Pérez Galván, medalla al mérito en el servicio de la abogacía en 2006, le incita a estar en continuo proceso de estudio y reciclaje.
-Tras 25 años especializada en Derecho de Familia. ¿Cuántos divorcios han pasado por sus manos?
-Las estadísticas son relativas. Antes hacíamos separaciones y divorcios del mismo cliente, ahora se modifican los convenios, hay segundos divorcios... Yo empecé a andar con la ley aún vigente y he vivido toda su evolución.
-¿Ya no se habla de malcasadas y desapartados?
-Esos conceptos aún existen. En mi pueblo me llamaban la malcasada, pero eso ha cambiado. Antes se ocultaba y ahora no se presume de ello, pero es habitual ver nuevos modelos de parejas.
-Hay más tolerancia.
-Mucha más. Ya no es un escándalo que una mujer elija tener hijos sin tener pareja.
-Antes tenía mala fama.
-Sí. Pero yo llevo 15 años separada y ya no siento que en una reunión con otras parejas me vean como una cazahombres. Tenemos casi el mismo tratamiento que las viudas y a algunas nos ven como heroínas, mujeres valientes con independencia.
-¿Por qué se da hoy ese paso?
-Antes la mayor causa de divorcio era la infidelidad y ahora los problemas económicos. Cuando el dinero sale por la puerta, el amor sale por la ventana. Hay parejas que no iban ni mal ni bien y el desencadenante del divorcio es el desempleo, sobre todo, cuando afecta al hombre.
-¿Qué ocurre?
-Las mujeres siguen haciendo la función de madre, amiga, amante, cuidadora, asistenta y trabajadora. Y ellos no asumen fácilmente el papel de cuidar de los hijos y de la casa. Tengo mucha quejas de chicas de 30 a 40 años, banda de edad en la que se encuadra la mayor parte de los clientes ahora, que te dicen que el marido se ha convertido en un nuevo hijo.
-¿Y no hay ahora quien no se divorcia por motivos económicos?
-Hay casos. Pero no creo que por la crisis hoy se separe menos gente. Hubo un boom en el que se decía que las parejas aguantaban ahora más y llegaban a un acuerdo para seguir bajo el mismo techo compartiendo gastos. Creo que eso es cerrar en falso una ruptura. Todos son reproches: que si tú gastas mucha luz, que hay que ver lo sucia que está ahora la casa, que si llené el frigorífico y lo encuentro vacío... La clave es asesorarse bien cuando llega una crisis matrimonial.
-Más vale un buen acuerdo que un mal pleito, se dice.
-Pero no hay que tener falsas expectativas: el divorcio no te va a solucionar la vida.
-Aún hay quien piensa que un buen divorcio es sacarle lo máximo al contrario.
-Sí, hay quien dice: te voy a machacar, a arruinar, a dejarte sin nada... Eso se ha dado y se ha consentido. Hay abogados que te pueden arrinconar y hacerte firmar un acuerdo que te hipotecará durante mucho tiempo.
-Una de las claves del convenio es la vivienda.
-Siempre aconsejo que no se mezcle matrimonio con patrimonio, ayuda a resolver muy bien el divorcio y a evitar que los niños sufran por culpa de los padres.
-¿También se dan ahora menos pensiones compensatorias?
-Sí, porque la mujer está más en el mercado laboral. Pero todavía hay casos muy injustos de señores que estuvieron casados dos años y llevan veinte pagando una pensión a una mujer que, lejos de recuperarse, tira de la pensión y vive la vida.
-Pero los convenios pueden también modificarse.
-Se puede hacer y se hace, pero hay que justificarlo. También es cierto que hay que adaptarse a la realidad, hacer una reestructuración económica en muchos casos cuando hay demandas por impagos de pensiones o de hipotecas. La sociedad va demandando reformas.
-¿Y se acometen? Ahora hay una en marcha.
-Sí. La reforma de Gallardón plantea que el uso de la vivienda sea limitado.
-¿Y la custodia compartida? ¿Hay mucha demanda?
-Mucha. Ya hubo una reforma en 2005 y ahora se vuelve a acometer. Ya no será algo excepcional.
-¿Café para todos?
-Tampoco. Eso lo hizo Aragón. Cada familia tiene que tener su tratamiento. Queremos soluciones, no conflictos. La reforma me parece muy acertada, pero hay feministas que se oponen.
-¿Por qué?
-Creen que van a perder el poder de los hijos y, por tanto, la vivienda. No van a tener ni la llave ni la pensión. Pero yo veo muchos padres en las puertas de los colegios y
empujando carritos. Los niños no son más felices porque la pensión sea más alta o más baja, sino porque puedan estar igual de bien con mamá que con papá. Y si hay que quitarlos del colegio privado, no pasa nada si se lleva bien. Al igual que pasa con las segundas parejas, hay que hacerlo con cuidado y no llegar el primer día diciéndoles que le llamen mamá. Los hijos tampoco deben ser correos de los padres. Los divorciados deberían hacer un cursillo.
-Algo de educativa tiene la reforma en marcha, ¿no?
-Los niños no son muebles que se llevan y se traen. El anteproyecto contempla un plan de paternalidad, es fantástico. El cliente debe explicar cómo va a aplicar el convenio y el régimen que se decida. Hay custodias compartidas que nunca se desarrollan. Y para ello hace falta ir a un especialistas. Nadie se deja operar el corazón por un oculista, pero hay gente que para divorciarse va al abogado de la empresa, al vecino que es amigo...
-Sois asesores legales ¿y emocionales?
-El divorcio tiene mucho coste emocional. Si un cliente viene con rabia y te conviertes en su vocero el conflicto nunca acaba. Pero si el cliente confía en ti, como en el médico y hace el tratamiento, sale renovado porque alcanza un buen acuerdo y cierra página. Si no, el coste emocional se traslada a hijos y familia extensa. Da pena los abuelos que dejan de disfrutar de sus nietos porque hay enfrentamiento entre los padres.
-Lo ideal es siempre el común acuerdo.
-Ahí todos ganan. Eso es lo que busca un buen especialista. Pero en nuestro gremio hay quienes siguen considerando el Derecho de Familia una maría.
También te puede interesar
Lolita Aminata Candé y Vardineia Semedo | Periodistas de Guinea-Bissau
"Gracias a Radio Mulher nuestros parientes saben qué sentimos para que no nos hagan daño"