Concha Cobreros: "En Itálica, Adriano hace su ciudad ideal"

Presidenta del consejo asesor de la candidatura de Itálica a Patrimonio Mundial y copresidenta de Civisur

Concha Cobreros.
Concha Cobreros. / Antonio Pizarro

Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, diplomada en el Instituto Internacional San Telmo, periodista en diferentes medios y en la Oficina del Portavoz del Gobierno de la Junta de Andalucía, publicista, empresaria, navegante, inquieta y polifacética. Concha Cobreros Vime es una de las grandes impulsoras de la ciudad adrianea de Itálica a Patrimonio Mundial, la primera que se impulsa desde la sociedad civil.

En los próximos meses deben defender el expediente ante el Gobierno para que Itálica pase el examen de la Unesco en 2023. Como copresidenta de Civisur, fomenta la colaboración y unión de Sevilla y Málaga.

¿Por qué debe ser Itálica Patrimonio Mundial. Cuál es ese Valor Único Excepcional que demanda la Unesco?

Es una ciudad ex novo (de nueva planta) que luego se abandona y no se construye sobre ella. Eso es fundamental. Itálica, la antigua ciudad que crea Publio Cornelio Escipión, nace en el contexto histórico de las Guerras Púnicas. Pasan los años y adquiere cierta importancia. Eso posibilita que de allí salgan dos emperadores. Trajano, el primero que nace fuera de Roma y la península italiana. Con él, los límites del imperio llegan a su máxima extensión. Adriano, su sucesor, también nacido en Itálica, en honor a Trajano hace una ampliación de la antigua ciudad.

Coge un terreno nuevo de 39 hectáreas. Allí hace una ciudad ideal, con grandes calles, aceras porticadas, mansiones maravillosas, edificios públicos sobredimensionados, el anfiteatro, por ejemplo, se estima que tenía capacidad para 28.000 personas cuando en la ciudad vivían ocho mil, las termas... Ése es su ideal de cómo tiene que ser una ciudad en la que se conjugan, además, elementos de oriente y de occidente, representando esa concepción global que tenía del Imperio. Esta ciudad se abandona por una serie de cuestiones históricas. Las sucesivas dinastías romanas no construyen encima. Con lo cual queda ese arquetipo de cómo era una ciudad ideal en tiempos de Adriano.

Es la única ciudad adrianea que reúne esas características. Que sea en un terreno nuevo en el que hace la ciudad ideal, que no se construya encima. Que sea un arquetipo de cómo era el urbanismo y la arquitectura en tiempos de Adriano. Es la única ciudad del mundo que reúne esas características.

Comenta que la suerte de Itálica ha sido que se construyó desde cero y que luego se abandonó y no se volvió a construir encima. Pero ese abandono también le ha hecho mucho daño. Ha habido mucho expolio.

Claro, es que antiguamente las ruinas no se valoraban. Se expoliaban sistemáticamente. Pero Itálica fue el primer bien español que se preserva en 1912. Está muy protegido, pero ha estado muy abandonado por las administraciones. Pero ha sobrevivido y es una ciudad por la que puedes pasear.

Una vez que Itálica sea Patrimonio Mundial, como todos deseamos, ¿por dónde debe ir su futuro?

Lo primero que pasa cuando eres Patrimonio Mundial es que las administraciones adquieren un compromiso de mantener el bien en buen estado, de restaurarlo, que haya un turismo sostenible... eso ya es mucho. Luego, ese bien adquiere un prestigio por lo que es más fácil recibir ayudas de todo tipo. Luego, estas distinciones ponen al bien en el mapa. Las visitas se multiplican. En Antequera, por ejemplo, ha habido un antes y un después de la declaración de los dólmenes.

Llama la atención que un enclave tan importante como Itálica sea de acceso gratuito. ¿Eso resta valor al conjunto?

A mí personalmente me parece un disparate, pero así está recogido por ley. Sólo pagan los ciudadanos que no son de la Unión Europea. En el libro de reclamaciones de Itálica lo que más se pide es que se pague.

¿Espera que se hagan nuevas excavaciones?

De Itálica queda muchísimo por descubrir. Está excavado muy poco. Los arqueólogos hablan más de restauración y conservación de lo ya excavado. Habría que recuperar, por ejemplo, las termas mayores. Pero las excavaciones también son necesarias y también se harán.

Es la primera vez que una iniciativa de este tipo parte de una asociación civil como es Civisur. ¿Eso ha hecho que el camino a recorrer sea más dificultoso o más sencillo?

Hemos tenido un problema obvio: la búsqueda de financiación. Hemos tenido que buscar mecenas y eso ha supuesto una ardua labor. Afortunadamente, hemos contado con el respaldo y la ilusión de todas las instituciones. Algunas de ellas, además de prestarnos su apoyo y respaldo moral, nos han podido arrimar un poco de dinero. La Junta de Andalucía, como propietaria, ha dado todo su respaldo. Además es la redactora del Plan Director que se incluye en el formulario. La Diputación, que en algún momento ha aportado algo de dinero. El Ayuntamiento de Santiponce, que han puesto mucha ilusión. El Ayuntamiento de Sevilla, las tres universidades públicas: Universidad de Sevilla, Pablo de Olavide y Universidad Internacional de Andalucía... La Fundación la Caixa ha sido un gran mecenas. Ha sido extremadamente generosa con nosotros. Nos aportó el dinero que necesitábamos para redactar el formulario en su primera fase. En la segunda, se hizo conjuntamente entre CaixaBank y las tres universidades públicas. Quizás también hemos tenido la ventaja que al ser una asociación civil hemos podido unir a instituciones de diferentes signos.

Háblenos de Civisur... ¿cómo surge esta unión entre Sevilla y Málaga?

Fue una idea de dos exalcaldes: Manuel del Valle, de Sevilla, y Luis Merino, de Málaga. Ambos muy activos. Tienen la idea de que las dos principales capitales de provincia de Andalucía se conviertan en locomotoras de la región.

¿La “guerra” Málaga-Sevilla ha sido más cosa de los políticos que de los ciudadanos?

Yo lo de las guerritas lo veo muy cateto. No conozco a ningún malagueño o sevillano con sentido común que haya entrado en eso. Si ha habido frases mitineras en algún momento yo lo desconozco. Igual que ha podido haber titulares sangrientos que también son muy atractivos. No me creo lo de la rivalidad.

¿Cómo se puede mejorar esa convivencia y colaboración?

Con el conocimiento generoso. Hemos hecho muchas cosas en favor de las dos ciudades. Ahora estamos con la candidatura de Itálica, nuestro proyecto más conocido.

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