“España camina hacia la balcanización”
Marcelo Gullo Omodeo | Politólogo
Argentino de ascendencia italiana, Marcelo Gullo Omodeo (Rosario, 1963) se ha propuesto desmontar el falso mito de la leyenda negra de España en la conquista de América. Doctor en Ciencia Política por la Universidad del Salvador y graduado en Estudios Internacionales por la Escuela Diplomática de Madrid, es profesor de la Universidad Nacional de Lanús y autor de Madre patria, (Espasa, 2021), concienzudo análisis sobre la leyenda negra y sus consecuencias políticas hoy.
–¿Qué le llevó a hacer un trabajo como Madre patria, que cambie completamente la visión de lo que es la leyenda negra de España?
–Lo primero, la búsqueda de la verdad. Porque sólo la verdad, nos conduce a la buena política. El origen de la mala política es la falsa historia. Esto no es sólo un problema historiográfico, es un además problema político. Porque en la leyenda negra está el origen de que España pueda separarse en tres o cuatro pedazos. España, por haber interiorizado la leyenda negra, camina hacia la balcanización, hacia su fragmentación territorial. Los españoles creyeron que España era un monstruo. Y los nacionalismos periféricos encontraron en esa idea la excusa para decir que no quieren ser parte de ese monstruo, que devoró a América y también devoró a Cataluña.
–Precisamente Cataluña basa la legitimación de su autodeterminación en datos históricos que no son correctos, ¿no?
–Ése es el caso más flagrante de falsificación histórica, lo que hoy se enseña a los alumnos en Cataluña. Acá lo que se olvida es que Andalucía entera se sacrificó para que se desarrollara Cataluña. Y durante 100. Que la industria de Málaga se fundió para que tuviese éxito la catalana. Los granadinos, los sevillanos, los malagueños pagaron cuatro veces más por un paño de lana hecho en Barcelona que lo que costaba en Inglaterra, Francia o Alemania. Entonces, al momento de pedirles plata, de que todos los españoles se sacrificaran, la burguesía catalana era ultraespañolista. Pero en el momento que tuvo ella que aportar algo a España, se hizo independentista, falsificando la historia para poder justificar el más grande egoísmo que conoce la historia de España.
–¿Por qué cree que prendió tan fácilmente, no sólo allá en América sino también en España, la leyenda negra?
–Fue la obra más perfecta del marketing político británico. Y después, curiosamente, norteamericano y soviético. El prestigio de profesores de las universidades inglesas, luego estadounidenses y, finalmente, que desde la Unión Soviética, militantes de izquierda fuesen partidarios de la leyenda negra, hizo que se hiciese hegemónica esa visión. Y que los propios españoles acabaran por creérsela. Es curiosísimo. Es el único caso en la historia de la humanidad en el que un pueblo cree el relato que escribe su enemigo histórico.
–¿Las fake news son mucho más antiguas de lo que creemos, entonces?
–La primera fake news de la historia es justamente la leyenda negra sobre la conquista española de América. Porque si bien nace en Holanda, es en Inglaterra donde se convierte en política de Estado. Luego la retoma Estados Unidos para inculcarle un falso nacionalismo a México, con el objetivo de desviar la atención hacia la conquista española y no hacía el momento que provocó su subdesarrollo, que fue el arrebato del 60% de su territorio.
–¿Qué opciones tiene España de revertir en el siglo XXI esta leyenda negra?
–La opción es clarísima. Los españoles y los hispanoamericanos tienen que ponerse de pie en defensa de la verdad. Es cierto que la leyenda negra es aún hegémonica. Pero se dan las condiciones para que triunfe la verdad. Cortés no conquistó México, la liberó del imperialismo Azteca que oprimía a cien naciones.
–¿Por qué España no combatió antes esa falsedad?
–Eso tiene su origen en el cambio de dinastía en la monarquía. Los Borbones no se sentían parte de la historia anterior de la Corona de España. No tuvieron ningún interés en defenderla.
–A los Austrias.
–Exacto. Es más, ellos propiciaron, dado que venían de Francia que también había hecho sus trapisondas para fomentaran la leyenda negra, que se instalaran en Madrid compañías de teatro que representaron obras que difundían la leyenda negra. Ellos eran enemigos de los Austrias y no tienen interés en defenderlo. Hay una gran responsabilidad de la nobleza, porque asistía y aplaudía, sin darse cuenta de que se estaban condenando a sí misma.
–¿Cuánta responsabilidad le atribuye a la leyenda negra en el declive del Imperio?
–Toda. Porque Inglaterra no pudo derrotar a España en el plano militar. Por eso optó por combatirla con la propaganda política, que fue la más exitosa de la humanidad. Eso desmoralizó por completo al pueblo español. Y un pueblo desmoralizado es vencido por otro.
–Hay un movimiento intelectual de combatir a la leyenda negra. Tras el libro de María Elvira Roca, ahora su Madre patria. ¿Cómo valora que se hagan al tiempo en España y en América?
–Yo soy argentino, con el agregado de que no tengo una sola gota de sangre de origen español. Mis abuelos son italianos.
–¿Por qué defiende a España entonces?
–Es fácil. ¿Hay algún egipcio que no se considere árabe? ¿O argelino, marroquí o sudanés? Todos los que lo hablan se consideran árabes. De Marruecos a Arabia Saudí. La lengua forma el cerebro de una persona, es su corazón. Entonces por qué, los mexicanos, argentinos o chilenos no nos consideramos españoles. Y por qué los españoles no consideran a los ecuatorianos o colombianos no son españoles. Porque todos hemos sido vencidos por el peso de la leyenda negra. Que ha hecho que no nos consideremos parte de una misma ecúmene cultural.
–¿Y no pesó el papel de la Constitución de Cádiz y los consiguientes procesos de independencia en América?
–El primer responsable de la disolución del Imperio fue Fernando VII. Que prefirió estar preso en Francia, y no libre en América, como hizo la monarquía portuguesa. De haber gobernado desde Perú o México, la América española no se habría fragmentado. La independencia habría ocurrido, porque era el aire de la época, pero se habría salvado la unidad, nos habríamos divorciado sin violencia, amigablemente. Los segundos responsables fueron justamente los hombres reunidos en Cádiz, porque cuando se discutió la representación de los americanos no se les trató en igualdad. Ése es el origen de que muchos americanos se hayan separado de España.
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