"La información pertenece al ciudadano, no se le puede hurtar"
Elena Blanco | Periodista y presidenta de la Asociación de la Prensa de Málaga
Málaga/Periodista y profesora de la Universidad de Málaga, Elena Blanco Castilla preside desde enero la Asociación de la Prensa de Málaga y se ha convertido en la primera mujer en lograrlo en los 114 años de historia de la entidad. “Es una satisfacción enorme ser la voz de mis compañeros y ser la primera mujer es un logro que ha tardado un siglo”, dice y habla de cambio. “La evolución es una ola que va llegando a los puestos directivos aunque sea inaceptablemente lenta, pero creo que se debe a un cambio de actitud en la mujer. Ya peleamos por esos puestos de responsabilidad”, sostiene Blanco.
–¿Qué papel juega el periodismo en esta crisis?
–El periodismo es más necesario que nunca. En una crisis como esta es cuando más se demanda información de calidad, cuando esa función de servicio público es esencial, imprescindible. Los ciudadanos deben tener información de lo que está pasando y son los medios los que tienen la responsabilidad de hacerlo de manera rigurosa. Me preocupa los intentos que parece que hay de hurtar información a los ciudadanos. La información pertenece al ciudadano y no se le puede hurtar de ninguna manera. Y los periodistas debemos lograr que le llegue de manera rigurosa, sin cortapisas, exigiendo que lo que nos llega de las autoridades sanitarias, del Gobierno, sea real y veraz.
–Pero las empresas periodísticas están sufriendo también los recortes...
–No quiero ser catastrofista, pero a primera vista la situación puede llegar a ser ruinosa. Estamos ante una nueva crisis, inédita, sin antecedentes y esto va a afectar de una manera grave a los medios de comunicación. Es importante que el Gobierno de respuesta a la petición de ayuda que se le ha hecho desde las asociaciones de editores de prensa, desde las radios y las televisiones privadas porque es totalmente necesario. El desplome de la publicidad hace que la situación de los medios sea insostenible. Y es paradójico que esto pase en un momento en el que las audiencias y el consumo están disparados. Esto denota que la información de calidad sigue siendo fundamental.
–Y ya se partía de una situación empobrecida…
–Sin duda y si esa ayuda no llega el proceso de ajuste sería más duro incluso que el de 2008. Los medios no han llegado hasta aquí saludablemente, por el camino se ha destruido empleo de manera masiva, por tanto, el punto de partida es más precario y las consecuencias van a ser mayores si no se produce esa inyección económica. Confío en que se haga, que sean ayudas para mantener el empleo y la situación se reconduzca.
–¿Cómo se puede hacer frente a este aluvión informativo?
–Con profesionalidad. Tenemos que recordar los principios del periodismo, no dar nada por sentado, todavía desconocemos mucho sobre el virus, la pandemia nos ha enseñado mucho como periodistas. Callamos las advertencias de quienes alertaban de las posibles consecuencias del virus y nos decantamos más por otras fuentes expertas, también fiables, pero creo que se nos olvidó algo muy importante, contrastar.
–¿Y más aún desde el confinamiento?
–La dificultad ahora es mayor, pero la mayoría están dando un ejemplo de profesionalidad encomiable, muchos lo hacen desde la primera línea poniendo en riesgo su salud. También he visto imágenes que me han causado cierto estupor porque se ha priorizado el espectáculo sobre la información. Y eso no es de recibo en un estado de alarma, con la ciudadanía confinada en su casa, pasando momentos de dolor e incertidumbre. Contra esto está el buen periodismo.
–¿Están circulando más noticias falsas?
–Rotundamente sí, sin duda. Es muy fácil manipular e intoxicar con cuestiones que afectan a la salud, propagar bulos. Lo que tenemos que ver es en beneficio de quién o de qué, siempre hay una intención detrás que es importante denunciar.
–¿Cómo se puede luchar contra ellas?
–Ante este aluvión de información tenemos que tener paciencia profesional. No por publicar antes que nadie tenemos que dejar de consultar con expertos y contrastar la información. También en situaciones como ésta se evidencia la importancia de la alfabetización mediática, la necesidad de formar a los ciudadanos para que distingan entre la información veraz y las noticias falsas y que huyan de informaciones de las que desconozcan su procedencia.
–¿Cree que los medios se han adaptado a los consumidores actuales?
–Si no se han adaptado tendrán que hacerlo a pasos agigantados porque la demanda va a cambiar y espero que sea para solicitar esa información de calidad y rigurosa que tienen que hacer los profesionales. Todo ha cambiado, solo permanecen inalterables los principios del periodismo y la importancia de los medios como garantía de un sistema democrático. Los consumidores son distintos y las formas hay que acercarlas a las nuevas exigencias para que el medio resulte atractivo.
–¿Cuáles son las líneas rojas?
–Faltar a la verdad de manera consciente, huir de tus principios como periodista. Dar la voz a la verdad puede ser incómodo y desagradable pero es nuestra obligación. En cuanto a los contenidos, hay sitio para todo. La información no tiene por qué estar reñida con el entretenimiento, pero el entretenimiento no debe de anular la información. Quizás para esa parte de análisis más profunda deberíamos de buscar una forma más amena de contarla.
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