María Carrasco: "La crueldad de la industria no me va a transformar en algo que no soy"
Intérprete y compositora
Inmune al dolor es el séptimo disco de estudio de María Carrasco (Torrecera, Cádiz, 1995), una artista que comenzó su camino en el mundo de la música a los 6 años y que saltó a la fama en televisión por sus participaciones en los programas Veo Veo (donde se alzó con el primer premio en 2004) y Menuda Noche (con más de 500 apariciones). De hecho, su primer trabajo discográfico, Hablando con la Luna (2007), fue Disco de Oro a los tres meses de su lanzamiento. Ahora, con Inmune al dolor, y temas como En silencio, Otro Planeta (con Gonzalo Hermida), o Me duele, la cantante y compositora se muestra fiel a sus raíces pero con un sonido renovado.
–Impacta la portada de su nuevo disco, aparece llena de moratones aunque da sensación de fortaleza
–¿Sí, verdad? Pues está muy ligada a lo que es este disco para mí porque he querido reflejar una etapa muy importante en mi vida que me ha hecho así, Inmune al dolor.
–¿Una etapa donde se ha sentido muy golpeada por la vida?
–Sí, he tenido que pasar unos tragos bastante duros. Cuando uno toca fondo sólo le queda salir a la superficie pero pienso que ese camino también hay que escribirlo, y la música es mi único lenguaje.
–Entre esos golpes supongo que ha estado la pérdida de su madre
–Efectivamente, pero no sólo la de ella. Yo me he criado en un ambiente súper familiar, mis padres tuvieron un bar durante 36 años, entonces en esa etapa también me criaron mis abuelos. En 2020 fallece mi abuelo, el 21 mi madre y el 22 mi abuela, que es la que estuve sedando yo, en casa. Así que ha sido muy duro... También es cierto que en la pandemia tuve tiempo de reflexionar y de indagar en mí misma y el resultado está en muchas de estas composiciones.
–La vida le ha quitado mucho en estos años pero, ¿qué le ha dado?
–Madurez, mucha fuerza, mucha templanza ante lo que no podemos cambiar y, sobre todo, mucha visión de las cosas porque cuando ya estás tan mal te obligas a buscar luz en otras cosas y, en ese sentido, la música me ha ayudado muchísimo y me ha ayudado a no hundirme.
–Y supongo que eso es lo que vemos en este trabajo que no hemos visto en anteriores
–Sí, mi evolución personal. Yo soy una tía muy natural e intento que todo lo que salga de mi boca sea yo, y eso se contagia a mi trabajo. Creo que veréis una María más fuerte, más dura.
–¿Y a qué suena este disco? ¿Dónde queda el flamenco?
–Soy una gran aficionada al flamenco y este disco no ha perdido la raíz andaluza ni la raíz del flamenco pero como estudié tanto flamenco de chica, porque mi padre es un melómano total, y me ha aportado tanto el flamenco, que yo al conocer más música y más músicos también he tenido que beber de ellos, y al beber tanto tanto he sentido la necesidad de buscar un poquito más allá de lo que ya sabía. Cuando uno ya sabe algo tiene que empezar a conocer otras cosas para no estancarse. Este nuevo sonido es por las aportaciones musicales externas que al final a lo largo de los años he ido conociendo.
–¿Y se siente cómoda?
–Muchísimo. Siento que hago lo que estoy sintiendo. No podría cantar lo que no siento, si eso me pasa algún día, ya no canto más.
–Se reencuentra con Raúl Cabrera
–Hombre, es que yo creo que es una de las personas que más quiero y más valoro del mundo de la música. Fue la primera persona que medio la mano como compositor y luego es que ya es un amigo, no es alguien con el que trabajo. Y es que es muy importante tener buena energía y buena conexión con la gente con la que al final tú te vas a desnudar, porque eso es un disco, quitarte la ropa y que todo el mundo lo vea. Y Raúl, como me conoce tan bien, para mí ha resultado muy fácil. Es uno de los mejores compositores de España, y me quedo corta.
–Está usted en los escenarios desde pequeña. ¿Siempre tuvo claro que era la música su vocación?
–Sí, tuve claro que este era mi camino, el que yo había elegido. Lo que no está en nuestra mano es que podamos seguir en él. Creo que siempre hay que mantener la humildad y los pies en el suelo para saber que aunque tú te sientas capaz la gente no tiene por qué verlo. Y aunque yo siempre he creído en mí, me preocupé por buscar caminos anexos a éste. Por eso hice Enfermería, hice Anatomía Patológica, bueno, porque siempre me ha gustado también el campo de la Sanidad, y aunque espero no tener que ejercer, porque mi vocación más grande es la música.
–Son 20 años ya de carrera musical. Toca balance, cuénteme los obstáculos y las grandes satisfacciones
–Pues obstáculos ninguno porque cuando llegas a la música, y la gente te regala estar ahí, no hay ningún tipo de obstáculo. La gente se encargó de que todo funcionara y yo sólo tuve que trabajar en la trastienda, ensayando mucho y trabajando sobre mí misma, no sobre otro. Lo mejor que me ha dado la música es la cercanía con la que siempre he conectado con el público. Es muy complicado conectar y yo lo he tenido muy fácil, quizás por eso que te decía que soy como ves, y cuando no intentas fingir nada, la gente lo valora. Sí me siento profeta en mi tierra y eso es fruto de un trabajo no sólo mío, también del equipo que me rodea que se ha mantenido con unos valores de humildad, de respeto y de agradecimiento a la gente que nos mantiene ahí. Porque pagar las facturas con un trabajo que te guste ya es un privilegio.
–¿Y no cuesta mantenerse en una industria en transformación?
–La industria ha cambiado completamente pero no es complicado si lo trabajas y estás al día de cómo funciona. Lo fácil es no adaptarse al cambio y yo pienso que uno se puede adaptar sin perder el norte. ¿Que hay artistas que lo pierden? Allá ellos, yo sólo trabajo en mí. Y tampoco voy a cambiar por contentar a la industria, yo lo que quiero es contentar a la gente que me ha seguido siempre. No quiero transformarme en algo que no soy, y la crueldad de la industria de la música no va a poder con eso.
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