"La política debe entender el beneficio que reporta invertir en investigación"

Paul Nurse | Genetista y Premio Nobel de Medicina

Paul Nurse.
Paul Nurse. / Juan Carlos Vázquez
Miguel Lasida

27 de enero 2019 - 04:00

Sir Paul Nurse (Norwich, 1949) es un genetista inglés, antiguo presidente de la Royal Society y director del Instituto Francis Crick, donde trabaja con numerosos cerebros españoles fugados en los años de las más flacas de las vacas. Fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 2001 junto con Leland Hartwell y Tim Hunt por sus hallazgos de las moléculas de las proteínas que controlan la división de las células. El cáncer es la principal vía en la que aplica su conocimiento y, según sus palabras, aún está lejos una cura integral de la enfermedad, aunque sí de "curas" parciales. Nurse ha estado en el Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS) de Sevilla para impartir una conferencia sobre sus investigaciones en el control del ciclo celular.

-Francis Crick, el nombre del centro que dirige en Londres, está indisolublemente unido al nombre de Watson para todos los estudiantes de ciencias. ¿Qué hicieron?

-Definieron la estructura del ADN y el modo en que la información genética se empaqueta en los cromosomas que se transmiten de padres a hijos. Hallaron cómo los genes codifican la información y cómo esa información se copia mediante un código de letras semejante al lenguaje.

-Usted conoció a los dos. ¿Fueron conscientes de la relevancia de su descubrimiento?

-Sólo hay que ver las fotos de ambos en aquellos años para comprobar lo conscientes que eran. Eran dos temperamentos diferentes: Watson tenía una intuición más creativa, mientras que Crick era un brillante analista. Esos rasgos juntos ayudaron a que se descubriera ese importante hallazgo para la ciencia.

-Es difícil encontrar a un investigador presuntuoso. ¿Hay vanidad en el gremio?

-Cuando un descubrimiento reúne tantos focos, los científicos corren el peligro de perder la cabeza. Y no te digo si gana un Nobel. Yo lo llamo nobilitis. Se cree que, por el simple hecho de ganar un Nobel, uno tiene que tener opiniones sensatas sobre todo, algo imposible por otro lado. La nobilitis es una enfermedad a la que los Nobel estamos expuestos.

-Sus investigaciones se centran en los modos en que las células controlan el orden de su ciclo de crecimiento y división. ¿Por qué aparece el caos y, con él, el cáncer?

-Surge cuando, a causa de algún fallo, las células empiezan a dividirse incontroladamente. Nuestro organismo tiene herramientas para reparar esos fallos, pero no siempre sale bien.

-¿Y por qué los fallos?

-Principalmente derivan de errores transmitidos por nuestros padres y de los factores ambientales. Cuando nuestras células comenzaron a desarrollar su método de división y de reparación de errores, hace más de mil millones de años, no había la exposición que hay hoy, por ejemplo, al humo del tabaco.

-Ni tantos otros.

-El caso es que con el tabaco es sencillo comparar el daño producido entre un fumador y uno que no fuma. Es como comparar ceros y unos. Pero hay otros fenómenos más complejos, como la alimentación, que también producen daños. Al comer todos de casi de todo, se disparan las variables para analizar.

-Un científico chino ha demostrado recientemente que la programación genética de embriones para prevenir enfermedades ha dejado de ser ciencia ficción.

-Si es verdad lo que dice, pues la investigación no ha sido publicada, estaría incumpliendo la ley de su país y la de todos los países del mundo. No es ético.

-La gente teme que en un futuro cercano haya una honda brecha entre los ciudadanos ricos, que podrán costearse tratamientos genéticos caros, y quienes no puedan permitírselo.

-Ésa es una cuestión más del sistema que científico. En los sistemas públicos europeos, que tienen como fundamento el uso del mejor tratamiento para curar una enfermedad, no tiene por qué suceder.

-Los científicos británicos no están a favor del Brexit.

-Desde luego que no.

-Si hace diez años hubiera sabido que todo iba a resultar como ha sido, ¿habría hecho o dicho cosas que no hizo o dijo entonces?

Los científicos están expuestos a perder la cabeza cuando reúnen tantos focos, algunos sufren 'nobilitis"

-Los científicos británicos nos hemos opuesto a la salida desde el inicio, más aún a la salida sin acuerdo que se plantea ahora. Los británicos hemos elegido una opción perjudicial para los británicos. Para la ciencia será catastrófico. No sólo por los fondos que dejaremos de percibir y por la cantidad de riqueza que esas inversiones reportan en la sociedad sino por el concepto mismo de la ciencia, basado en la apertura y en la compartición del conocimiento.

-¿Cuando la gente vota por una opción perjudicial para ella es porque está desesperada?

-En el Reino Unido el problema ha sido político y mediático. Las facciones más conservadoras aprovecharon el descontento para culpar a la Unión Europea de todo. Yo señalo a dos personas: David Cameron y Theresa May. El primero por convocar el referéndum y la segunda, por dejarse arrastrar por el ala más conservadora del partido y negociar la salida más dura después de un resultado tan equilibrado.

-El Brexit, los nacionalismos separatistas, la ultraderecha asentada en Europa... ¿Cuando la gente elige el caos es porque está desesperada?

-La crisis económica tiene mucho que ver, al igual que las políticas de austeridad impuestas a partir de entonces. Pero la gente suele culpar a cosas del exterior y no de uno mismo cuando aparecen los problemas.

-En el Centro Francis Crick hay un buen número de investigadores españoles. ¿Qué puede hacer España para traerlos de vuelta?

-En la década de 2000, España protagonizó un avance científico brutal, pero llegó la crisis. Muchos jóvenes de valía están deseando volver para vivir en un lugar con estos vinos y este clima, pero hay que invertir en ellos. Los políticos tienen que comprender de una vez los beneficios económicos que reporta la inversión en investigación.

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