"Sánchez ni ha tenido un Guerra ni tiene un delfín"

Fernando Jáuregui | Periodista

Fernando Jáuregui.
Fernando Jáuregui. / Carlos Luján / Ep

Fernando Jáuregui (Santander, 1950) acumula trienios para regalar después de llevar más de 50 años ejerciendo de periodista político. Ha escrito 40 libros y ahora publica La foto del Palace (La Esfera de los Libros), donde recorre las etapas en el Gobierno de Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez. Este último y Alfonso Guerra declinaron hablar con el autor, que sí lo hizo con 120 personajes.

–En La foto del Palace relata diferentes momentos en los que el PSOE pudo saltar por los aires, pero ahí sigue, gobernando España, ¿por qué es indestructible?

–El PSOE es mucho PSOE. Tiene mucha historia y muchos militantes, que, a pesar de todo, cuentan con grandes dosis de entusiasmo.

–Sería impensable hoy que el líder socialista se hiciera una foto en el Palace celebrando una victoria.

–Los socialistas siguen yendo al Palace. No creo que desdeñasen ir a su balcón con una victoria tan importante como la del 82. Los que no creo que vayan nunca más son Felipe González y Alfonso Guerra de la mano.

–¿Sánchez saldría solo al balcón porque con su ego no cabe nadie más?

–No ha sido capaz o no ha querido tener a alquien que le sostenga también la mano con la rosa. Me temo que saldría solo.Y él también se lo debe temer, aunque ahora le gusta mucho la soledad en el poder, pero eso le va a hacer caer.

–¿Qué nota pone a Felipe, Zapatero y Sánchez?

–La etapa de Felipe hasta el 92 un 8 alto y hasta el 96, un 4. Los primeros años de Zapatero un 7, hemos sido un poco injustos con él, pero el final fue tristísimo, con la pelea entre Rubalcaba, Chacón... Y la de Sánchez no la califico, tiene cosas de absoluto suspenso bajo, como en transparencia, y otras casi de notable, como en actividad internacional.

–Un viejo chiste bromeaba con los conceptos que el PSOE había ido perdiendo de sus siglas, ¿cuáles de los cuatro le quedan?

–Un partido sigue siendo y español también, no será el PSOE el que rompa España. La socialdemocracia ha perdido muchos perfiles, pero también lo es. Obrero no, el concepto de Pablo Iglesias Posse, el bueno, ha quedado destruido ya.

–¿Un libro sobre Sánchez? Está usted anticuado, ¿no le habría merecido más la pena hacer el guión de un documental?

–Naturalmente. No me parece mal el documental, aunque sea de sí mismo y con perfil electoralista. Pero sí que no se haya dado a todos la misma oportunidad para hacer ese documental. Yo hubiese querido hacerlo, sin tener que enseñarlo previamente.

–Compáreme la materia gris del primer Gobierno de Felipe con la del actual.

–Del primer Gobierno de Felipe varios podrían haber sido presidentes, había gente muy preparada, profesional y políticamente. Fue un primer gran Gobierno. Del actual hay figuras muy prescindibles. Tiene dos ministras cuyos enunciados de cartera nadie sabe, no sé qué diablos hacen y van sobrando. Sánchez debería hacer una remodelación, y no me refiero a Yolanda Díaz, a quien respeto mucho.

–A Guerra le gusta distinguirse como la voz discordante del PSOE de hoy pero, ¿no cree que se le va un poco la fuerza por la boca?

–Es una figura histórica, llena de recuerdos que parece que no son del todo buenos porque actúa con demasiadas vendettas y resquemores, pero ha sido interesante siempre. Sánchez necesitaba a algo parecido a un Guerra, un número dos como él, no lo tiene. Y tampoco tiene un delfín, dicho sea de paso.

"En el fondo, visto lo que ha pasado desde 2018, a Rajoy le vino Dios a ver con la moción de censura”

–¿Cuánto pesa la influencia de Zapatero en La Moncloa? ¿No llevamos media vida subestimándolo?

–Sin la menor duda. Su actuación ahora en muchas cosas es polémica, como en el tema de Venezuela, pero sí influye aunque no se note. Y tenemos que agradecerle aquella negociación contra viento y marea que contribuyó bastante a la desaparición de ETA.

–Las peleas sonadas en el PSOE han sido tradición, pero Sánchez ha ido más lejos prescindiendo de sucesivas manos derechas...

–Tremendo. De manos derechas y de manos izquierdas. El único que sobrevive de su estado mayor desde 2018 es él. Alguien debería hacerlo meditar. Ojo, también habla de mucha capacidad política, esa resistencia es un valor.

–Forzado a dimitir, volvió tras una ruta por España. Casado sufrió un golpe de Estado interno. ¿La realidad de esta política supera a la ficción de las series?

–Absolutamente, ríase usted de El ala oeste de la Casa Blanca o de Borgen. Esto nadie se lo podía creer. La trayectoria en el ascenso al poder de Sánchez es increíble, inconcebible. La última vez que hablé con Rajoy estaba exultante porque acababa de aprobar los Presupuestos. Cayó al día siguiente...

–¿Los políticos de ahora tienen menos palabra que los de antes?

–Sí, sí, sí. Tres veces sí.

–El PSOE parece que perderá con estrépito las generales y, ante el poder absoluto de su secretario general, ¿se derrumbará por carecer de sucesor?

–Ya me equivoqué una vez diciendo que Sánchez estaba muerto y... El PSOE siempre ha sobrevivido a los riesgos de ruptura, desde Indalecio Prieto y Largo Caballero a hoy. No le pasará como al Partido Socialista francés ni como al italiano ni como al griego. Surgirá alguien. Creo que perderá y Sánchez quizás pase a hacer cosas en el ámbito internacional.

–¿Con perspectiva podemos concluir que la moción de censura a Rajoy le vino de perlas a... Rajoy?

–Sí, sí. Rajoy es junto a Felipe el único que no tenía ambiciones por ser presidente. A él le gustan sus paseos, esa tranquilidad de ser registrador de la propiedad... En el fondo, visto lo que ha pasado desde 2018, a Rajoy le vino Dios a ver.

–Juanma Moreno ha hecho trizas aquella frase de Guerra: "En el PSOE presentamos de candidato a una cabra y gana la cabra".

–Desde luego una cabra no es, un cabrito tampoco y lo aumentativo menos. Ha demostrado que con sensatez y mesura se puede llegar al poder sin ser vociferante ni un killer. Es un ejemplo que debemos tener en consideración, independientemente de otras críticas que se le puedan hacer, que no quiero alabar sin medida, que el elogio debilita.

–¿Ha firmado a favor del indulto a Griñán por convicción o por amistad?

–Por varias razones. La cárcel está hecha para otras cosas. Ya bastante castigo ha tenido con la inhabilitación y con lo que ha pasado durante 10 años. La cárcel está para prevenirnos de gente peligrosa y castigar a los que han hecho mucho daño. Griñán, a quien por supuesto conozco y aprecio, quizás no la merezca.

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