"El precio de un cosmético no determina su eficacia"
Héctor Núñez | Farmacéutico especializado en cosmética
Graduado en Farmacia y máster en Cosmética y Dermofarmacia, Héctor Núñez Blanco es el creador de Cosmetocrítico, marca que le valió en 2021 el 2º Premio a la Mejor Divulgación Profesional en Redes. En Instagram, cuenta con más de 64.000 personas que siguen sus contenidos, realizados con humor y rigurosidad científica. Unas características presentes en su Manual de cosmética aplicada (Libros Cúpula).
-¿Qué llevó a un farmacéutico a especializarse en cosmética?
-Podría contar la versión fantasía, pero la real es la de quienes tenemos nuestra carrera de ciencias orientada hacia la investigación y luego te das cuenta de que la realidad del desarrollo profesional es bastante precaria. Me especialicé en este sector porque me gusta más que la industria farmacéutica. Es algo que también tiene ciencia y que me llamaba la atención, pues siempre hemos estados rodeados de publicidad de cosméticos. Cuando estaba haciendo el máster empecé en las redes como un hobby, un pasatiempo con el que dar pautas, con un poquito de humor, para que la gente cuide su piel.
-¿Qué es un cosmético? ¿Qué esperar de él?
-Un cosmético al final es un producto de cuidado de la piel, desde la higiene hasta aquellos que contienen despigmentantes, antiarrugas... que serían más tratamiento, por así decirlo. ¿Qué podemos esperar de un cosmético? El marketing nos tiene la cabeza un poco quemada y parece que nos van a devolver a los 18 años, y no es así, porque si no la medicina estética estaría perdida. Estaríamos todos estupendos, sin bótox ni relleno. Pero lo que digo siempre es que un cosmético va a ayudar a mejorar el aspecto de manchas, de arrugas, y hacer que envejezcamos mejor. Del cuerpo la mayoría de la gente pasa, siempre es edad y rostro; no salimos mucho de ese margen.
-¿Qué debe guiarnos a la hora de elegir un cosmético?
-Primero determinaría qué tipo de piel tengo: si está mate, si tiene brillos... Esto nos viene bien para determinar qué textura elegir: formato crema, sérum, gel... Los envases nos ayudan indicando el tipo de piel, pero si es para todo tipo a unos se nos quedará corto y a otros se nos pasará. Luego está lo que queramos mejorar: si queremos ir a por las arrugas, tendremos que ir por ingredientes que vayan a estimular el colágeno, la elastina, la regeneración celular... Si nos interesan las manchas, pues despigmentantes. No obstante, muchos ingredientes son multifunción, suelen tener varios mecanismos.
-¿Cómo sabemos si funciona? ¿Cuándo se comienzan a notar los cambios?
-El mayor problema es que somos impacientes. Tenemos que dar a un cosmético al menos un ciclo de renovación celular, que es un mes. Eso para ver los primeros resultados. Una arruga, obviamente, no se ha formado en un mes ni en dos; lo normal para un cosmético es darle tres meses si somos constantes. Un cosmético es una carrera de fondo, no un esprint. Y tenemos que tener en cuenta que nosotros nos vemos a diario, por lo que no vamos a percibir esos cambios. Si podemos registrarlo con fotos, mejor.
-¿La calidad está en el precio? ¿Funciona la 'low cost'?
-En el precio a veces está el marketing y a veces la calidad. Un persona que consume lujo, por muy buena que sea una crema de 30 euros, no la va a comprar. Está acostumbrada a otra experiencia de compra y seguirá prefiriendo gastarse 200 euros en un cosmético. Por otro lado, no va a costar lo mismo un producto que venga en un envase más pequeño que en otro más grande, uno que tenga sólo un ingrediente activo a otro que tenga seis. El precio no determina la eficacia, la eficacia la determinan los estudios realizados. Hay que buscar ingredientes que tengan evidencia. También hay que tener en cuenta dónde está fabricado el producto: no es lo mismo en España que en otros países donde los sueldos sean más bajos. O una marca grande, a la que las materias primas le van a resultar más baratas. Mi consejo es que en el término medio está la virtud y no volvernos locos, y buscar marcas que hablen de la eficacia del producto con estudios. Por otro lado, en la cosmética low cost hay de todo, cosas para echarse las manos a la cabeza y cosas que están muy bien. Pero hay que andar con más ojo, muchas marcas low cost introducen en sus productos un solo ingrediente y te toca hacer combinaciones en casa, por lo que hay veces que no compensa porque tienes que comprar más y hacer capa sobre capa. En este caso, quizás te interese más una gama media. Además, el resultado de un producto será mejor que el de uno sobre otro.
-¿Cuál es la mayor mentira que nos ha contado la industria cosmética?
-Al final está relacionado con lo que el marketing nos vende, y es que no vamos a poder volver a la piel de los 20 años. La piel de los 20 años sólo se tiene a esa edad, no hay marcha atrás. Sus expectativas no son reales.
-Nos atosigan con nombres de ingredientes. ¿Cuáles son los imprescindibles?
-Imprescindibles como tal, sólo el fotoprotector y el limpiador. Luego, más allá de eso, dependerá de cada tipo de piel. De forma general, niacinamida, retinoides, exfoliantes ácidos y antioxidantes, como la vitamina C, serían los ingredientes fundamentales.
-¿Cuáles son los principales errores que cometemos en nuestra rutina?
-El principal es desconocer por qué estamos utilizando un producto, porque no sabemos si nos va a mejorar algo o no. En segundo lugar, no limpiarnos el rostro para eliminar restos de maquillaje, de contaminación y hacer que los productos que usamos penetren en la piel. Otro error garrafal es no usar fotoprotector. Yo lo repito hasta la saciedad: infórmate, mira qué quieres mejorar y en función de eso establece una rutina, no al tuntún.
-¿Qué parte del cuidado personal suele olvidarse con mayor frecuencia?
-El corporal. Es un gran olvidado más allá de un gel de ducha y un desodorante. La piel del cuerpo parece que sólo interesa cuando llega el verano, los anticelulíticos y poco más.
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