Nolasco: "Tengo la compostura de un rockero y me quejo como un flamenco"
Si el destino permitiera a Nolasco rodar la última escena de su propia vida, las localizaciones ya estarían decididas, “un escenario”. Lo contó Nolasco, el artista de El Viso del Alcor (Sevilla) que estudió Comunicación Audiovisual, hace ya casi una década y lo sigue manteniendo a punto de que su carrera cumpla la mayoría de edad. 18 años que celebra con su octavo disco, Petricor, presumiendo de independencia y de supervivencia. “La gente que te va a ver a un escenario pequeño es igual de importante que quien te ve en uno grande”, recuerda.
–’Petricor’ un título que evoca nostalgia para un disco, sin embargo, muy vitalista, ¿no?
–La verdad que no me había parado a pensar ese carácter nostálgico de la palabra... Para mí es que petricor, el olor a tierra mojada, me conecta con la vida y de ahí esa luz y esa positividad que tiene el disco. Esa es su filosofía.
–¿De dónde surge este trabajo?
–Pues cuando empecé a componer los primeros temas de este disco acababa de leer El perfume, de Patrick Süskind, y tenía la emoción de los olores muy metidas en el sentido. De hecho, la primera canción fue Olor a romero. Seguí componiendo y tenía la sensación que cada tema estaba recorrido por una fragancia, es más, me planteé sacar con el disco como unos perfumes, pero lo deseché y opté con el tiempo por buscar un título que fuera un olor que resumiese todas esas sensaciones olfativas. Y era difícil porque cada tema huele distinto, casi que las canciones pertenecen a estilos diferentes pero sí se cogían de la mano por temática y por momento vital.
–Por ahí le iba a preguntar, en 'Petricor' a veces suena más electrónico, en otras más rock, hay aires sureños... ¿Se quería probar todos esos trajes?
–En realidad no es que uno intencionadamente diga “voy a hacer un tema con carácter rock”, “este otro, pues electrónico”, y así... Sino que vas componiendo y es la necesidad de lo que quieres expresar lo que te guía. Sí es verdad que una vez vas componiendo ya sabes de qué va el tema y cómo va a sonar. Así será es rockero total, luego hago un guiño a la música urbana de ahora con Barquito en altamar, llevo unas bulerías de Jerez... Es que me apetece todo porque me reconozco esa versatilidad en mis maneras. En un directo tengo la compostura, la pose, de un cantante de rock pero me quejo como un flamenco. Y eso quería que se viera en el disco.
–Las colaboraciones también reflejan ese carácter ecléctico. Me llama mucho la atención la de Cherisse Osei, ¿cómo surge eso?
–Es el punto exótico del disco, ¿verdad? Para mí ha sido un lujazo porque, además de que es una de las mejores bateristas del mundo, date cuenta que yo llevo tatuada en el pecho una de mis canciones preferidas, que es Maybe tomorrow, de los Stereophonics, y Cherisse ha tocado con ellos, además de ser la batería de su magnífica banda, los Simple minds. Y encima es que todo surgió muy natural. Cherisse viene a España el año después de la pandemia con su pareja, que trabaja en la BBC, para grabar un documental sobre las músicas del sur que ella presentaba. Un amigo común nos presenta, nos caímos muy bien y vienen a grabarnos en un concierto que dimos en Bolonia, en Cádiz. Pues justo antes de subirnos al escenario me pregunta Cherisse si puede tocar con nosotros, yo le digo que por supuesto pero que para estar todos en igualdad de condiciones íbamos a tocar una canción que no conocía ella ni la banda, y así presenté ese Así será que había acabado de componer por lo que la colaboración de Cherisse Osei en ese canción no es porque sí, ni por azar, sino porque fue la primera persona que le dio un concepto rítmico al tema.
–Segundo disco producido por usted mismo, primero de temas inéditos, ¿cómo está siendo la experiencia?
–Pues muy buena. En tono de broma, a veces le digo a los músicos que la ignorancia es muy atrevida, y yo me considero en muchas cosas un ignorante musical pero soy muy atrevido a la hora de experimentar y cuando compongo las canciones tengo claro qué elementos quiero que aparezcan, a qué quiero que suene la canción. Así que cuando llevas la producción al cien por cien pues te equivocas tú, aciertas tú, te comes la cabeza tú e incluso los riffs de la eléctrica los tienes tú... Y me parece bien que yo, como cantautor, sea responsable de todo eso, porque me hace sentir que este disco va a sonar más a mí que discos en los que la producción es de otros compañeros. Igual ocurre con la producción ejecutiva. Digamos que es la parte más tediosa, más complicada para mí, pero al final estoy decidiendo dónde se graba, con quién, en qué ambiente se graba.., y eso influencia sobremanera el carácter de un disco.
–¿Qué ve si mira 18 años atrás?
–Pues fíjate que es que me veo en un punto muy parecido. Sigo siendo un luchador nato, siempre empiezo de cero porque soy una compañía independiente en los tiempos que corren, así que me siento con la misma fuerza y la misma ilusión de hace 18 años, y esa es una de las armas más importantes que puede tener un artista en sus manos, la ilusión. Si no hay ilusión a la hora de escribir o de presentarte en un escenario, esa es tu muerte artística. Y yo sigo teniendo experiencias místicas en los escenarios, si yo fuera creyente te diría que subirse a un escenario es un regalo de dios.
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