"El 8-M es un mal necesario"

Elvira Sastre | Poeta y traductora

Elvira Sastre.
Elvira Sastre. / Jerónimo Álvarez

Se la deben llevar los demonios cada vez que vea que en su entrada de Wikipedia pone poetisa en vez de poeta. Segoviana afincada en Madrid, Elvira Sastre (1992) es filóloga y traductora, a la par que una de las voces juveniles con más tirón de la poesía nacional, sobre todo en las redes sociales. Ha publicado Madrid me mata. Diario de mi despertar en una gran ciudad (Seix Barral) y ganó el Premio Biblioteca Breve en 2019 con su primera novela, Días sin ti.

Madrid me mata. ¿El título se lo aconsejó Ayuso?

–¿Se imagina? No, ella diría otra cosa. Se me dan fatal los títulos y fue una idea de mi padre. Hace un guiño a la Movida, que fue como un despertar y descubrir lo que era Madrid.

–¿Por qué la mata Madrid y por qué la lleva al cielo?

–Ofrece experiencias muy circulares, depende de tu momento vital. Tampoco es una ciudad para todo el mundo. A mí me ha fascinado, pero a muchos le ha decepcionado, no hay que idealizar las ciudades. Ese proceso lo asocio a una experiencia circular, como morir, despertarte, volver a morir...

–¿El verbo elegido no lo ve políticamente incorrecto?

–Podría serlo, un vez me cayó una parda en Twitter, pero se entiende la metáfora.

–La pregunta de si se ha encontrado a su ex ya estará más que hecha, ¿no?

–A mi ex, a mi novia, a las amigas de mi novia, a las de mi ex, me faltaba su madre... Madrid son pequeñas ciudades. Ahora me he mudado a las afueras, pero yo hacía mi vida en Lavapiés.

–Una chica de la España vaciada exalta la gran ciudad. Antonio Machado vivió 13 años en Segovia y usted salió pitando de allí...

–Nacer en una ciudad pequeña condiciona tu personalidad, tu manera de vivir, de habitar. Tras 10 años en el centro de Madrid me he ido a las afueras, una vuelta a las raíces pero en la capital. Con 20 años tenía una necesidad brutal de salir de una ciudad pequeña.

–¿La asfixiaba?

–Totalmente, la ciudad y la gente, necesitaba vivir. Estudiaba en Madrid e iba a venía, y en el momento perfecto me tenía que volver al autobús y eso me mataba.

–¿Y entiende a Machado?

–Cómo no voy a entenderlo. Y descubriendo Madrid a través de las palabras me he dado cuenta del valor que tiene la gente que elige quedarse en su pueblo, pasar de la capital. Tiene mucho valor la gente que se queda y no sigue ese mensaje de que te tienes que ir para triunfar.

–Bécquer, Lorca, Antonio Machado, Cernuda, Alberti... ¡Andalucía es poesía!

–Andalucía es lo mejor que existe. Aparte de los enormes poetas que ha nombrado, el 80% de mis amigos en Madrid son andaluces, creo que es por el contraste con mi carácter castellano. Mi chica es andaluza.

–¿Qué significa el apoyo de un escritor consagrado como Benjamín Prado?

–Todo, a nivel personal muchísimo y profesional me ha abierto la puerta a la literatura. Empecé muy joven y él fue muy generoso, desde el principio me ha acompañado en el camino, tengo una confianza en él absoluta y mis libros pasan por sus manos. Hay muchas envidias en este país y que alguien te ayude es muy de agradecer. Ha hecho conmigo lo que en su día hizo Alberti con él, acompañarlo y ayudarlo.

–Ya sé que se define como poeta y no como poetisa, pero ojo que Vox llama presidente a la presidenta del Congreso para fastidiar...

–Oídos sordos. Históricamente era como una manera de separarlos, estaban los poetas y las poetisas al otro lado.

"Ahora estamos todos muy rotos con lo que ha pasado; los poetas somos más necesarios que nunca"

–¿Se siente más poeta en el proceso solitario de escribir o en un recital ante miles de personas?

–En el proceso, sin duda. Lo otro es añadido. Ansío mucho esa soledad, meterme en mi burbuja; ahí es cuando realmente siento que algo dentro de mí cambia, estoy conmigo misma, con mis emociones, algo muy individual y muy propio.

–Mi colega Braulio Ortiz escribe una poesía desgarradora y no llena teatros. ¿Lo mandamos al paredón lírico?

–Claro que no; además, si es desgarrador, tiene todos los ingredientes para triunfar porque es lo que la gente desea: llorar. Cuando vienen a los recitales me dicen que han llorado y que salen muy liberados. La gente tiene mucha necesidad de que alguien les explique lo que les está pasando por dentro y ahora estamos todos muy rotos con lo que ha pasado. Los poetas somos más necesarios que nunca.

–"Escribir poesía es una herramienta para traducirme a mí misma". Gloria Fuertes se entendía perfectamente...

–La poesía de Gloria Fuertes es maravillosa, pero yo sí necesito ese proceso de traducción porque muchas veces no me entiendo.

–¿El 8-M es un mal necesario o una fiesta reivindicativa?

–Un mal necesario. Entiendo que muchos desconozcan el contexto y feliciten, pero el objetivo es seguir reivindicando. Cómo vamos a llamar a algo fiesta cuando hay mujeres asesinadas.

–Fue muy crítica con el affaire Carmen Mola. ¿No considera que faltó un poco sentido del humor?

–Tan crítica no fui, hice un comentario. Es como la punta del iceberg de algo. Hace años las mujeres usaban seudónimos de hombres pero porque no las dejaban publicar como mujeres. Y ahora hay hombres que, bajo mi punto de vista sin necesidad, usan el nombre de una mujer por marketing.

–¿Seducen sus poemas estampados en pijamas o son sositos?

–No sé, no me los he puesto, pero hay gente a la que les encanta. Creo mucho en la poesía en todos sus formatos, es una manera de que le llegue a gente que a lo mejor no va a una biblioteca y sí se compra un pijama con un poema. Y a lo mejor alguna noche loca se pueden pegar, no sé...

–Comparte nombre con la señora Lindo, escritora, y la señora Fernández Balboa, mujer de Rajoy. Me da que averiguo con quién se identifica más.

–Sólo he coincidido con Elvira Lindo, pero parece bastante claro, aunque tampoco conozco a la otra Elvira; quizás Rajoy está casado con una mujer encantadora, no hay que ser prejuiciosa.

–No tengo Instagram. ¿Qué hacemos conmigo, mujer empoderada en las redes?

–Pues siéntase afortunado, a veces me da mucha envidia. Por mi trabajo no podría dejar las redes pero siento mucha envidia de la gente que no las usa para su curro ni viven condicionados por ellas. Seguramente usted esté más conectado con la realidad que yo.

–Al final vuelve a Segovia.

–Espérese, espérese...

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