"La Edad Media ha sido maltratada por el cine"
Silvia Mª Pérez González. Historiadora
Esta profesora titular de Historia Medieval de la Universidad Pablo de Olavide es experta, entre otras materias, en el mundo cofrade de esa época: "El actual me da miedo porque las cofradías ahora se dedican demasiado a lo externo".
Profesora titular de Historia Medieval de la Universidad Pablo de Olavide, es experta, entre otras materias, en mundo cofrade medieval, "porque el actual me da miedo, las cofradías ahora se dedican demasiado a lo externo". La mujer del siglo XV también protagoniza sus aplaudidas conferencias e investigaciones, como Las grandes colaboradoras de Isabel la Católica y el Uso de lo milagroso en el convento de las Dominicas, de las que dice que, antes de Trento, eran "unas anoréxicas que se flagelaban a diario, de ahí sus visiones". Adicta al yoga y a la meditación, está muy pendiente de su respiración, para así no "petar", como dicen sus alumnos.
-Isabel La Católica fue una gran mujer, pero no estaba sola.
-Sí, como política, como diplomática, en la economía, la cultura... Ella pudo desarrollar ese programa porque contó con colaboradores excelentes y supo rodearse de los mejores y más fieles. En el caso de las mujeres que formaron parte de su círculo más íntimo estaban Beatriz de Bobadilla, Beatriz Galindo y Teresa Enríquez, que no se conocen mucho. De hecho, en la serie Isabel, Teresa no sale y a Beatriz Galindo, maestra de latín de la Reina y sus hijas, se le dedica poco tiempo. No se las trata como debiera.
-No serían las únicas excelentes de la época.
-A medida que más estudio, veo que las mujeres excelentes son más numerosas. Ese tópico de que en la Edad Media estaban recluidas en el hogar y sometidas al marido cada vez se rompe más.
-No era una sociedad tan cerrada como imaginamos.
-La cerrada era la del Barroco. Las mujeres, siempre que podían, desarrollaban sus habilidades emocionales.
-¿Los obstáculos los ponían sobre todo los hombres?
-Bueno... dicen que no hay peor enemiga de una mujer que otra mujer.
-¿La dura infancia de Isabel la hizo una mujer más fuerte si cabe?
-Ella era hermanastra de Enrique IV, hija de Isabel de Portugal, y cuando muere su padre, Juan II, y sube al trono su hermanastro, la madre se recluye en el castillo de Arévalo y se lleva a la niña. Crece lejos de la corte y con una madre con inestabilidad psicológica. Los niños saben sobrevivir y ella hizo amistad con Beatriz de Bobadilla.
-¿Qué hizo Beatriz de Bobadilla por Isabel?
-Era hija de la nodriza de Isabel y del alcaide del castillo. Se convierte en su protectora y la acompañó cuando se negó a casarse con Pedro Girón, incluso le juró que si era necesario lo asesinaba, aunque murió antes de manera sorprendente. También tuvo una influencia decisiva en que se decantara por Fernando el Católico y en que se apoyara el proyecto de Colón.
-¿Por qué fue tan importante Beatriz Galindo?
-Ella vivía en Salamanca y estudió a la par que su hermano. Aprendió latín, el trivium, leía autores clásicos... La Reina Isabel no tenía una buena formación en latín y era la lengua diplomática y culta de la época. Pero Fernando sí lo dominaba. Beatriz fue la profesora de latín de la Reina y de las infantas, a las que les enseñó también teología, así que fueron las princesas mejor formadas de la Europa cristiana.
-Un ejemplo para la formación de hoy.
-Sí, que ha bajado mucho desde entonces.
-Y Beatriz le da nombre además al madrileño barrio de La Latina.
-Allí construyó el Hospital de la Concepción, que fue demolido junto a un convento de Jerónimas. Así que quedó como La Latina, y es que enseñó en la universidad también, e incluso sustituía a los profesores más prestigiosos.
-Y Teresa Enríquez no se queda atrás.
-Era prima de Fernando el Católico, que pasó a la historia porque fue la impulsora de las cofradías del Santísimo Sacramento. Se ocupó del Hospital de la Sangre de Santa Fe e hizo muchas obras de caridad, como la fundación de escuelas para huérfanos.
-Sin embargo, recibió críticas hasta del papa Julio II.
-La llamó "loca del sacramento y embriagada del vino celestial".
-Pura envidia.
-Claro, estas tres mujeres no respondieron al ideal que la sociedad esperaba de ellas: estar en casa. Tenían otras inquietudes.
-Hubiera sido una buena asesora de la serie Isabel.
-Sí, porque me hubiera documentado bien. No me gusta las muestras de cariño en la corte, a las que no ha lugar. La serie está bastante bien asesorada, pero tiene un problema muy grave: margina a Andalucía. En épocas de los Reyes Católicos el centro de Castilla era Andalucía y en la serie la ambientación es castellana, con ambientes oscuros. La serie es castellanocéntrica, como suele ocurrir a lo largo de la historia de España.
-¿También ocurre en las aulas?
-Bueno, de niño estudiabas afluentes y ríos de Castilla insignificantes y no importantes de Andalucía. Un lastre en nuestra historia.
-¿Ha maltratado el cine la Edad Media?
-Sí, porque se ha recreado en tópicos absurdos como el derecho de pernada, o esa oscuridad, cuando también salía el sol. Y en la Edad Media se inventó la Universidad, así que no fue un periodo tan decadente.
-Seguro que le encantaría meter la cabeza un ratito en la corte de Isabel.
-Sí (risas), pero sólo un ratito porque las condiciones médicas no eran buenas.
-Otra mujer, Juana. ¿Estaba tan loca como se dice?
-Yo también me hubiera vuelto loca en sus circunstancias. Se fue joven a Flandes, lejos de su familia, a una corte en la que la discriminaban. Y, ya viuda, su padre y su hijo la encierran en Tordesillas, sin contacto con el mundo, en habitaciones oscuras.
-¿Qué verdad histórica le gustaría descubrir?
-Sigo en mi construcción de que la Edad Media no es una época oscura.
-En otra vida, usted vivió seguro en aquel tiempo.
-No lo sé (risas), pero yo, cuando trabajo, lo que no me imagino no lo entiendo. Así que cuando investigo, yo me veo allí.
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