"Me gusta contar historias de héroes, de gente con retos que tienen que superar"
Adam Pollina | Historietista y diseñador
¿Cómo termina un dibujante americano viviendo en la Alameda y tomando vermús en Vizcaíno? Pues como se explican todas las historias apasionantes: por amor. Adam Pollina (Nueva York, 1970) conoció a su mujer, la arquitecta sevillana Belén, en Bali y ahora viven cerca de la calle Feria con sus dos hijos, Dragon y Falcon (Halcón en inglés). El artista americano empezó con dibujos pornográficos, pasó por Marvel y DC y también probó en la dirección de cortometrajes en Hollywood, pero lo que realmente le cautivó fue el Festival Burning Man, que se realiza anualmente en el Desierto de Nevada. Esa explosión artística del hombre desnudo ante el medio ambiente sin interferencias, esa libertad total de crear sin límite, le hizo decantarse por el diseño en todas sus vertientes, desde joyas hasta ropa, pasando por el packaging.
-Ha realizado usted un diseño rompedor del nuevo aceite de oliva virgen extra jiennense de la empresa Exttra...
-El packaging tiene su historia, porque tiene muchos elementos de fantasía, héroes y guerreros, pertenecientes al universo particular de personajes creados por mí mismo; concretamente, un centauro, que es una mezcla de Dios y animal. Me gusta contar historias de héroes, de gente en conflicto, con retos que tienen que superar, como en los cómics.
-Me llama la atención que haya elegido hacerlo en blanco y negro...
-Todos los cómics se hacen primero en blanco y negro, y después se le añade el color, pero a veces no es necesario, como en el logo de este aceite. El verde oscuro es precioso, así como el dorado. Muchos colores pueden funcionar, pero aquí es mejor que no haya ningún color.
-Sus muchas inquietudes artísticas le han hecho probar con éxito la arquitectura efímera...
-Eso es. Me encanta crear espacios con nuevas experiencias para expresar nuevas ideas. En Tailandia he trabajado con materiales reciclados, bambú, setas... Me gusta mucho el diseño limpio que se integra con el entorno. La instalación que hice para el Festival Burning Man llevaba una seda con los dibujos de mi universo de personajes.
-¿Y quiere llevar ese universo al cómic, ese arte en el que usted tanto éxito tuvo en los años 90?
-Tengo ya escritas varias historias y, desde Sevilla, quiero empezar a contar la celebración de la figura del héroe. Superman es un buen cómic, pero este mundo creado por mí es una fantasía interactiva más atractiva.
-Jeph Loeb, Scott Lobdell, Roberto Aguirre-Sacasa, Steve Skroce... Ha trabajado como dibujante para algunos de los mejores guionistas mundiales del cómic. ¿Cómo recuerda esa etapa?
-Un día estaba en mi casa dibujando en la mesa de la cocina. Sonó el teléfono, lo cogió mi madre y era Jeph Loeb, que había visto mi trabajo en una pequeña editorial local, pero no tenía el teléfono. Así que llamó a todos los Adam Pollina de la guía telefónica hasta que dio conmigo. Jeff le llevó mi porfolio a Stan Lee y le gusté mucho. Así, el editor de X-Force me fichó y estuve cinco años dibujando esos superhéroes. Eran los años 90, era joven y estaba muy contento de trabajar con ellos y contar historias para Marvel.
-Y, tras muchos años sin dibujar cómics, ha vuelto con Scott Lobdell en un nuevo proyecto...
-Para la editorial DC estamos haciendo The Outlaws. Y voy a empezar una serie con Dan Abnett para la editorial Valiant llamada Fallen World.
-Su estilo de dibujo es muy estilizado y llegó a cotas muy altas con el cómic Marvel Ángel: Revelaciones (publicado en España por Panini en 2009). ¿Cuáles fueron sus mayores influencias?
-Sin duda, Frank Miller, la primera película de El Señor de los Anillos (Ralph Bakshi, 1978), el cómic japonés... Mis personajes son un poco como yo, altos y flacos. Pero mi estilo está en permanente cambio.
-¿Cómo se ha adaptado a dibujar en una tableta?
-Precisamente Ángel: Revelaciones fue mi primer trabajo totalmente digital tras 25 años dibujando de forma tradicional. Pierdo un poco de personalidad con el arte digital, pero gano eficiencia. Es lo mismo que pasó con el disco de vinilo y el MP3. Lo digital no tiene la misma esencia que un dibujo impreso.
-Además de dibujar, ¿escribe algunas historias?
-Estoy coescribiendo ahora con Scott (Lobdell), pero no soy un guionista profesional. Tengo momentos espectaculares, pero necesito consistencia y continuidad. Mi mujer me ayuda mucho con sus opiniones sobre mis trabajos.
-¿Qué es lo que más le gusta del modo de vida andaluz?
-La siesta. Andalucía, y especialmente Sevilla, es un gran pueblo: todo el mundo se conoce. En Nueva York, todo va muy rápido. Aquí conozco al panadero, al zapatero, al vecino... La siesta significa que tú comes y descansas y todo está cerrado. En Nueva York, todo está siempre abierto 24 horas. Aquí, la comida y la conversación son muy importantes. Puedo ir andando a cualquier sitio. Y es una ciudad preciosa, con su Semana Santa y su Feria.
-¿Perrito caliente en Central Park o tapa de ensaladilla en el Donald?
-Me quedo con el perrito caliente. Pero me encantan el arroz negro, la cola de toro, la carrillada... ¡Los caracoles no existen en Estados Unidos! Todo es nuevo para mí.
-¿Un Manhattan o una copa de rebujito?
-Rebujito, por supuesto. Y me tomo dos copas de tinto de verano al día.
-Un dibujante español...
-Carlos Pacheco.
-Un monumento...
-La Alameda de Hércules. Y también me gustan mucho las Setas de la Encarnación.
-Una canción...
-Turn around, de Phats & Small. La escucho y bailo mucho con mis hijos.
-Una cosa mejorable...
-La gente debería comunicarse mejor. Hay muchos problemas porque la gente no es capaz de comunicarse desde la honestidad, pero sí desde el miedo. En política y en economía, la ausencia de comunicación causa sufrimiento. Por eso, en la fantasía es más fácil: todo es blanco o negro. La vida real tiene demasiados grises.
-Un deseo...
-Me gustaría que los alienígenas llegaran a la Tierra y pudieran solucionar nuestros problemas. Un mundo en el que vivamos mejor todos juntos, como en Star Trek.
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