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"Soy un gamberro destruido por el tiempo"

Santiago Segura | Actor y director

Santiago Segura. / Jua Carlos Muñoz

Son las cinco de una tarde sofocante, cómo no, y Santiago Segura, madrileño de Carabanchel, en modo promoción, no ha almorzado, pero devora durante la charla aceitunas para matar el hambre. El rey Midas del cine español estrena otra película que será un pelotazo, Padre no hay más uno 3. Actor, director, guionista, productor y lo que le echen, no hay entrevista en que no le pregunten por cuándo hará la sexta parte de Torrente.

–Espero que no se corte viendo la punta que le han sacado a su broma de las pantallas y la masturbación.

–Intento no cortarme, pero voy a estar comedidísimo.

–Aquello de Torrente de "Nos hacemos unas pajillas" se ha quedado como frase mítica del cine al estilo de "Sayonara, baby".

–Sí, es más "Sayonara, baby" que "Esto es el comienzo de una gran amistad", que también podría ser porque las grandes amistades empiezan de cualquier forma.

–Va por la tercera entrega de Padre no hay más que uno. ¿Dispuesto a batir el récord de las nueve (o las que sean) de Star Wars?

–Por mí no quedaría, pero los niños no son digitales, crecen, e igual debería limitarme porque en la novena entrega podrían estar como yo, hechos harina.

–Guioniza, produce, dirige, actúa... ¿Cobra cuatro sueldos, señor Segura?

–Me gusta mucho controlar el producto, soy muy de estar encima, pero es un trabajo de equipo y como decía mi amigo Fernando Trueba: "Con un buen guión y un buen casting ya tienes media película hecha".

–Decía Alberto Sordi: "Para bromear hay que ser muy serio". ¿Son serios los rodajes de sus comedias?

–Muchos cómicos son serios: llegan pronto, entregan su trabajo, se preocupan… Es importante la alegría, porque hacer las cosas amargado entorpece el trabajo y te amarga la vida. Igual en una de Bergman puede haber alegría también, no es inherente a la comedia estar pasándolo bien todo el rato, aunque yo lo recomiendo.

–Rodando les pasó de todo: contagios de Covid, tuvo que sustituir a Resines por su enfermedad, sufrió un desmayo...

–Ha sido mi rodaje más complicado para dar lugar a quizás mi película más redonda, aquí meto mi cuña publicitaria. Tras los pases de prensa en las entrevistas me comentan: "Muy bien para ser la tercera". Me dicen cosas bonitas y eso que los periodistas suelen ser bastante...

–¿Cabrones?

–Escuetos. No se mojan.

–Boyero sí se moja.

–Pero es crítico.

–Unas niñas ofrecen dinero a otra por comerse una cucaracha. ¿Esa guasa la sacó de Humor amarillo?

–Los niños somos famosos por comernos cualquier mierda. Yo me comí unos cacahuetes sin pelar y unas colillas cuando era niño...

–¿Por dinero?

–No, por probar. Los niños vamos experimentando para disgusto de los padres. Una vez me metí una piedra en la nariz y se me quedó ahí varias semanas; la sacó mi madre y estaba recubierta de... En fin, la escatología y los niños van de la mano.

–Desafía la máxima de Hitchcock de no trabajar con niños... y encima lo hace con sus hijas.

–Parcialmente porque él decía que tampoco había que trabajar con Charles Laughton y al estar muerto... Y no trabajar con animales y lo he hecho. Le he desobedecido en un 66%.

–Pero habría trabajado con sir Charles Laughton.

–Yo quiero trabajar con gente agradable. ¿Leo Harlem es Marlon Brando? No, ni falta que le hace, es gracioso, simpático, buena persona. ¿Y Toni Acosta? Dónde se ha visto a una chica tan positiva.

–¿A sus hijas no les da la paga por cobrar de las películas?

–Soy antipaga. Mi padre me lo dejó muy claro: "Comes todos los días, vas vestido, al colegio, tienes libros…". Yo flipaba, qué tiránico este hombre. "Mis amiguitos tienen paga". Y él respondía la famosa frase padril: "Si los demás se tiran a un pozo, ¿tú también?". El pozo no, pero la paga... Se trata de apuntarse a lo bueno, pero de momento con mis hijas no ha lugar.

