Fernando Pozuelo: "El patio andaluz es una evolución del jardín mesopotámico"
Entrevista
Esta paisajista español es uno de los más reconocidos en todo el mundo por su labor de integración y adaptación de especies y ornamentos
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Fernando Pozuelo es uno de los paisajistas más reconocidos en todo el mundo. A lo largo de casi tres decenios ha destacado por su labor donde lo artístico se une con los medioambiental para generar jardines y entornos únicos. Su estudio se llama Fernando Pozuelo Landscaping Collection que suma galardones especializados en su labor de diseño. La armonía y la conexión con la naturaleza marcan sus trabajos tanto para poner en valor jardines tradicionales recuperados como innovadoras obras. Recibió la distinción de Platino en el Muse Design Award del pasado año y recibió el premio a mejor diseño en España en el año 2020. Recibió el Best of Houzz en las categorías de Diseño y Servicio de 2017 a 2022 de manera consecutiva. Su última gran obra ha sido el Jardín Roma, en Zahara de los Atunes.
-Paisajismo. En España nos falta comprender la importancia de su profesión.
-En países como Francia o Reino Unido tienen sus programas de televisión, tienen influencers. En los últimos quince años el paisajismo se relaciona más con el arte. Chillida tuvo un gran proyecto de paisajismo que nos legó.
-¿Y qué sería el paisajismo?
-Es la adaptación de los elementos de la naturaleza organizado de forma creativa y unida a medios arquitectónicos o medioambientales. ¿Qué soluciona un paisajista? Un arquitecto hace una casa bonita pero el jardín no acompaña. Hay quienes se gastan mucho dinero en una casa pero después no resuelven el entorno. Y eso lo soluciona el paisajista. Y también si hay que aprovechar una pequeña parcela, si el coste de su mantenimiento es enorme, si se busca privacidad. El paisajista convierte el espacio al aire libre en utilizable y estético.
-¿Los jardines dicen mucho del propietario o de quien cuida la casa?
-El jardín es una alegoría de las personas. El jardín es una alegoría sociológica. Los pesas convertían un vergel dentro de los muros y los jardines medievales está abrigados por el claustro. Ambos están presentes en nuestra cultura a día de hoy, en Córdoba, en Andalucía en general...
-¿Crear jardines y adaptarlos al entorno genera tendencias?
-Marcamos tendencia por coherencia de nuestro trabajo. Uno de mis jardines, el Jardín de las Alianzas, en Uclés, Cuenca, tiene tres premios internacionales y crea tendencia. Hay jardines contemplativos, otros culinarios.
-¿Y qué le suele pedir un cliente?
-Los clientes suelen demandar jardines funcionales, de bajo mantenimiento y bellos. Hay jardines que sirven de oficina, para hacer yoga o para tomar café. Se piensa para las necesidades de uso de los clientes. En las casas y en las ciudades son lugares para los juegos infantiles y se están recuperando los huertos urbanos, el huerto ornamental, el 'pottagerie', con especies autóctonas para comer.
-¿Cuál es la dimensión de un jardín para llamarlo así?
-No hay límite de espacio para tener un jardín en casa. En una pequeña terraza se pueden crear elementos ajardinados. En el interior se pueden crear jardines verticales. El patio andaluz, por ejemplo, es un vestigio del jardín mesopotámico. Evoluciona a los jardines nazaríes, patios cerrados llenos de naturaleza para contemplar, para alimentarse y como farmacia.
-La belleza está en el interior, dicen.
-La belleza y la naturaleza. El jardín nos acompaña en la relación con el medio ambiente, nos visitan los pájaros. El patio es un baño de bosque sin ir al bosque, el contacto con la tierra hace que el cuerpo se equilibre. Y de ahí obtenemos orégano, tomillo, tomate, hierbabuena para cocinar. Pero también tenemos los terrarios orientales con rastrillo. El ser humano es naturaleza y nos hemos encerrado en cubículos de ladrillo en contra de nuestra relación con el entorno.
-Su último gran proyecto es el Jardín Roma, en Zahara de los Atunes ¿cómo es?
-Es un proyecto pionero de geobiología y energías telúricas. El mismo proceso que se utilizaba para la construcción de abadías, de catedrales Permite detectar las ondas y subir el estado energético. El jardín se va diseñando según códigos áureos. Con el estado de alegría, de bienestar, todo se potencia. Se complementa con esculturas de Verónica Mar y responde a un relato literario. Todo en un entorno natural, tradicional por lo vegetal y moderno por el diseño.
-¿Se puede visitar?
-Está en una finca privada. Genera una energía de amor, de un bello recuerdo.
-¿A qué se refiere cuando un paisajista habla de "energía"?
-Podríamos decir que la energía es buen rollo. Se mide en bovis y a mayores unidades, más potencia. La energía depende de las fallas, las memorias, el agua. Las catedrales, por ejemplo, no se construían en cualquier parte. Interesa, por ejemplo, que el agua subterránea esté en movimiento. La fuerza de la naturaleza hay que saber utilizarla y el estudio de paisajismo lo estudiamos a fondo, con escáner y maquinaria. Hay mucho de matemática. De esta manera creamos una mejor versión del lugar, física y también energéticamente.
-¿Cómo se integra la luz artificial en un jardín?
-Con sutileza. Las lámparas son elementos luminosos arquitectónicos y han de estar integrados, con luz natural y con la luz que deben aportar.
-Por tanto el paisajismo incluye muchas disciplinas.
-El paisajista no puede saber tanto, debe rodearse de un equipo multidisciplinar. Debe tener un formación sólida a nivel de ingeniería pero también tiene que rodearse de un equipo que sepa de especies, de cálculos eléctricos, de muros de contención. Una vez que todo eso se denomina se saben utilizar mejor los recursos. Entonces el jardín puede entrar en un espectro más poético, con soluciones oníricas.
-¿Qué formación debe tener un paisajista?
-Hay grados de paisajismo. Es idóneo tener una formación de arquitectura con grado de paisajismo. Convivimos con el arte permanentemente, los clientes entran con nosotros de entro de una historia. El paisajismo integra un paisaje y debemos sentirnos agradecidos por matizar cosas, poder dialogar con el entorno. Hay que tener conciencia ecológica, apostar por las plantas de kilómetro cero y por huella de carbono cero.
-¿Cuáles son sus debilidades ornamentales?
-Me encantan las orquídeas y los magnolios. Las orquídeas, por su grado de especialización, con más de 20.000 especies que se adaptan a los medios. Me encantan por supuesto paisajes naturales como los bosques de haya, de roble, encina, pinar y cómo se adaptan al terreno. Y también los acebuches, las gramíneas...
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