"Preservar el músculo es clave para dar vida más allá de la UCI"
Ascensión González García | Médico Intensivista
Ascensión González, médico intensivista: "El enfermo crítico puede perder un kilo al día de masa muscular durante la primera semana de ingreso"
Aliada del enfermo crítico. Natural del Castillo de las Guardas, la doctora Ascensión González García, atesora 30 años como médico intensivista en la UCI del Hospital Macarena y forma parte de sociedades científicas de la especialidad. Su referente, el doctor Tomás Guzmán Valencia, le motivó para profundizar en la nutrición terapéutica, área en la que se ha superespecializado. En la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (SAMIUC) la doctora González es vicecoordinadora del grupo de trabajo de Nutrición y Metabolismo.
–¿Por qué se desnutren los enfermos ingresados en los hospitales?
–Por muchas causas: la enfermedad, las múltiples pruebas diagnósticas y las terapias impiden una nutrición adecuada. Es un problema generalizado en todas las áreas hospitalarias.
–¿Qué repercusión tiene hoy en día la desnutrición?
–La prevalencia de la desnutrición en los pacientes críticos oscila del 30% al 50%. Algunos enfermos llegan ya desnutridos por la propia enfermedad más o menos prolongada y otros se van a desnutrir durante el ingreso hospitalario. Son datos revelados en el Congreso Europeo de Nutrición y Metabolismo celebrado en septiembre de 2022. De este congreso surgió la Declaración de Viena del Derecho Humano a la Atención Nutricional, con impacto internacional.
–¿Causas?
–La enfermedad crítica que motiva el ingreso de un paciente en la UCI activa mecanismos y vías metabólicas alternativas que utilizan sustratos nutricionales para hacer frente a la fase aguda de la enfermedad. La principal fuente de sustrato lo constituye el músculo.
–¿Consecuencias?
–El enfermo crítico puede perder un kilo al día de masa muscular durante la primera semana de ingreso en la UCI. Es una especie de autocanibalismo como mecanismo de supervivencia.
–¿Cómo impacta en su evolución?
–A mayor pérdida de masa muscular más graves serán las complicaciones, más difícil será la recuperación y mayor el coste sanitario. En Medicina Intensiva somos conscientes de que nuestros pacientes se desnutren. Es prioritario abordar este problema con toda la dificultad que supone un tratamiento nutricional óptimo en estas condiciones de estrés.
–¿Por ejemplo?
–Es tan complicado como pretender que tolere un cocido un maratoniano en el kilómetro 30.
–¿Cómo se logra?
–El tratamiento nutricional tiene que ser individualizado. Seleccionamos a los pacientes con mayor riesgo nutricional o que ya están desnutridos para decidir el momento de inicio, la vía y la cantidad de nutrientes que el paciente puede tolerar. Individualizar es optimizar las necesidades calóricas y proteicas que precisa el enfermo adaptadas al grado de estrés metabólico. El tratamiento nutricional es un proceso dinámico que requiere de evaluaciones durante el ingreso del paciente en la UCI.
–¿Por qué es tan importante la nutrición en UCI?
–Principalmente para preservar el músculo, tan necesario para, por ejemplo, desconectar al paciente de la ventilación mecánica, pero también para hacer frente al estrés oxidativo, atenuar la inflamación, modular la respuesta infecciosa y en general para dar vida más allá de la UCI.
–¿Cómo ha avanzado en esta línea?
–Se ha avanzado mucho gracias al esfuerzo realizado día a día por los profesionales que atienden al paciente crítico, a las Sociedades Científicas, a la labor realizada desde las Comisiones de Nutrición de los hospitales en la que estamos también presentes, y al apoyo de las empresas especializadas en Nutrición, que han logrado una mejora importante en las fórmulas de nutrición enteral (a través de sonda) y parenteral (por vena).
–¿En qué medida?
–Por ejemplo, las nuevas formulas de nutrición contienen más proteínas y de más calidad, con menos carga calórica, enriquecidas con vitaminas, antioxidantes, minerales y otros compuestos que ayudan a la recuperación. Otra novedad es la incorporación de nuevas tecnologías como el monitor Calorimetro, que permite calcular las necesidades calóricas que precisan los enfermos, la bioimpedancia eléctrica para determinar la composición corporal (agua, grasa, músculo) y la ecografía muscular, una técnica que a pie de cama nos ayuda a realizar el seguimiento de los tratamientos instaurados. De todo esto se hablará en el próximo congreso andaluz de la SAMIUC en Huelva.
–Ello requiere formación continua en UCI.
–La especialidad de Medicina Intensiva requiere de estudio y formación continua para actualizar los conocimientos. En la UCI tratamos a un enfermo de alta complejidad y con muy diversas patologías. Por ejemplo en una noche en UCI podemos atender a heridos de accidentes de tráfico, pacientes intervenidos de una cirugía, u otros afectados por una neumonía. Y todos ellos en estado muy critico.
–¿En qué proyectos está embarcado su grupo en la SAMIUC?
–Inicialmente este grupo de trabajo surgió de la amistad y el compromiso entre unos compañeros que tenían como principal objetivo mejorar todo lo relacionado con la nutrición de los pacientes que ingresaban en las Ucis de Andalucía. Poco a poco hemos ido creciendo como grupo y delimitando los presentes y futuros trabajos. A corto plazo nuestro objetivo es identificar áreas de mejora en la terapia nutricional, realizar actividades formativas dirigidas a compañeros especialistas, médicos residentes y a profesionales de la Enfermería. Con respecto a estos últimos, nos sentimos en la obligación de estimular su participación en este tipo de terapia, fomentar su incorporación a este grupo de trabajo ya que no dejan de ser un pilar fundamental en la atención a estos pacientes. A medio plazo, queremos diseñar protocolos de actuación para todas las Ucis de Andalucía y fomentar la participación en las comisiones hospitalarias de nutrición. A largo plazo, quisiéramos promover la investigación en la terapia nutricional mediante estudios multicéntricos de ámbito nacional e internacional.
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