–Felicidades por los 57 años (cumple hoy)...

–Qué momento tan triste.

–Y consagrado como un pope del cine, ¿qué queda del gamberro que fue?

–Queda todo pero derruido. Soy la misma persona destruida por el tiempo. La fuerza de la gravedad y la erosión han hecho esto.

"Estoy intentando renovar el parque móvil de mis espectadores y parece que lo estoy logrando"

–Cinco películas de Torrente y ya va por tres de Padre no hay más que uno. ¿Porque los personajes dan mucho de sí o con la sana intención de forrarse?

–Va en paralelo. Si el público va a ver tus películas, rentabilizas el producto. El cine es un deporte de riesgo. Cuando me preguntan por qué no hago otra cosa, respondo que qué necesidad. Es como si creo una torrija de horchata que vendo como churros y hago otra cosa porque me aburro. Esa torrija es una combinación ganadora y mis películas también porque son entretenidas, divertidas y te olvidas hora y media de la puta mierda que nos rodea: Ucrania, pandemia, volcanes, corrupción política, crisis económica...

–Cinco de sus películas están entre las 22 más taquilleras del cine español.

–Es una injusticia. Tendrían que haber hecho la lista de las películas más taquilleras escritas, dirigidas y protagonizadas por la misma persona. Bromas aparte, es un privilegio impresionante.

–¿Va a hacer Torrente 6?

–No digo que nunca, pero tampoco sé cuándo. Creo que no antes de cinco años y no más tarde de diez.

–Asegura un amigo que partirse de risa hoy viendo por enésima vez Torrente 1 es el mayor acto de subversión posible. Lo define como "el Galileo Galilei de la corrección política".

–Muy bonito. Le iba a decir que cambie de amigo... Torrente me sigue gustando como el primer día. Ha pasado un cuarto de siglo y se ha convertido en un clásico, y esto está mal que lo diga yo. Hay películas que envejecen, pero muchos me comentan que Torrente tiene una cierta vigencia porque el modelo torrentiano no se ha extinguido.

–¿No aprecia en Boris Johnson hechuras de un Torrente a la inglesa?

–Entre mis amigos digo mucho la expresión: "Eres más tonto que el peinado de Boris Johnson". Me antipatiza de tal forma que no lo soporto. Y si lee su biografía, entenderá por qué.

–No lo ficharía…

–Sí, con su cara y todo lo que ha hecho es perfecto de malo, igual que Trump.

–Mi sobrino Juanito no conoce a Berlanga, Garci, Almodóvar o los hermanos Trueba, pero sí a usted. ¿Lo suspendemos en cine?

–Me da mucha pena y le tenemos que dar unas clases. "Mira, éste es José Luis López Vázquez, repite conmigo". Le haríamos un favor.

–Pero es verdad que lo conocen muchos niños.

–Sí, yo estoy intentando renovar el parque móvil de mis espectadores y parece que lo estoy logrando.

–Ha tenido mucho éxito siendo gordo y siendo flaco. ¿Era más de Oliver Hardy o de Stan Laurel?

–De los dos. Era una pareja cómica insuperable. Le juro que son esos cómicos que me parecen la base en la que se asienta toda la comicidad del cine. A veces se olvida, pero en comedia todo está hecho. Los grandes, Harold Lloyd, Buster Keaton, Charles Chaplin y en concreto Laurel y Hardy, nos enseñaron tanto. De cine mudo tengo muchas películas. Mirar hacia atrás en la comedia es importante.

–Está todo inventado.

–Todo, todo. Como decía Tarantino, hay que ir cogiendo de aquí y de allí y lo mezclas en tu coctelera. Es difícil innovar y lo que hay que hacer es combinarlo con cierta fortuna y dárselo al espectador con tu visión para que su sobrino, si no conoce a estos grandes, que sepa que yo sí los conozco y mi cine está de alguna manera influenciado por todos los que a mí me han impresionado.

–Ya le digo que a usted lo conoce.

–Dirá: "Es uno gordo que vive en el segundo".

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