Manuel Jabois: "Todos nos parecemos más de lo que pensamos"
MANUEL JABOIS | PERIODISTA
El periodista acaba de publicar su tercera novela, que lleva el nombre de 'Mirafiori' (Alfagura)
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"Todos los que dicen que el dinero no da la felicidad son unos hijos de puta", afirma unos de los personajes de Mirafiori (Alfagura) en su lecho de muerte. Este es el nombre que lleva la última novela –la tercera– del columnista Manuel Jabois (Sanxenxo, 1978). Una obra en la que el periodista ahonda en el amor y el desamor de sus protagonistas, que comparten un secreto desde que empezaron su relación en la adolescencia. Con esta novela, Jabois viaja al más allá y trae a los fantasmas a la vida terrenal.
-Los dos elementos principales de Mirafiori son el amor, en todas sus vertientes, y la muerte. ¿Cómo ha conjugado ambos?
–Abordando el camino de vuelta. Son dos viajes para los que no hay retorno. No existe una ruta trazada en Google Maps que se pueda seguir. Nadie se enamora creyendo que va a romper y que vivirá un desamor. En el caso de la muerte, quien se acerca a ella no piensa en cómo regresar o si se quedará en el mundo de los vivos. Los protagonistas de este libro tienen que hacer ese camino de vuelta en paralelo.
–También entra en juego lo paranormal. ¿Estaba familiarizado con este universo?
–No, pero una colega me contó que oía fantasmas y me llamó mucho la atención. También pasaron algunas cosas en mi casa que seguro tenían alguna explicación, como la típica caída de cosas o ruidos extraños, pero tampoco busqué lo suficiente como para poder creerme que era algo paranormal. No he visto ningún fantasma ni creo en ellos. Pero sí que me pareció excitante la idea de que pudiese haber algo más. Como soy periodista, trabajo sobre los hechos y no creo en nada que se escape de la argumentación científica, pero a la hora de ponerme el traje de novelista pensé que podía desbarrarse con la ficción. Me pareció muy interesante y divertido.
–A pesar de que no crea en ellos, la novela está plagada de fantasmas. ¿Cómo fueron apareciendo?
–Según las necesidades de la historia. Me entrevisté con varias brujas que me contaron sus experiencias y las trasladé al libro. Probablemente la parte paranormal es la más documentada de la obra. Respeto al máximo a las personas que me han ayudado y me pareció muy interesante, porque es gente que, de generación a generación, siente la presencia del más allá.
–La protagonista tiene una conversación con un médico en la que el profesional trata de dar racionalidad a una realidad que no la tiene.
–Sí, era necesaria la voz de un psiquiatra. Transcribí lo que me explicó un amigo con esta especialidad. Quería contar una historia disparatada en cuanto a la presencia de fantasmas, pero también que las aguas confluyesen. Cuando oyes o sientes cosas, pero no va crees en ello, vas al médico y el debate es muy interesante.
–Esta dualidad también se manifiesta cuando la protagonista siente que el amor se ha roto.
–Ella está acostumbrada a tratar de dar con explicaciones a cosas que no la tienen. Era absurdo que buscara una lógica para responder a por qué se desenamoró. De hecho, dice que a veces las cosas pasan porque tienen que pasar. Explorar respuestas provoca frustación, sobre todo en cuanto a cuestiones personales.
–Cualquier persona podría sentirse identificado con las vivencias de los protagonistas.
–Todos nos parecemos más de lo que pensamos. Creemos que nuestra historia de amor es la más diferente y que la de desamor es la más trágica. Al final, todos hemos pasado por un proceso parecido y por las mismas fases. Buscamos los mismos argumentos y explicaciones. Es cierto que siempre hay algo que hace auténtica tu relación, porque no somos calcomanías, pero nuestras tristezas, celos y pasiones se parecen mucho. No lo buscaba, pero es cierto que las relaciones personales se basan en un eje de seis o siete emociones.
–De hecho el final es una especial de alabanza a los ex o a una persona de la que has estado enamorado.
–Totalmente. Hay una voluntad de reconciliación y de dejar claro que nada fue para tanto. Ni la tristeza ni la alegría. El mundo sigue adelante y nada se acaba. Sobre todo que, si has querido, tienes que seguir haciéndolo. Quedarse en el resentimiento, en el odio y en el rencor, envejece las células más rápido. Además, te vuelves un tipo más feo, mas torvo y desquiciado. No puedes vivir con la amargura dentro. El reconciliarte con el mundo y con la vida es muy hermoso.
–Hay una frase en la obra que dice: Pensé entonces: el amor de verdad hace daño; y pensaré ahora: el amor de verdad cura ese daño.
–Y no tiene que ser el amor sentimental. Puede ser de la familia o de los amigos. Pero no se puede vivir en el dolor ni refugiarse en uno mismo sin sentir que los demás están contigo.
–¿Hay mucho de biográfico?
–De las tres obras que he escrito es la que menos autobiografía tiene. Sí que hay emociones que he vivido desde los 19 y las he tenido que recopilar.
–Ha afirmado que es su libro más oscuro. A mí no me lo parece.
–Pues te lo agradezco. Creo que está escrito de una forma muy luminosa. Que tiene humor y es tierno. Es verdad que se cuentan cosas muy duras y que son muy reconocibles. Quizás esto lo convierta en una obra un poco más oscura.
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