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"El Guggenheim es aportación, pero no es arquitectura"

Luis Díaz del Río · arquitecto

Luis Díaz del Río (Berdún, Huesca, 1923) vivió con ocho años la sublevación de Jaca. Se casó en 1954 con Aurora Hernando. Boda en los Jerónimos, convite en el Ritz. Dos hijos arquitectos, Ángel y Aurora. Luis es informático y Jorge abogado. Sergio murió con cinco años de leucemia. Conserva como reliquias el cuarto de juego de los niños, un belén que nunca desmonta y un arpa de anticuario. Desde su séptimo de caballería (boceto ecuestre de San Fernando) se ven el río y el palacio de San Telmo, sede de la Junta.

"El Guggenheim es aportación, pero no es arquitectura"
Francisco Correal

18 de diciembre 2010 - 11:00

-¿Arquitecto por familia?

-Mi padre era militar. Amigo de Muñoz Grandes, estuvieron juntos en África. Entró en el cuerpo de Carabineros, que dependía del Ministerio de Hacienda. Por eso yo me hice arquitecto de Hacienda. 41 años. Pero en mi familia abundan los marinos. Lo fue mi abuelo. Lo era mi hermano Ángel y lo es su hijo Eugenio, el capitán de la fragata que escoltó al Alakrana.

-Estuvo en Madrid el día que Griñán presentó el proyecto Andalucía 10...

-Yo fui a una comida de mi promoción. Soy el más viejo, aunque he decidido que ya soy anciano. Éramos 42 y quedamos veinte. No está mal. Los hay muy jóvenes, de ochenta años. Comimos en el Jai-Alai. Estábamos todos sordos.

-¿Cómo se vive en un edificio hecho por usted?

-Un día entró mi vecina y me dijo que mi piso era más grande que el suyo. Hice todos los bloques de la plaza de Cuba, menos el primero, donde llevó la dirección Gutiérrez Soto, arquitecto de los mejores cines de Madrid. Le gustaba como había resuelto yo las esquinas.

-Se fueron sus hijos, murió su esposa. ¿Cómo llena una casa tan grande?

-Sigo trabajando. He dibujado el trazado de la escalera de la casa de Berdún, Huesca, donde nací.

-¿Un regreso a la infancia?

-Estoy intentando escribir un libro sobre escaleras.

-¿No cambió de casa?

-Mi hermano el marino me contaba que ha montado 19 casas distintas. Yo soy arquitecto y sólo viví en dos. Le propuse un cambio a mi mujer, pero no quiso.

-¿Es una plaza de autor?

-El proyecto de urbanización es de 1922, de García Mercadal. La ordené cuando era concejal el arquitecto Rafael Arévalo. Yo tenía una fábrica de azulejos en Santiponce. Al ingeniero italiano que me traía las piezas le gustó mucho cómo quedó la plaza.

-¿Hay arquitectura clasista?

-Como dice mi lotero: don Luis, usted es rico. Yo soy un jubilado. El último proyecto que hice no me lo han pagado ni me lo van a pagar. Y Hacienda me ha intervenido mi pensión.

-¿Coincidió en Hacienda con Juan Sierra?

-Claro. El poeta, el padre del futbolista (Quino). Entonces éramos una familia. Ciento y pico funcionarios.

-Como además nadie pagaba impuestos...

-No existía declaración de la renta, había otro tipo de impuestos. Éramos cuatro arquitectos y cuatro aparejadores con una máquina de escribir para los ocho.

-¿Dónde vivió la guerra?

-Los tres años en Madrid. Mi padre estuvo 18 meses condenado a muerte en la checa de San Antón. A mi madre la tuvieron tres días en la checa de Fomento que llevaba el anarquista García Tadell. Había un general prisionero esperando que lo canjearan que le decía: "Angelita, si la llaman, no conteste". Sacaban a doce tíos todas las noches.

-No hay mejor exponente de la crisis que los arquitectos en paro...

-El sesenta por ciento de los estudios han cerrado. Los visados han bajado otro sesenta por ciento.

-¿Profesión o vocación?

-A mí me pueden quitar el dinero del último proyecto que hice (la Casa de los Artistas de Sevilla), pero lo que no me van a quitar es el gustazo de haberlo hecho. De haber trabajado con un encargado de obra que era un sargento de regimiento.

-¿Impresiona menos la Iglesia desde que dejó de hacer catedrales?

-Es posible. En la Edad Media las catedrales eran los medios de enseñar a los que no sabían leer.

-¿Se identifica con la arquitectura del siglo XXI?

-Yo soy de la época del racionalismo, de Le Corbusier, de Alvar Aalto. Igual que todos los de mi promoción, la 103ª de la Escuela de Madrid. Hay cosas de ahora que me gustan, pero no las considero arquitectura. El Guggenheim, las cosas de Zaha Hadid, la iraní, son aportaciones, pero no es arquitectura.

-¿Se considera innovador?

-Fui pionero en hacer una viga empotrada para resolver un problema de cálculo y en las estructuras planas.

-En su currículum hay pantanos...

-El de Bornos lo inauguró Franco. Fuimos invitados el arquitecto, el artista, que era el pintor Santiago del Campo. Había unos boinas rojas de dos metros que no nos perdían de vista.

-¿El arquitecto de la plaza de Cuba estuvo en Cuba?

-No. Sí ha estado mi hijo Ángel, que es arquitecto, y mi abuelo el marino, el único militar que no se rindió.

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