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“La banca ética pone a las personas por encima de todo”

Javier Moreno Ibarra | Psicólogo experto en organizaciones

Javier Moreno Ibarra, antes de la entrevista. / Juan Carlos Muñoz

Del caserío a Sevilla. Javier Moreno (Bilbao 1963) dedica su vida a las economías sociales de transformación. Es secretario de la Asociación Fiare Sur de Banca ética, que agrupa a 36 organizaciones de Andalucía y Extremadura, integradas en la mesa de entidades socias de referencia de la Fundación Finanzas Éticas. Psicólogo experto en organizaciones, fue un niño de campo hasta los 11 años criado en un caserío entre vacas y montañas del Valle de Carranza (Vizcaya). Es el mayor de cinco hermanos. Llegó a Sevilla por el traslado de su padre, empleado del BBVA.

–Es usted un activista de la economía social y solidaria, ¿qué supone esto en su vida diaria?

–Mi teléfono es de comercio justo, de la empresa Somos conexión, cooperativa sin ánimo de lucro de servicios telefónicos. La electricidad de mi casa es de Som energía, cooperativa sin ánimo de lucro que da servicios con energías renovables. Soy de HomeExchange, plataforma para compartir casa entre particulares, sin dinero ni intermediarios. Soy socio de La Ortiga, una cooperativa de comercio justo y presidente de la asociación Acción Politeia, un laboratorio de innovación social y políticas públicas.

Nuestro banco no invierte en armas ni en combustibles fósiles ni en juegos de azar

–Hasta su banco es diferente...

–Pertenezco a Fiare Banca Ética, una cooperativa italoespañola sin ánimo de lucro. Es un banco, con sus tarjetas bancarias y servicios como cualquier otro. La diferencia es que este banco no invierte en armas –el sector armamentístico vive de las guerras que se generan–, ni en combustibles fósiles ni juegos de azar. Se puede construir una economía que no trabaje en esos tres sectores y lo estamos demostrando. También soy socio de Coop57 y Oikocredit.

–Os llamáis banca ética ¿el resto de bancos no lo son?

–No nos llamamos así porque seamos mejores que nadie, pero señalamos que queremos trabajar al servicio de las personas, que están por delante de las rentas del capital. En Europa este tipo de bancos están ligados a la ecología, al medio ambiente, a las cooperativas, a las energías renovables,etc. Febea es la federación que agrupa a la banca ética europea y en el mundo estamos en Banking on values. En la zona mediterránea nacieron más ligados a la cooperación al desarrollo. Publicamos todos los créditos que damos. La transparencia es una obligación.

–¿Qué filosofía guía vuestras inversiones?

–No somos el banco de los buenos frente a los malos. No es eso. Hacemos una banca que tiene en cuenta dónde invierte y las consecuencias de esa inversión. Si las consecuencias no van a beneficiar a las personas no se invierte. Somos economías solidarias, que tienen en cuenta las necesidades de la gente.

–¿Cómo surge Fiare Blanca Ética?

–Nace de la unión de dos proyectos basados en las finanzas éticas: Banca Popolare Etica, un banco cooperativo con más de 40.000 socios que trabaja en Italia desde 1999 y FiareBE que opera en España desde 2005 con más de 3.000 socios. No ha sido fácil crear un banco sólo con la sociedad civil autoorganizada. En España hemos tardado 15 años poniendo cantidades para tener capital social suficiente.

–Sois una red de organizaciones.

–FiareBE pertenece a REAS (Red de Economía Alternativa y Solidaria) ligada a redes en Europa y a otra redes de economía solidaria del mundo. En las economías transformadoras también están las economías feministas, las del bien común, las directas, el software libre, la economía cooperativa. Aquí hay organizaciones empresariales como cualquier otra. Es un sector que ha soportado la crisis mejor que otros. Para todo este mundo hay un sector financiero alternativo y solidario.

–¿Qué tipo de proyectos habéis financiado?

–En Cádiz, FiareBE ha financiado a la Fundación Girasol que trabaja con drogodependientes. En Córdoba, la recuperación de los patios de la Axerquía como cooperativas de vivienda en cesión de uso para nuevos vecinos y para que los mayores sigan viviendo en ellos y no se entreguen a la especulación. En Almería, en Vícar, a Noesso, una asociación sin ánimo de lucro que atiende a personas con adicción, en situación de riesgo, o menores con problemas de conducta. En Sevilla, a Bioalverde, de Cáritas Diocesana, una huerta ecológica de inserción sociolaboral de personas en situación o riesgo de exclusión social cuyos producos se venden a grupos de consumo.

–Los cohousing para mayores también os interesan

–Sí, todo lo que sean proyectos que favorecen la mejor vida de las personas los financiamos. Y eso incluye el cohousing, un modelo de cooperativa de vivienda en cesión de uso, los proyectos de movilidad sostenible, de transición energética, de gestión de residuos..

–¿Cómo hacéis la selección de proyectos?

–Cada proyecto pasa una evaluación financiera por parte de profesionales bancarios y una socioambiental que hacemos los socios, que evaluamos, con una formación previa, si encaja con nuestros objetivos estratégicos. Una gasolinera no lograría financiación, pero sí una panadería en un pueblo que se esté despoblando, un proyecto de inserción social, de agricultura de proximidad, o de productos ecológicos que gestione la propiedad común.

–¿Por qué no se suma más gente a la banca ética?

–A la gente le cuesta mucho cambiar, le cuesta fiarse, pero los que entran está muy contentos.

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