“Andalucía debe aspirar a liderar la industria de los rodajes en España”

Piluca Querol (Sevilla, 1971) se considera una afortunada. Desde hace casi tres décadas ha podido trabajar ininterrumpidamente en la gestión y producción cultural y por eso tiene una responsabilidad para hacer más visibles a sus compañeras desde su cargo de directora de Andalucía Film Commission y como asociada a la Asociación Andaluza de Mujeres de Medios Audiovisales. La avala su prestigio, reconocido dentro y fuera, y haber trabajado en multitud de proyectos, desde The Crown o Juego de Tronos a Exodus, Alatriste, El reino de los cielos, StarWars: Episodio II, James Bond: Muere otro día o Hable con ella de Pedro Almodóvar.

–La pandemia es una mala película, ¿no?

–Desde luego la realidad supera a la ficción.

–Todos hemos recordado estos días Contagio.

–Es similar, sorprende cómo han coincididomuchas de las imágenes y situaciones.

–El confinamiento ha demostrado que la cultura es un servicio casi esencial...

–Nos han salvado nuestros sanitarios, pero el cine y la televisión nos han salvado también cuando tuvimos que encerrarnos.

–Y esta necesidad, la cultura, el cine... ¿ha encontrado una respuesta en las administraciones yempresas?

–Esperemos que sí. Hemos estado muy en contacto en diferentes grupos de trabajo a nivel europeo, nacional y autonómico para tomar medidas de urgencia en el sector, hemos elaborado los protocolos y puesto la base para que se puedan seguir desarrollando contenidos. Hay trabajos que se pueden hacer telemáticamente.

–Pero ya están saliendo los equipos a filmar.

–Sí, pequeños equipos, producciones... Ya se han previsto varios rodajes de largometrajes.

–¿Los rodajes son seguros?

–Son muy exigentes en sus medidas de seguridad y equipos, ya lo eran desde antes de la pandemia. Pero sí, ahora es más complejo.

–El turismo está tirando de la cultura para arrancar el motor económico.

–Efectivamente. La culturaaporta al PIB el 3,2%, el turismo mucho más, pero ahí está englobado también el turismo cultural. La cultura atrae a viajeros.

–Turismo y cultura o turismo y cine es un binomio brillante. ¿Se ha explotado todo lo posible?

–Desde 2006, gracias al apoyo de Turismo Andaluz, empezamos a desarrollar la línea de turismo cinematográfico. Carlos Rosado y yo escribimos el libroCine y turismo, una nueva estrategia de promoción y en estos años hemos ido promocionando una serie de rutas, herramientas... todo está en el portal Andalucía destino de cine, donde los viajeros encuentran una experiencia. Es un turismo muy atractivo y respetuoso con el espacio.

–Es un turismo de calidad.

–Así es. En todos los países europeos hay incentivos fiscales para la industria de rodajes, que genera empleo y economía directa con sus contrataciones; los equipos se convierten en visitantesque descubren el territorio. Y luego es un escenario de promoción de destinos.

–Desde las film commission se crean herramientas y promociona la industria.

–Llevamos más de 20 años promocionando a nuestra industria y localizaciones. Hemos trabajado junto a Spain Film Commission para que nuestro Gobierno conozca mejor nuestro industria y para demostrar que son necesarios los incentivos fiscales para poder competir con otros países, como ocurre en EEUU. Si facilitamos los rodajes, podemos comprobar que todos son ventajas:el empleo directo, la economía y proyección. A los viajeros les atrae conocer dónde y qué se rodó de sus películas y series favoritas.

–¿Habrá nuevas rutas este verano?

–Sí, de cine, hoteles, lugares emblemáticos para que nuestro turismo nacional lo disfrute. Estas rutas e historias incitan a consumir producciones. Fuera sorprende mucho que con los presupuestos y dificultades que trabajamos seguimos descubriendo talento y creando producciones.

–Cuando se dice que Andalucía es de cine, no sólo nos referimos a las localizaciones, también ese talento, profesionalidad, la formación...

–Así es.

–Hay una generación andaluza triunfando y que carga con la etiqueta de industria subvencionada.

–La producción audiovisual es una tarea de alto riesgo. Existe una inversión privada importante, con una competencia feroz fuera. En Europa todos los países apoyan a su industria, saben que el cine promociona, genera empleo, preserva nuestra identidad. Conocemos países donde nunca hemos estado. Lo local puede ser internacional y pueden triunfar todo tipo de historias. No son sólo los paisajes bonitos y las historias de amor, un asesinato puede convertir en atractivo un espacio.

–Isla Mínima, por ejemplo.

–Sí, descubrió unas localizaciones increíbles y tiene proyección internacional y contaba una historia muy oscura. Ya pasó con Solas, ahora Intemperie, La trinchera infinita... El público es inteligente.

–Toda esta promoción es relativamente reciente.

–En 1998 se creó Andalucía Film Commission y en 2006 iniciamos la gran ruta de cine por Andalucía. En eso fue pionera Andalucía, que tiene que seguir aspirando a liderar la industria de los rodajes en España. Los andaluces son muy valorados fuera por ser muy profesionales y creativos.

–Es un riesgo que no sepamos retener este talento.

–Este momento es decisivo. Presentamos al Gobierno hace tiempo dos propuestas:un tanque de agua para rodajes en Cádiz y una ciudad plató en la provincia de Almería... Hay que apostar más por la industria de los rodajes, lograr que los equipos pasen más tiempo en Andalucía, que trabajen todo el año y podamos formar a nuevas generaciones. El cine, la televisión, la publicidad... son una factoría muy reclamada. Andalucía puede convertirse en un lugar para la creación y la producción audiovisual.

–Andalucía funciona como un único plató.

–Lo intentamos.

–¿Cuál sería la producción que falta aún en Andalucía?

–Hay muchísimas: nuestro flamenco, tan valorado fuera, daría para un musical, largometrajes, series... Producciones sobre historia, pienso enaventuras y relatos romanos y árabes, sobre nuestra agricultura, los olivares... Ojalá estas historias pendientes puedan ser contadas desde aquí. Porque también hemos tenido producciones terribles sobre nuestra cultura yel concepto del andaluz muy particular.