"Prefiero ser auténtico a bajarme los pantalones"

Jaime Urrutia, Músico

"Prefiero ser auténtico a bajarme los pantalones"
"Prefiero ser auténtico a bajarme los pantalones"
Elena Llompart

05 de septiembre 2017 - 02:34

-¿Cómo encaja hoy la etiqueta de rock torero?

-Fatal, fatal, fatal. Me gustó mucho cuando me la pusieron a mitad de los 80 con el disco Que dios reparta suerte, que incluye la canción Sangre española, dedicada a Juan Belmonte. A mí me encantaba la imagen aquella de maletillas con gorrillas y patillas porque nos desmarcaba de cualquier grupo. Ahora los toros están muy mal vistos pero yo sigo siendo aficionado, por supuesto. Sigo cantando La culpa fue del chachachá, que usa lenguaje taurino, y lo hago tan a gusto, aunque en 2017 esa etiqueta es bastante inadecuada para cierta gente.

-¿Cómo se adapta uno a la nueva situación de la industria musical?

-No hay que comerse mucho el coco. Compongo canciones desde la época de Gabinete Caligari y desde que nos separamos por una decisión mía, cuando seguí mi carrera en solitario, la industria ha cambiado, pero esto es sencillo, se trata de seguir siendo auténtico y puro. Yo sigo a lo mío, que es componer canciones. Está claro que el éxito no es el mismo que antes porque han cambiado mucho los tiempos, se ha diversificado mucho la música y apenas sales en televisión. Pero al fin y al cabo las canciones son lo único que valen.

-¿La autenticidad es algo innegociable?

-Para mí, sí. Yo he tomado esta postura y lo bueno es mantenerla. Hay veces que a lo mejor en tu carrera te tienes que bajar los pantalones. Por ejemplo, en los 80 había mucha mafia de radios y no quedaba más remedio que venderte un poco. No soy un artista que esté diariamente en primera página o en la televisión, pero este año tengo muchos bolos, la gente me quiere y tengo mi público que me respeta y me quiere. Prefiero eso a venderme y bajarme los pantalones.

-"Hola, somos Gabinete y somos fascistas", dijo en el Rock-Ola en 1981. ¿Lo diría hoy?

-No. Sería impensable. Fue en 1981 y cada cosa tiene sus circunstancias. Nos gustaban mucho los grupos punks ingleses, era la época de los progres con los pelos largos, queríamos provocar y la forma era decir que eras fascista. Pero de fascistas no teníamos nada. Mis compañeros me dijeron que me pasé, pero gracias a eso se comentó que había por Madrid un grupo fascista y dimos que hablar en nuestro primer concierto. Gabinete fue un grupo, para bien o para mal, con mucha personalidad. Nacha Pop, Los Secretos y todos estos eran un poco parecidos.

-¿Hay menos libertad ahora a la hora de entender la provocación en la cultura?

-No sé si es una cuestión de libertad. Ahora hay muy mala leche desde luego. Sólo hace falta ver la manifestación de Cataluña de hace unos días, donde cada uno iba a su bola y todos querían ponerse la medalla de la paz con el atentado. Hay poca comprensión, pero la historia del ser humano siempre ha sido así. Mira la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial. El ser humano es un lobo para el hombre.

-¿Cree que sus tres discos en solitario están en el lugar que se merecen?

-Yo creo que Camino Soria es el álbum más importante de Gabinete y mi mejor disco en solitario es Patente de Corso. No sé, la vida es así. Sinceramente digo que igual no estoy en el lugar que debería de cara al gran público. Es difícil mantener la dualidad de lo comercial y lo puro. No me arrepiento de nada, pero podían estar mejor considerados. A lo mejor es cosa mía, que no me he sabido vender. Pero las canciones están ahí.

-Precisamente se cumplen 30 años de Camino Soria.

-Se va a hacer una revisión con ese motivo. Entro en internet y veo que la gente lo considera como uno de los mejores discos del pop español. Con eso me doy por satisfecho. Que me podía haber forrado más, pues sí, pero la música sigue y hay gente joven que descubre mis canciones y se rinde ante ellas. Esa es la mejor sensación que puedo tener. Aunque parezca pretencioso, te hablo en serio. Eso es más que el dinero.

-Lo que no está escrito, su último trabajo, tiene ya diez años. El año pasado iba a publicar nuevas canciones, pero al final no han visto la luz. ¿Para cuándo un nuevo álbum?

-En ello estoy. Ahora los discos se venden poco. Tenía casi todas las canciones hechas, pero ni a la compañía le gustaban mucho ni yo estaba convencido. Tampoco es que haya mucha prisa. No creo que saque muchos discos más en mi vida y la verdad es que prefiero hacer un discazo y estar totalmente convencido de ello que sacarlo ya y que pase totalmente desapercibido.

-¿Qué puede adelantar?

-Va a sonar más rockero, eso lo tengo muy claro, pero con buenas melodías. Siempre me ha gustado el rock muy clásico.

-¿Qué le gusta del panorama musical actual?

-Sigo cosas muy puntuales pero yo me meto mucho en mi música y que le den por ahí a los demás. No me interesa demasiado, aunque sí hay cosas que me sorprenden y sigo a los maestros como Calamaro, Ariel, y la gente que me gusta. Pero no me desvivo por escuchar. En casa del herrero, cuchillo de palo.

De marcadas particularidades y grandes sutilezas

Hablar de Jaime Urrutia (Madrid, 1958) es hablar de la historia viva de la música española. De marcadas particularidades y grandes sutilezas, este músico de especial sensibilidad y voz grave quiere captar la idiosincrasia de la vida. Tras su paso por grupos como Ejecutivos Agresivos, fundó junto a sus compañeros Gabinete Caligari y, tras su disolución, inició una carrera de pausado caminar en solitario. Mientras ultima su cuarto disco, recorre la península de bolo en bolo. Así, actuará en Huelva el próximo viernes en el marco de la Fiestas Patronales de la Cinta. En las últimas semanas su gira recaló en Córdoba, Sevilla, Berja, Valencia o Palma de Mallorca.

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